domingo, 30 de junio de 2013

Capítulo 93.

—Eh —dice Zayn con ternura mientras me envuelve en sus brazos—, por favor no llores Anastasia, por favor —ruega.

Él está en el piso del baño y yo en su regazo. Lo rodeo con mis brazos y lloro en su cuello. Arrullando suavemente en mi cabello, gentilmente acaricia mi espalda, mi cabeza.

—Lo siento nena —susurra, y me hace llorar más alto y abrazarlo más fuerte.

Nos quedamos así sentados como por siempre. Eventualmente dejo de llorar, Zayn se para, sosteniéndome, y me lleva hasta su cuarto donde me acuesta en la cama. En un momento está junto a mí y las luces apagadas. Me jala a sus brazos, y abrazándome fuertemente, finalmente me dejo llevar por un sueño oscuro y turbulento.

Me despierto sobresaltada. Mi cabeza se siente confusa y caliente. Zayn está aferrado a mí como una enredadera. Se queja en sus sueños mientras me salgo de sus brazos, pero no despierta. Sentándome miro el reloj. Son las tres de la madrugada. Necesito Advil y agua. Saco mis piernas de la cama y voy hasta la cocina en el gran salón.

En el refrigerador encuentro jugo de naranja y me sirvo un vaso. Mmm está delicioso, mi confusa cabeza se esclarece de inmediato. Busco en los armarios algún analgésico y eventualmente encuentro una caja de plástico llena de medicinas. Agarro dos Advil y me los tomo con más jugo de naranja.

Vagando hacia la gran pared de vidrio, miro a la durmiente Seattle. Las luces brillan y parpadean debajo del castillo de Zayn en el cielo, ¿o debería decir fortaleza?

Presiono mi frente contra la fría ventana, es un alivio. Tengo tanto que pensar después de estas revelaciones de ayer. Coloco mi espalda contra el vidrio y me deslizo hasta el piso. El gran salón se ve cavernoso en la oscuridad, con la única luz viniendo de las tres lámparas sobre la isla de la cocina.

¿Podría vivir aquí? ¿Casarme con Zayn? ¿Después de todo lo que ha hecho aquí? ¿Todas las historias que este lugar guarda para él?
Matrimonio. Es casi increíble y por completo inesperado. Pero todo sobre Zayn es inesperado. Mis labios se curvan con ironía. Zayn Malik, espera lo inesperado, Cincuenta sombras de Mierda.

Mi sonrisa cae. Me parezco a su madre. Eso me hiere profundamente, y el aire abandona mis pulmones. Todas nos vemos como su mamá.
Cómo demonios voy a superar la revelación de ese pequeño secreto. No hay duda de por qué no quería decírmelo. Pero de seguro él no puede recordar mucho de su madre. Me pregunto una vez más si debería hablar con el Dr. Flynn. ¿Me dejaría Zayn? Tal vez él pueda llenar los espacios en blanco. Sacudo mi cabeza. Me siento muy cansada, pero estoy disfrutando de la tranquila serenidad del gran salón y de las hermosas piezas de arte, frías y austeras, pero a su propia manera. ¿Podría vivir aquí? ¿Para bien o para mal? ¿En la salud y en la enfermedad? Cierro los ojos, y apoyo mi cabeza contra el cristal, tomo una profunda respiración.


La paz se rompe con un visceral y primitivo grito que hace que cada vello de mi cuerpo se ponga en punta. ¡Zayn! Santa mierda, ¿qué sucede? Me paro y corro de regreso al cuarto antes de que el eco de ese horrible sonido se haya desvanecido, mi corazón está acelerado con miedo.

Presiono uno de los interruptores de luz, y la luz junto a la cama de Zayn se enciende. Él está dando vueltas y retorciéndose de agonía. ¡No! grita de nuevo y el espeluznante y devastador sonido me atraviesa de nuevo.
Mierda, una pesadilla.

—Zayn.

Me inclino sobre él, tomo sus hombros y lo sacudo para que despierte. Abre sus ojos, y son salvajes y ausentes, escaneando rápidamente el cuarto vacío antes de volver a mí.

—Te fuiste, te fuiste, deberías haberte ido —murmura, su muy abierta mirada se vuelve acusadora y se ve tan perdido que mi corazón se estruja. Pobre Cincuenta.

—Estoy aquí. —Me siento en la cama junto a él— Estoy aquí —murmuro suavemente en un esfuerzo por tranquilizarlo. Extiendo mi brazo para colocar mi palma en un lado de su cara intentando calmarlo.

—Te habías ido —susurra rápidamente, sus ojos siguen salvajes y asustados, pero parece calmarse.

—Fui a tomar algo. Tenía sed.

Cierra los ojos y se frota el rostro. Cuando los abre de nuevo se ve desolado.

—Estás aquí. ¡Oh, gracias a Dios! —Me alcanza agarrándome fuertemente, y me tira hacia abajo en la cama junto a él.

—Solo fui a tomar algo —murmuro.

Oh, la intensidad de su miedo… puedo sentirla. Su camiseta está empapada en sudor, y su corazón late rápido mientras me abraza más cerca. Me está mirando como si estuviera asegurándose a sí mismo de que realmente estoy aquí. Suavemente acaricio su cabello y luego su mejilla.

—Zayn por favor, estoy aquí, No me voy a ninguna parte —digo con dulzura.

—Oh Anastasia —suspira. Agarra mi barbilla y entonces su boca está en la mía.

El deseo barre a través de él, y mi cuerpo responde de inmediato, tan unido y en sintonía con el suyo. Sus labios están en mi oreja, en mi garganta, y luego de regreso a mi boca, sus dientes suavemente tiran de mi labio inferior, sus manos viajan por mi cuerpo desde mi cadera hasta mis pechos sacándome la camiseta. Me acaricia y siento su recorrido por cada espacio de mi piel, produciéndome la misma reacción familiar, su toque enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Gimo cuando sus manos acunan mis pechos y sus dedos aprietan mi pezón.

—Te quiero —murmura.

—Estoy aquí para ti. Sólo para ti Zayn.

Gruñe y me besa de nuevo apasionadamente con un fervor y una desesperación que no había sentido antes en él. Agarrando el borde de su camiseta, la jalo y me ayuda a sacársela por la cabeza. Arrodillándose entre mis piernas, se apresura a pararme y terminar de sacarme la camiseta.

Sus ojos están serios, deseosos, llenos de oscuros secretos, expuestos. Coloca sus manos alrededor de mi rostro y me besa y nos hundimos en la cama una vez más.

Su muslo entre los míos por lo que está medio acostado encima de mí. Su erección está rígida a través de su bóxer contra mi cadera. Me quiere, pero sus palabras de más temprano eligen este momento para volver y atormentarme, lo que me dijo sobre su madre. Y es como un balde de agua fría para mi libido. No puedo hacer esto. No ahora.

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