jueves, 20 de junio de 2013

Capítulo 16.

Y aún estoy molesta con él. Su acoso no conoce límites, y me doy cuenta de que es así como sabe que los correos electrónicos están siendo monitoreados en AIPS. Probablemente sabe más de AIPS que yo. El pensamiento es desagradable.

¿Qué puedo hacer? ¿Por qué tiene esa necesidad de mantenerme a salvo? Soy adulta, más o menos, por el amor de Dios. ¿Qué puedo hacer para tranquilizarlo?

Miro fijamente su hermoso rostro mientras se pasea por el cuarto como un depredador encerrado, y mi rabia remite. Viéndolo aquí en mi espacio cuando pensé que habíamos terminado es reconfortante. Más que reconfortante, lo amo, y mi corazón se hincha con una nerviosa y embriagadora alegría. Observa alrededor, evaluando su entorno.

—Lindo lugar —dice.

—Los padres de Kate lo compraron para ella.

Asiente distraídamente, y sus audaces ojos mieles vienen a descansar sobre los míos, mirándome fijamente.

—Eh… ¿Quieres beber algo? —murmuro, sonrojándome con nervios.

—No, gracias, Anastasia. —Sus ojos se oscurecen.

Oh, mierda. ¿Por qué estoy tan nerviosa?

—¿Qué te gustaría hacer, Anastasia? —pregunta suavemente mientras camina hacia mí, todo salvaje y caliente—Sé qué me gustaría hacer —agrega en voz baja.

Retrocedo hasta chocar contra la isla de cocina de concreto.

—Todavía estoy molesta contigo.

—Lo sé.

Sonríe, una sonrisa torcida de disculpas, y me derrito… bueno, quizás no tan molesta.

—¿Te apetece comer algo? —pregunto.

Asiente despacio.

—Sí. A ti —murmura.

Todo al sur bajo la línea de mi cintura se aprieta. Soy seducida sólo por su voz, pero es que luce su mirada tan hambrienta de “Te deseo ahora”, oh dios...

Se para delante de mí, sin tocar en absoluto, mirando fijamente hacia abajo a mis ojos y bañándome en el calor que irradia de su cuerpo. Estoy sofocantemente caliente, nerviosa y mis piernas son como gelatina, mientras el oscuro deseo cruza a través de mí. Lo deseo.

—¿Has comido hoy? —murmura.

—Comí un sándwich a la hora del almuerzo —susurro. No quiero hablar de comida.

Entrecierra los ojos.

—Necesitas comer.

—Realmente no estoy hambrienta ahora… de comida.

—¿De qué está hambrienta señorita Steele?

—Creo que lo sabe Sr. Malik.

Se inclina, y nuevamente pienso que me va a besar pero no lo hace.

—¿Quieres que te bese, Anastasia? —susurra suavemente en mi oído.

—Sí —respiro.

—¿Dónde?

—En todas partes.

—Vas a tener que ser un poco más específica que eso. Te dije que no iba a tocarte hasta que me rogaras y me dijeras qué hacer.

Estoy perdida, no está jugando limpio.

—Por favor —susurro.

—¿Por favor qué?

—Tócame.

—¿Dónde, nena?

Está tan tentadoramente cerca, su esencia es intoxicante. Avanzo e inmediatamente retrocede.

—No, no —reprende. Sus ojos repentinamente amplios y alarmados.

—¿Qué?

No… regresa.

—No. —Sacude la cabeza.

—¿No a todo? —No puedo ocultar el anhelo en mi voz.

Me mira indeciso, y estoy alentada por su vacilación. Me acerco a él, y retrocede levantando sus manos en defensa, pero sonriendo.

—Mira, Anastasia. —Es una advertencia, y corre su mano a través de su cabello, exasperado.

—A veces no te molesta —observo quejumbrosamente—, quizás debería encontrar un lapicero marcador y podríamos trazar un mapa de las áreas de “no ir”.

Levanta una ceja.

—No es una mala idea. ¿Dónde está tu habitación?

Asiento en la dirección. ¿Está cambiando deliberadamente de tema?

—¿Has estado tomando tu píldora?

Oh, mierda. Mi píldora.

Su rostro decae ante mi expresión.

—No —digo agudamente.

—Ya veo —dice, y sus labios se presionan en una delgada línea—. Vamos, tomemos algo de comer.

—¡Pensé que iríamos a la cama! Quiero ir a la cama contigo.

—Lo sé, nena. —Sonríe y repentinamente se lanza hacia mí, agarra mis muñecas y tira de mí en sus brazos de modo que su cuerpo está presionado contra el mío.

—Necesitas comer igual que yo —murmura, sus ardientes ojos mieles mirándome—Además… la anticipación es la clave de la seducción, y justo ahora estoy realmente demorando la gratificación.

—Estoy seducida y quiero mi gratificación ahora. Rogaré, por favor —Sueno quejumbrosa. Mi Diosa interior está fuera de sí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario