jueves, 20 de junio de 2013

Capítulo 28.

Solemnemente empaco una pequeña maleta y coloco mi Mac, mi BlackBerry, mi iPad y Charlie Tango en mi mochila.

—¿Charlie Tango también viene? —pregunta Zayn.

Asiento y él me da una pequeña sonrisa indulgente.

—Ethan regresa el jueves —murmuro.

—¿Ethan?

—El hermano de Kate. Se quedará aquí hasta que encuentre un lugar en Seattle.

Zayn me mira en blanco, pero noto la frialdad crepitando en sus ojos.

—Bien, es bueno que te quedes conmigo. Le da más espacio —dice tranquilamente.

—No creo que tenga las llaves. Necesitaré estar de regreso para entonces.

Zayn me mira impasiblemente pero no dice nada.

—Ya está todo.

Zayn agarra mi maleta y nos dirigimos a la puerta. Mientras caminamos alrededor de la parte trasera del edificio al estacionamiento, me doy cuenta de que estoy mirando sobre mi hombro. No sé si mi paranoia está llevándome lejos o si alguien realmente está mirándome. Zayn abre la puerta del pasajero del Audi y me mira expectante.

—¿Entrarás? —pregunta.

—Pensé que conduciría.

—No. Yo conduciré.

—¿Algún problema con mi forma de conducir? No me digas que sabes cuánto fue mi puntaje en mi examen de conducir… No me sorprendería con tus tendencias acosadoras. —Quizás sabe que sólo pasé raspando el examen escrito.

—Entra en el auto, Anastasia —chasquea furiosamente.

—Está bien. —Entro reticentemente.

Quizás él tiene la misma sensación de inquietud, de que alguien siniestro nos observa… Bueno, una pálida morena con ojos marrones que tiene un extraño parecido con su servidora y muy posiblemente un arma de fuego oculta.

Zayn nos mete en el tráfico.

—¿Tus sumisas fueron todas morenas?

Frunce el ceño y me mira rápidamente.

—Sí —murmura. Suena incierto, e imagino que está pensando, ¿a dónde va con esto?

—Solo preguntaba.

—Te lo dije. Prefiero las morenas.

—La señora Robinson no es una morena.

—Seguramente sea esa la razón —murmura—Con ella ya tuve bastantes rubias para toda la vida.

—Estás bromeando —jadeo.

—Sí. Estoy bromeando —replica, exasperado.

Miro impasiblemente fuera de la ventana, espiando morenas por todos lados, ninguna de ellas es Leila, creo. Entonces, solo le gustan las morenas. Me pregunto por qué. ¿Realmente la Sra. Extraordinariamente-glamorosa-a-pesar-de-ser-vieja Robinson lo habrá arruinado para las rubias? Sacudo mi cabeza.

—Dime acerca de ella.

—¿Qué quieres saber? —La frente de Zayn se arruga, y su tono de voz trata de advertirme.

—Háblame acerca de sus arreglos de negocios.

Se relaja visiblemente, feliz de hablar de trabajo.

—Soy un socio silencioso. No estoy particularmente interesado en el negocio de la belleza, pero ella está convirtiéndolo en una empresa exitosa. Solo invertí y la ayudé a empezar.

—¿Por qué?

—Se lo debía.

—¿Oh?

—Cuando abandoné Harvard, ella me prestó cien mil dólares para empezar mi negocio.

Joder… es rica, también.

— ¿Abandonaste?

—No era lo mío. Hice dos años. Desafortunadamente mis padres no fueron tan comprensivos.

Frunzo el ceño. El Sr. Malik y la Dra. Grace Trevelyan desaprobando, no puedo imaginarlo.

—No parece haberte ido mal abandonando la carrera. ¿Cuál era tu especialidad?

—Política y Economía.

Mmm… me lo figuraba.

—¿Entonces ella es rica? —murmuro.

—Ella era una esposa trofeo aburrida, Anastasia. Su esposo era adinerado… un gran maderero. —Sonríe—.
Nunca la dejó trabajar. Ya sabes, era controlador. Algunos hombres son así. —Me dio una rápida sonrisa ladeada.

—¿De veras? Un hombre controlador, Yo creía que eso era una criatura mítica—No creo que pueda exprimir más sarcasmo de mi respuesta.

La sonrisa de Zayn se vuelve más grande.

—¿Te prestó el dinero de su marido?

Asiente y una pequeña sonrisa maliciosa aparece en sus labios.

—Eso es terrible.

—Él consiguió su revancha —dice Zayn oscuramente mientras entra en el garaje subterráneo en el Escala.

—¿Cómo?

Zayn sacude su cabeza como si rememorara un recuerdo particularmente agrio y estaciona junto al Audi Quattro SUV.

—Ven. Franco llegará dentro de poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario