miércoles, 19 de junio de 2013

Capítulo 11.

Cuando me despierto, estamos conduciendo a través de Seattle.

—Hey —dice Zayn suavemente.

—Perdón —murmuro mientras me siento, parpadeando y estirándome, aún estoy en sus brazos, en su regazo.

—Podría verte dormir por siempre, Anastasia.

—¿Dije algo?

—No. Estamos llegando a tu casa.

¿Oh?

—¿No vamos a la tuya?

—No.

Me siento y lo miro.

—¿Por qué no?

—Porque tienes trabajo mañana.

—Oh. —Hago pucheros.

Me sonríe.

—¿Por qué? ¿Tenías algo en mente?

Me sonrojo.

—Bien, quizás.

Se ríe entre dientes.

—Anastasia, no voy a tocarte de nuevo. No hasta que me ruegues que lo haga.

—¡Qué!

—Entonces empezarás a comunicarte conmigo. La próxima vez que hagamos el amor, vas a tener que decirme exactamente qué quieres en gran detalle.

—Oh. —Me saca de su regazo mientras Taylor frena fuera de mi apartamento.

Zayn baja y mantiene la puerta del auto abierta para mí.

—Tengo algo para ti. —Se mueve a la parte trasera del auto, abre la maletera, y saca una gran caja envuelta para regalo. ¿Qué infiernos es esto?

—Ábrela cuando estés dentro.

—¿No vas a entrar?

—No, Anastasia.

—Entonces, ¿cuándo te veré?

—Mañana.

—Mi jefe quiere que vaya a tomar una copa con él mañana.

El rostro de Zayn se endurece.

—¿Eso quiere? —Su voz está mezclada con amenaza latente.

—Para celebrar mi primera semana —agrego rápidamente.

—¿Dónde?

—No lo sé.

—Podría recogerte ahí.

—Está bien… Te mandaré un e- mail o un mensaje de texto.

—Bien.

Me encamina a la puerta de entrada y espera hasta que saco mis llaves del bolso. Mientras abro la puerta, se inclina hacia adelante y toma mi barbilla, inclinando mi cabeza hacia atrás. Su boca está sobre la mía y cerrando sus ojos, corre un camino de besos desde la esquina de mi ojo hasta la comisura de mi boca. Un pequeño gemido escapa de mi boca mientras mi interior se derrite y se despliega.

—Hasta mañana —suspira.

—Buenas noches, Zayn —susurro y puedo oír la necesidad en mi voz.

Sonríe

—Entra —ordena, y camino a través de recepción llevando mi misterioso paquete.

—Nos vemos, nena —llama, entonces se gira con gracia encaminándose de regreso al auto.

Una vez en mi apartamento, abro la caja de regalo y encuentro mi MacBook Pro laptop, el BlackBerry y otra caja rectangular. ¿Qué es esto? Desenvuelvo el papel plateado. Dentro hay una caja de cuero negra y delgada.

Abriendo la caja, encuentro un iPad. Madre mia… un iPad. Una tarjeta blanca descansa sobre la pantalla con un mensaje escrito de puño y letra por Zayn.

Anastasia… Esto es para ti.
Sé lo que quieres escuchar.
La música que hay aquí lo dice por mí.
Zayn.

Mierda. Tengo una cinta recopilada por Zayn con la apariencia de iPad de última generación. Sacudo mi cabeza en desaprobación porque es demasiado, pero profundamente lo amo. Jack en la oficina tiene uno, así que sé cómo funciona.

Lo enciendo y jadeo mientras aparece el salvapantallas: una pequeña maqueta de planeador. Dios… Es el Blanik L23 que le regalé, montado sobre un escaparate de vidrio y puesto en lo que pienso es el escritorio de Zayn en su oficina. Alucino ante él. ¡Lo construyó! Realmente lo construyó. Ahora recuerdo que lo mencionó en la nota con las flores. Me tambaleo y sé en ese instante que ha puesto una gran cantidad de pensamientos en este regalo.

Deslizo la flecha al botón de la pantalla para desbloquear y jadeo nuevamente. La fotografía de fondo es de Justin conmigo en la carpa de mi graduación. Es la misma que apareció en el Seattle Times. Zayn luce tan guapo y yo no puedo ayudar mi enloquecido rostro sonriente mientras mi Diosa interior se envuelve y abraza a sí misma. ¡Sí y es mío!

No hay comentarios:

Publicar un comentario