sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 77.

—¿Ella sabe lo negativo que eres acerca de ti? Acerca de todos tus problemas.

—Ella me conoce mejor que nadie.

—Vaya, eso me ha dolido.

—Es la verdad, Elena. No tengo que jugar con ella. Y lo digo en serio, déjala en paz.

—¿Cuál es su problema?

—Tú… Lo que éramos. Lo que hicimos. Ella no entiende.

—Hazla entender.

—Está en el pasado, Elena, ¿y por qué iba a querer mancharla con nuestra jodida relación? Ella es buena y dulce e inocente, y por algún milagro me ama.

—No es ningún milagro, Zayn —se burla Elena naturalmente—Ten un poco de fe en ti mismo. Realmente eres un buen partido. Te lo he dicho a menudo. Y ella parece adorable, también. Fuerte. Alguien que te defienda.

No puedo oír la respuesta de Zayn. Así que soy fuerte, ¿lo soy? Desde luego, no me siento así.

—¿No lo echas de menos? —continúa Elena.

—¿Qué?

—Tú sala de juegos.

Dejo de respirar.

—Eso realmente no es de tu maldita incumbencia —dice bruscamente Zayn.

—Lo siento —resopla Elena sin sinceridad.

—Creo que será mejor que te vayas. Y por favor, llama antes de venir otra vez.

—Zayn, lo siento —dice ella, y por su tono, esta vez lo dice en serio— ¿Desde cuándo eres tan sensible? —lo regaña de nuevo.

—Elena, tenemos una relación de negocios que nos ha beneficiado a ambos inmensamente. Vamos a mantenerlo de esa manera. Lo que hubo entre nosotros es parte del pasado. Anastasia es mi futuro, y no lo voy a poner en peligro en modo alguno, así que corta la mierda.

¡Su futuro!

—Ya veo.

—Mira, lo siento por tu problema. Tal vez deberías desecharlo y tomarlo como un farol. —Su tono es más suave.

—No quiero perderte, Zayn.

—No soy tuyo para perderme, Elena —dijo bruscamente de nuevo.

—Eso no es lo que quise decir.

—¿Qué quisiste decir? —Está brusco, enojado.

—Mira, no quiero discutir contigo. Tu amistad significa mucho para mí. Me alejaré de Anastasia. Pero estoy aquí si me necesitas. Siempre lo estaré.

—Anastasia piensa que me viste el sábado pasado. Llamaste, eso es todo. ¿Por qué le dijiste otra cosa?

—Quería que ella supiera lo mal que estabas cuando se fue. No quiero que te haga daño.

—Ella lo sabe. Le he dicho. Deja de interferir. Sinceramente, eres como una mamá pesada. —Zayn suena más resignado, y Elena se ríe, pero hay un tono triste en su risa.

—Lo sé. Lo siento. Sabes que me preocupo por ti. Nunca pensé que terminarías enamorándote, Zayn. Es muy gratificante verlo. Pero no podría soportar si te hace daño.

—Tomaré mis riesgos —dice secamente— ¿Ahora estás segura de que no quieres que Welch busque alrededor?

Ella suspira profundamente.

—Supongo que no haría ningún daño.

—Está bien. Lo voy a llamar por la mañana.

Los escucho discutiendo, tratando de resolver esto. Ellos suenan como viejos amigos, como dice Zayn. Solo amigos. Y ella se preocupa por él, tal vez demasiado. Bueno, ¿quién no lo haría, si lo conocieran?

—Gracias, Zayn. Y lo siento. No era mi intención molestar. Me iré. La próxima vez voy a llamar.

—Bien.

¡Ella se va! ¡Mierda! Corro por el pasillo a la habitación de Zayn y me siento en la cama. Zayn entra unos momentos más tarde.

—Se ha ido —dice con cautela, midiendo mi reacción.

Miro hacia él, tratando de enmarcar mi pregunta.

—¿Quieres decirme todo sobre ella? Estoy tratando de entender por qué crees que te ha ayudado. —Hago una pausa, pensando cuidadosamente acerca de mi siguiente frase— La detesto, Zayn. Creo que te hizo un daño incalculable. Tú no tienes amigos. ¿Los mantuvo lejos de ti?

Él suspira y se pasa la mano por el cabello.

—¿Por qué demonios quieres saber acerca de ella? Tuvimos un romance muy largo, golpeaba la mierda fuera de mí de vez en cuando, y me la follé en todo tipo de formas que ni siquiera puedes imaginar, fin de la historia.

Palidecí. Mierda, él está enojado… conmigo. Parpadeo hacia él.

—¿Por qué estás tan enojado?

—¡Porque toda esa mierda se ha ACABADO! —grita, mirándome ceñudo.

Él suspira con desesperación y sacude su cabeza.
Palidecí. Mierda. Miro mis manos, anudadas en mi regazo. Sólo quiero entender.

Se sienta a mi lado.

—¿Qué quieres saber? —pregunta con cansancio.

—No tienes que decirme. No quiero entrometerme.

—Anastasia, no es eso. No me gusta hablar de esa mierda. He vivido en una burbuja durante años donde nada me afecta y no tengo que justificarme ante nadie. Ella siempre ha estado ahí como un confidente. Y ahora mi pasado y mi futuro están colisionando de una manera en que nunca pensé posible.

Echo un vistazo a él y él me está mirando, los ojos muy abiertos.

—Nunca pensé que tendría un futuro con alguien, Anastasia. Me das esperanza y me tienes pensando en todo tipo de posibilidades. —Él se desvía.

—Estaba escuchando —susurro y miro hacia abajo a mis manos.

—¿Qué? ¿Nuestra conversación?

—Sí.

—¿Y bien? —Él suena resignado.

—Ella se preocupa por ti.

—Sí, lo hace. Y yo por ella a mi propia manera, pero no se acerca a lo que siento por ti. Si eso es de lo que esto se trata.

—No estoy celosa. —Me hiere que pensara eso… ¿o lo estoy? Mierda. Tal vez eso es lo que es— No la amas —murmuré.

Vuelve a suspirar. Está realmente molesto.

—Hace mucho tiempo, pensé que la amaba —dice a través de sus dientes apretados.

Oh.
—Cuando estábamos en Georgia… dijiste que no la amabas.

—Eso es cierto.

Frunzo el ceño.

—Te amaba entonces, Anastasia—susurra—Eres la única persona por la que volaría cinco mil kilómetros para ver.

Oh dios… No entiendo. Todavía me quería como sumisa entonces. Mi ceño se profundiza.

—Los sentimientos que tengo por ti son muy diferentes de cualquier otro que haya tenido por Elena —dice a modo de explicación.

—¿Cuándo lo supiste?

Se encoge de hombros.

—Irónicamente, fue Elena quien lo señaló. Me animó a ir a Georgia.

¡Lo sabía! Lo supe en Savannah. Lo miro, inexpresiva.

¿Qué debo hacer con esto? Tal vez ella está de mi lado y sólo se preocupa de que vaya hacerle daño. La idea es dolorosa. Nunca querría hacerle daño. Ella tiene razón… ha sido dañado lo suficiente.
Tal vez no es tan mala. Niego con la cabeza. No quiero aceptar su relación con ella. Estoy en contra. Sí, eso es lo que es. Ella es un personaje desagradable que se aprovechó de un adolescente vulnerable, robándole sus años de adolescencia, no importa lo que él diga.

—¿Entonces la deseabas? Cuando eras más joven.

No hay comentarios:

Publicar un comentario