sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 82.

De: Zayn Malik.
Asunto: Hardware mojado.
Para: Anastasia Steele.

Querida Loca Sexual Insaciable:
Acabo de escupir café sobre mi teclado.
No creo que eso me haya pasado antes.
Admiro a las mujeres que se concentran en geografía.
¿Debo deducir que sólo me quieres por mi cuerpo?

Zayn Malik
Completa y totalmente impactado Gerente General, Malik Enterprises Holdings Inc.

De: Anastasia Steele.
Asunto: Riendo... y húmeda también.
Para: Zayn Malik.

Querido completa y totalmente impactado:
Siempre.

Tengo que trabajar.
Deja de molestarme.

Loca Sexual Insaciable xx

De: Zayn Malik
Asunto: ¿tengo qué?
Para: Anastasia Steele

Querida Loca Sexual Insaciable:
Como siempre, tus deseos son mis órdenes.

Amo que estés riendo y húmeda.
Nos vemos, nena.

Zayn Malik.
Completa y totalmente loco, impactado y embelesado Gerente General, Malik Enterprises Holdings Inc.

Bajo mi BlackBerry y continuó con mi trabajo.

Durante el almuerzo, Jack me pide que baje al deli por su comida. Llamo a Zayn tan pronto como dejo la oficina de Jack.

—Anastasia—responde de inmediato, su voz cálida y amorosa. ¿Cómo es que este hombre puede derretirme por teléfono?

—Zayn, Jack me ha pedido que busque su almuerzo.

—Bastardo perezoso —suelta Zayn.

Lo ignoro y continúo:

—Así que voy a buscarlo. Tal vez sería útil si me dieras el número de Sawyer, así no tengo que molestarte.

—No es molestia, nena.

—¿Estás solo?

—No. Hay seis personas mirándome en este momento, preguntándose con quién demonios estoy hablando.

Mierda…

—¿En serio? —mascullo, petrificada.

—Sí. En serio. Mi novia —anuncia lejos del teléfono.

¡Santo cielo!

—Probablemente pensaban que eras gay.

Él ríe.

—Sí, probablemente. —Oigo su sonrisa.

—Eh, debo irme. —Estoy segura de que puede decir lo avergonzada que estoy por interrumpirlo.

—Le avisaré a Sawyer. —Ríe de Nuevo— ¿Has oído de tu amigo?

—Aún no. Serás el primero en saber, Sr. Malik.

—Bien. Nos vemos, nena.

—Adiós, Zayn —sonrío. Cada vez que dice eso, me hace sonreír… tan poco Cincuenta, pero de algún modo tan él, también.

Cuando salgo momentos después, Sawyer está esperando en la puerta del edificio.

—Señorita Steele —saluda formalmente.

—Sawyer —asiento en respuesta, y juntos nos dirigimos al Deli.

No me siento tan cómoda con Sawyer como con Taylor. Continuamente vigila la calle mientras caminamos por la cuadra. En realidad me pone más nerviosa, y me encuentro a mí misma imitando sus acciones.
¿Está Leila allí afuera? ¿O estamos infectados por la paranoia de Zayn? ¿Es parte de sus cincuenta sombras? Lo que daría por media hora de una cándida discusión con el Dr. Flynn para averiguarlo. No hay nada extraño, sólo el almuerzo en Seattle, gente corriendo por comida, comprando, encontrando amigos. Veo a dos mujeres jóvenes abrazarse cuando se encuentran.

Extraño a Kate. Sólo han pasado dos semanas desde que se fue de vacaciones, pero se sienten como las dos semanas más largas de mi vida. Ha pasado tanto, nunca me creerá cuando le diga. Bueno, contarle la versión editada, acatando el CDC. Frunzo el ceño. Tendré que hablar con Zayn sobre eso. ¿Qué sacaría Kate de todo ello? Me quedo en blanco ante el pensamiento. Quizás volverá con Ethan.

Siento una ola de excitación con la idea, pero creo que es improbable. Se quedará con Elliot en Barbados.

—¿Dónde te quedas cuando estás esperando y mirando afuera? —le pregunto a Sawyer mientras nos ponemos en la fila del almuerzo. Sawyer está en frente de mí, mirando la puerta, monitoreando continuamente la calle y a cualquiera que entra. Es enervante.

—Me siento en el café directamente al cruzar la calle, señorita Steele.

—¿No se vuelve muy aburrido?

—No para mí, señora. Es lo que hago —dice duramente.

Me sonrojo.

—Lo lamento, no pretendía… —Mi voz se sale de rumbo, entendiendo su expresión.

—Por favor, señorita Steele. Mi trabajo es protegerla. Y eso es lo que haré.

—Así que, ¿no hay signos de Leila?

—No, señora.

Frunzo el ceño.

—¿Cómo sabes cómo luce?

—La he visto en fotografías.

—Oh, ¿la tienes contigo?

—No señora. —Toca su cráneo— Grabado en la memoria.

Por supuesto, realmente me gustaría examinar una fotografía de Leila para ver cómo se veía antes de convertirse en la Chica Fantasma. Me pregunto si Zayn me dejaría tener una copia. Sí, probablemente… por mi seguridad. Trazo un plan, y mi subconsciente salta y asiente aprobatoriamente.

Los panfletos llegan de nuevo a la oficina, y tengo que decirlo, se ven genial. Llevo uno a la oficina de Jack. Sus ojos se iluminan, y no sé si es por mí o por el panfleto. Escojo creer que es el anuncio.

—Se ven genial, Anastasia. —Los revisa ensoñadoramente— Sí, buen trabajo. ¿Verás a tu novio esta noche? —Sus labios se curvan mientras dice novio.

—Sí. Vivimos juntos.

Es casi verdad. Bueno, lo hacemos por el momento. Y he accedido a mudarme, así que no es más que una mentira inocente. Espero que sea suficiente para rechazarlo.

—¿Se negaría a dejarte venir a tomar una copa rápida esta noche? ¿Para celebrar todo el trabajo que has hecho?

—Tengo un amigo que viene de visita esta noche, y saldremos todos a cenar. —Y estaré ocupada cada noche, Jack.

—Ya veo —suspira, exasperado— ¿Quizás cuando vuelva de Nueva York, entonces?

Levanta una ceja con expectación, y su mirada se ensombrece sugerentemente.

Oh no. Sonrío, sin compromiso, ahogando un estremecimiento.

—¿Te gustaría algo de té o café?

—Café, por favor —Su voz es baja y áspera, como si estuviera pidiendo algo más.

Mierda. No retrocederá. Puedo verlo ahora. Oh… ¿Qué haré?
Dejo salir un suspiro de alivio cuando estoy fuera de su oficina. Me pone tensa.

Zayn tiene razón sobre él, y parte de mí está molesta porque Zayn tiene razón sobre él.

Me siento en mi escritorio y suena mi BlackBerry, un número que no reconozco.

—Anastasia Steele.

—¡Hola Steele! —la voz de Ethan me atrapa justo con la guardia baja.

—¡Ethan! ¿Cómo estás? —Casi me atraganto del deleite.

—Contento de estar de vuelta. Estoy repleto de sol y ponche de ron, y mi hermana pequeña enamorada sin remedio del grandote. Ha sido un infierno, Anastasia.

—¡Sí! Mar, arena, sol y ponche de ron suena como el Infierno de Dante —río— ¿Dónde estás?

—Estoy en el aeropuerto, esperando mi equipaje. ¿Qué estás haciendo?

—Trabajando. Sí, estoy felizmente empleada —respondí a su sorpresa— ¿Quieres venir a buscar las llaves? Puedo encontrarte luego en el departamento.

—Suena genial. Te veré en unos cuarenta y cinco minutos, quizás una hora. ¿Cuál es la dirección?

Le di la dirección de la AIPS.

—Te veré pronto, Ethan.

—Hasta luego, nena —dice, y cuelga.

¿Qué? No, ¿Ethan también? Y me doy cuenta de que ha pasado una semana con Elliot. Rápidamente envío un e-mail a Zayn.

No hay comentarios:

Publicar un comentario