miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 60.

Zayn abre mi puerta, y me trepo al asiento del pasajero.

—Gracias —dije cuando se sentó a mi lado.

Sonríe.

—Lo hago con mucho gusto, Anastasia.

La música comienza de nuevo mientras Zayn enciende el motor.

—¿Quién es? —pregunto.

—Eva Cassidy.

—Tiene una voz preciosa.

—Si, la tenia.

—Oh.

—Murió joven.

—Oh.

—¿Estás hambrienta? No terminaste todo tu desayuno. —Me mira rápidamente, desaprobación perfilada en su cara.

—Sí.

—Primero el almuerzo, entonces.

Zayn maneja hacia el paseo marítimo y luego se dirige hacia el norte por el Camino de Alaska. Es otro hermoso día en Seattle.

Zayn luce feliz y relajado mientras nos sentamos escuchando la dulce y conmovedora voz de Cassidy y bajamos por la carretera. ¿Alguna vez me he sentido tan cómoda en su compañía antes? No lo sé.

Estoy menos nerviosa por sus cambios de humor, confiada en que no me va a castigar, y él parece más cómodo conmigo también. Dobla a la izquierda, siguiendo la ruta de la costa, y finalmente se detiene en un estacionamiento al frente de un gran puerto.

—Comeremos aquí. Abriré tu puerta —dice de tal manera que sé que no es aconsejable moverse, y lo veo caminar alrededor del auto. ¿Alguna vez me cansaré de esto?

Paseamos del brazo por la línea de la costa donde el puerto deportivo se extiende frente a nosotros.

—Tantos barcos —murmuro con asombro.

Hay cientos de ellos de todas formas y tamaños, subiendo y bajando en las todavía tranquilas aguas del puerto deportivo.
Fuera en el Sonido hay docenas de velas en el viento, entrelazándose de un lado a otro, disfrutando del buen tiempo. Es una saludable vista de la actividad al aire libre. El viento ha repuntado un poco, así que puse mi chaqueta a mi alrededor.

—¿Tienes frío? —pregunta y tira de mí con fuerza contra él.

—No, sólo estoy admirando la vista.

—Podría mirarla todo el día. Vamos, por aquí.

Zayn me lleva a un bar frente a la amplia línea del mar y camina hacia el mostrador. La decoración es más “Nueva Inglaterra” que “Costa Este”, blancas paredes de cal, muebles azul pálido, y parafernalias de navegación colgando por todas partes. Es un brillante y alegre lugar.

—¡Señor Malik! —El barman saluda calurosamente a Zayn—¿Qué puedo ofrecerle esta tarde?

—Dante, buenas tardes. —Zayn sonríe mientras ambos nos deslizamos en los asientos del bar—Esta encantadora señorita es Anastasia Steele.

—Bienvenida a SP's Place. —Dante me da una sonrisa amistosa.

Es negro y hermoso, sus ojos oscuros evaluándome y no encontrándome deseable, aparentemente. Un gran pendiente de diamante me guiña desde su oreja. Me cae bien de inmediato.

— ¿Qué le gustaría tomar, Anastasia?

Miro a Zayn, que me mira expectante. Oh, me va a dejar elegir.

—Por favor, llámame Ana, y tomaré lo que sea que esté tomando Zayn.

Le sonrío tímidamente a Dante. Cincuenta es mucho mejor para el vino que yo.

—Voy a tomar una cerveza. Éste es el único bar en Seattle donde puedes conseguir Adnam’s Explorer.

—¿Una cerveza?

—Sí. —Me sonríe—Dos Explorers, por favor, Dante.

Dante asiente y pone las cervezas en el bar.

—Ellos hacen una deliciosa sopa de mariscos —dice Zayn.

Me está preguntando.

—Sopa y cerveza suena bien. —Le sonrío.

—¿Dos sopas? —pregunta Dante.

—Por favor. —Zayn le sonríe.

Conversamos mientras comemos, como nunca antes lo hicimos. Zayn está relajado y tranquilo, luce joven, feliz, y animado a pesar de todo lo sucedido ayer.

Me cuenta la historia de Malik Enterprises Holding, y mientras más revela, más siento su pasión por arreglar las empresas y sus problemas, sus esperanzas por la tecnología que está desarrollando, y sus sueños de hacer la tierra en el tercer mundo más productiva. Escucho embelesada. Él es divertido, inteligente, filantrópico, y hermoso, y me ama.

A su vez, me atormenta con preguntas acerca de Ray y mi mamá, acerca de crecer en los frondosos bosques de Montesano, y mis breves períodos en Texas y Vegas. Se interesa por saber mis libros y películas favoritos, y estoy sorprendida por lo mucho que tenemos en común.

Mientras hablamos, me parece que ha pasado de Alec Hardy a Angel, humillando un alto ideal en un corto período de tiempo.

Es pasada las dos cuando terminamos nuestra comida. Zayn paga la cuenta a Dante, que nos da una despedida cariñosa.

—Éste es un buen lugar. Gracias por la comida —digo mientras Zayn toma mi mano y dejamos el bar.

—Vendremos de nuevo —dice, y paseamos por la costa—Quería mostrarte algo.

—Lo sé… y no puedo esperar para verlo, sea lo que sea.

Caminamos de la mano a lo largo de la costa. Es una tarde muy agradable. La gente está afuera disfrutando su domingo, paseando perros, admirando los botes, viendo a sus chicos correr a lo largo del paseo marítimo.

Mientras nos dirigimos al puerto, los botes se vuelven más grandes progresivamente. Zayn me lleva al muelle y se detiene al frente de un enorme catamarán.

—Pienso que podemos salir a navegar esta tarde. Éste es mi barco.

Santo cielo. Debe medir por lo menos doce, quizás quince metros. Dos elegantes cascos blancos, una cubierta, una cabina espaciosa, y elevándose por encima de ellos un mástil muy alto. No sé nada de botes, pero puedo decir que éste es especial.

—Wow… —murmuro asombrada.

—Construido por mi compañía —dice orgullosamente y mi corazón se hincha—Ella ha sido diseñada desde cero por los mejores arquitectos navales en el mundo y construida aquí en Seattle en mi patio. Tiene motores eléctricos híbridos, paneles de cruz asimétricos, una vela mayor con cubierta cuadrada…

—Está bien… me has perdido Zayn.

Él ríe.

—Ella es un gran barco.

—Ella se ve muy bien, Sr. Malik.

—Ella lo hace, Srta. Steele.

—¿Cuál es su nombre?

Tira de mí hacia el costado entontes puedo ver su nombre: The Grace. Estoy sorprendida.

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