sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 91.

¿Qué? De verdad él…

Por segunda vez en menos de media hora mi mundo se detiene.
Santa mierda. Miro al profundamente arruinado hombre que amo. No puedo creer lo que acaba de decir.

¿Matrimonio? ¿Me está proponiendo matrimonio? ¿Está bromeando? No puedo evitarlo, una pequeña, nerviosa, risa sale de mí. Muerdo mi labio para detenerla de convertirse en una completamente histérica risa y fallo miserablemente. Me tumbo en el suelo y me rindo a la risa, me reí como si nunca antes me hubiera reído, grandes recuperadores catárticos aullidos de risa.

Y por un momento estoy en mi propia cuenta, viendo esta absurda situación, y riéndome, una niña abrumada junto a un niño arruinado. Jalo mi brazo sobre mis ojos, mientras mi risa se convierte en lágrimas escaldadas. No, no… esto es demasiado.

Y mientras la histeria disminuye, Zayn suavemente levanta mi brazo de mi cara. Y volteo a verlo.

Esta inclinado sobre mí. Su boca torcida con diversión irónica, pero sus ojos están ardiendo, quizá heridos. Oh, no.

Gentilmente limpia una lagrima con la parte de atrás de sus nudillos.

—¿Encuentras divertida mi propuesta, señorita Steele?

Oh, ¡Cincuenta! Lo alcanzo, y acaricio su mejilla suavemente, disfrutando cómo se siente la barba bajo mis dedos. Dios, amo a este hombre.

—Sr. Malik… Zayn. Tu sentido de la oportunidad es sin duda… —Lo miro y las palabras me fallan.

Me sonríe, pero las arrugas alrededor de sus ojos me demuestran que está herido.

Es serio.

—Me estas hiriendo, Anastasia. ¿Te casarías conmigo?

Me siento y me inclino sobre él, poniendo mis manos en sus rodillas. Miro su adorable cara.

—Zayn, he conocido a tu ex psicópata con una pistola, fui echada de mi departamento, te tuve siendo termonuclear Cincuenta conmigo…

Abre la boca para hablar, pero levanto mi mano. Y obedientemente guarda silencio.

—Acabas de revelar alguna información francamente impactante acerca de ti, y ahora me pides que me case contigo.

Mueve su cabeza de lado a lado como considerando los hechos. Esta entretenido.

Gracias al cielo.

—Sí, creo que ese es un justo resumen de la situación —dice secamente.

Sacudo mi cabeza a él.

—¿Qué paso con la gratificación retrasada?

—Lo superé, y ahora estoy firmemente defensor a la gratificación instantánea. Carpe diem, Anastasia —susurra.

—Mira Zayn, te he conocido como por tres minutos, y aún hay mucho más que tengo que saber. He tomado mucho, estoy hambrienta, cansada, y me quiero ir a la cama. Necesito considerar tu propuesta así como consideré el contrato que me diste. Y… —Presiono mis labios juntos para mostrar mi inconformidad pero también para aligerar el ambiente— Esa no fue la propuesta más romántica.

Inclina su cabeza a un lado y sus labios se curvan en una sonrisa.

—Un punto justo, como siempre, señorita Steele. —Él respira, su voz se escucha con alivio—. ¿Así que eso es un no?

Suspiro.

—No, Sr. Malik, no es un no, pero tampoco es un sí. Sólo estás haciendo esto porque estás asustado, y no confías en mí.

—No, estoy haciendo esto porque al fin encontré a alguien con quien quiero pasar el resto de mi vida.

Oh. Mi corazón se detiene por un momento y se derrite. ¿Cómo es que en medio de las más descabezadas situaciones puede decir las cosas más románticas? Mi boca se abre por el shock.

—Nunca creí que me fuera a pasar eso —continúa, su expresión irradia pura sinceridad sin diluir.

Lo miro boquiabierta, buscando las palabras correctas.

—Puedo pensar acerca de eso… ¿Por favor? ¿Y pensar acerca de todo lo demás que ha pasado el día de hoy? ¿Qué acabas de decirme? Pediste paciencia y fe. Bueno, regresando a ti, Malik. Necesito eso ahora.

Sus ojos buscan los míos y después de un segundo, se inclina y acomoda mi cabello detrás de mí oreja.

—Puedo vivir con eso. —Me besa rápidamente en los labios— ¿No muy romántico, eh? —Levanta sus cejas, y le doy mi sacudida de cabeza amonestadora— ¿Corazones y flores? —pregunta suavemente.

Asiento y me da una pequeña sonrisa.

—¿Estás hambrienta?

—Sí.

—No comiste. —Sus ojos se enfrían y su mandíbula se endurece.

—No, no comí. —Me siento en mis talones y lo considero pasivamente— Ser echada de mi departamento después de ver a mi novio interactuando íntimamente con su ex-sumisa suprimió considerablemente mi apetito. —Lo miro y pongo mis puños en mis caderas.

Zayn sacude su cabeza y se levanta. Oh, finalmente podemos levantarnos del suelo. Extiende su mano hacia mí.

—Déjame prepararte algo de comer —dice.

— ¿No puedo irme a la cama? —murmuro con cansancio mientras coloco mi mano en la suya.

Me levanta. Estoy tiesa. Me mira, y su expresión se suaviza.

—No, necesitas comer. Ven. —El Zayn mandón regresa y es un alivio.

Me lleva al área de la cocina y me sienta en un taburete mientras va hacia el refrigerador. Miro mi reloj. Maldición, casi son las once y media y tengo que levantarme temprano para ir al trabajo.

—Zayn, no estoy realmente hambrienta.

Diplomáticamente me ignora mientras busca por el gigantesco refrigerador.

—¿Queso? —pregunta.

—No a esta hora.

—¿Pretzels?

—¿En el refrigerador? No —resoplo.

Voltea y me sonríe.

—¿No te gustan los Pretzels?

—No a las once y media. Zayn me voy a la cama. Tú puedes buscar en tu refrigerador por el resto de la noche. Estoy cansada, y he tenido un día bastante interesante. Un día que me gustaría olvidar. —Me bajo del banquito y me frunce el ceño, pero justo ahora no me importa. Quiero irme a la cama, estoy exhausta.

—¿Macarrones con queso? —Sostiene un traste blanco con cubierta. Luce tan esperanzador y encantador.

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