miércoles, 19 de junio de 2013

Capítulo 7.

Parpadea, y su ceño se profundiza a medida que continúo.

—Es muy confuso estar contigo. No quieres que te desafíe, pero entonces te gusta mi “boca rápida”. Quieres obediencia, excepto que cuando no lo hago, entonces puedes castigarme. Simplemente no sé qué camino tomar cuando estoy contigo.

Entorna los ojos.

—Buen punto bien hecho, como de costumbre, señorita Steele. —Su voz es fría—Ven, vamos a comer.

—Solo hemos estado aquí por media hora.

—Has visto las fotos, has hablado con el chico.

—Su nombre es Justin.

—Has hablado con Justin; el hombre que, la última vez que vi, estaba tratando de poner su lengua en tu boca a la fuerza mientras estabas borracha y mareada—gruñe.

—Él nunca me ha golpeado —escupo hacia él.

Zayn me frunce el ceño, furia emanando de cada poro.

—Ese es un golpe bajo, Anastasia —susurra amenazante.

Me sonrojo y Zayn pasa sus dedos a través de su cabello, tensándose con rabia apenas contenida. Lo miro ferozmente de regreso.

—Te llevo a comer algo , te estás desvaneciendo en frente de mí. Encuentra al chico, di adiós.

—Por favor, ¿podremos quedarnos más tiempo?

—No. Ve. Ahora. Dile adiós.

Lo miro ferozmente, mi sangre hirviendo. El Sr. maldito fanático del control es bueno. Enojada es mejor que llorosa.

Arrastro mi mirada de él y exploro la habitación por Justin. Él está hablando a un grupo de mujeres jóvenes. Camino en dirección a él y lejos de Cincuenta. ¿Sólo porque me trajo aquí tengo que hacer lo que dice? ¿Quién infiernos piensa que es?
Las chicas están pendientes de cada palabra de Justin. Una de ellas jadea mientras me acerco, sin duda reconociéndome de los portarretratos.

—Justin.

—Anastasia. Disculpen, chicas. —Justin les sonríe y pone su brazo a mi alrededor, y en algún nivel me divierte. Justin todo suave, impresionando a las damas.

—Luces enojada —dice.

—Tengo que irme —murmuro tercamente.

—Acabas de llegar.

—Lo sé, pero Zayn necesita regresar. Las fotos son fantásticas Justin, eres muy talentoso. —Sonríe con alegría.

—Fue tan genial verte.

Justin me arrastra en un gran abrazo de oso, girándome, así puedo ver a Zayn en la galería. Está frunciendo el ceño, y noto que es porque estoy en los brazos de Justin. Entonces en un movimiento bien calculado, envuelvo mis brazos alrededor del cuello de Justin. Pienso que Zayn se va a morir. Su mirada feroz se oscurece a algo muy siniestro, y lentamente hace su camino hacia nosotros.

—Gracias por avisar acerca de las fotos que me tomaste —balbuceo.

—Mierda, disculpa. Anastasia. Debería habértelo dicho. ¿Te gustan?

—Um… No lo sé —respondo sinceramente, momentáneamente perdiendo el balance por su pregunta.

—Bueno, están todas vendidas, así que a alguien le gustaron. ¿A que es fantástico? Eres una chica de póster.

Me abraza más estrechamente mientras que Zayn nos alcanza mirándome. Frunciéndome el ceño ahora, aunque afortunadamente, Justin no lo ve.

Justin me suelta.

—No seas una extraña, Anastasia. Oh, Sr. Malik, Buenas noches.

—Sr. Bieber, muy impresionante. —Zayn suena glacialmente cortés— Me disculpo porque no podamos quedarnos más tiempo, pero ambos necesitamos dirigirnos de regreso a Seattle, ¿Anastasia? —Hace hincapié en “ambos” de manera sutil y toma mi mano mientras lo hace.

—Adiós Justin. Felicitaciones otra vez. —Le doy un rápido beso en la mejilla y antes de que lo sepa Zayn me está arrastrando fuera del edificio. Sé que esta hirviendo con silenciosa ira, pero también yo.

Mira rápidamente arriba y debajo de la calle entonces se dirige a la izquierda y repentinamente me arrastra en un callejón lateral, abruptamente presionándome arriba en contra de una pared. Sujeta mi rostro entre sus manos, forzándome a mirar hacia arriba en sus determinadamente ardientes ojos.

Jadeo, y su boca se abalanza hacia abajo. Está besándome, violentamente.
Brevemente nuestros dientes chocan, entonces su lengua está en mi boca.

El deseo explota como el cuatro de julio a través de mi cuerpo, y estoy besándolo de vuelta, igualando su fervor, mis manos enredadas en su cabello, jalándolo, fuertemente. Gime, un bajo sonido suave en la parte de atrás de su garganta que reverbera a través de mí, y sus manos se mueven hacia debajo de mi cuerpo sobre mi muslo, sus dedos enterrándose en mi carne a través del vestido cereza.

Pongo toda la angustia y mi corazón roto de los pasados últimos días en nuestro beso. Vinculándolo a mí, y eso me golpea —en este momento de cegadora pasión— él está haciendo lo mismo, él siente lo mismo.

Rompe el beso, jadeando. Sus ojos están iluminados con deseo, disparando la nuevamente caliente sangre que palpita a través de mi cuerpo. Mi boca cae abierta mientras trato de arrastrar el preciado aire en mis pulmones.

—Tú. Eres. Mía —gruñe, enfatizando cada palabra. Se aleja de mí y se inclina con las manos sobre sus rodillas como si hubiera corrido un maratón—. Por el amor de Dios, Anastasia.

Me apoyo sobre la pared, jadeando, tratando de controlar la desenfrenada reacción en mi cuerpo, tratando de encontrar mi equilibrio otra vez.

—Lo siento —susurro una vez que mi respiración regresa.

—Deberías. Sé lo qué estaban haciendo. ¿Deseas al fotógrafo, Anastasia? Obviamente él tiene sentimientos por ti.

Me sonrojo y sacudo mi cabeza.

—No. Es solo un amigo.

—He pasado toda mi vida adulta tratando de evitar cualquier emoción extrema. Entonces tú… tú haces aflorar sentimientos en mí que me son completamente ajenos. Es muy… —Frunce el ceño estrechando la palabra—... inquietante. Me gusta el control, Anastasia, y alrededor de ti, eso solo… —Se detiene, su mirada intensa—… se evapora.

Ondea su mano vagamente, entonces la pasa a través de su cabello y toma una respiración profunda. Sujeta mi mano

—Vamos, necesitamos hablar y tú necesitas comer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario