martes, 25 de junio de 2013

Capítulo 50.

—¿Le dijiste?

—¿Decirle a quién, qué?

—Que la llamo Sra. Robinson —escupí.

—¿Es de Elena? —Zayn está impresionado—Esto es ridículo —se queja, pasando una mano por su cabello y puedo decir que está irritado— Mañana hablare con ella por la mañana. O el lunes —refunfuña amargamente.

Y aunque me avergüenza admitirlo, una pequeña parte de mí está contenta. Mi subconsciente asiente con sabiduría. Elena lo está molestando y esto sólo puede ser bueno... seguro. Decido no decir nada por ahora pero escondo la nota en mi cartera y en un gesto que garantiza aligerar su humor, le regreso las bolas.

—Hasta la próxima vez —murmuro.

Él me mira y es difícil ver su cara en la oscuridad pero creo que está sonriendo.

Alcanza mi mano y la aprieta.

Miro por la ventana hacia la oscuridad, reflexionando sobre este largo día. He aprendido tanto de él, recogiendo tantos detalles perdidos… los salones, el mapa, su infancia… pero todavía hay tanto por descubrir. ¿Y qué hay de la Sra. R.? Sí, ella se preocupa por él, y profundamente, parecería. Puedo ver eso, y él se preocupa por ella... pero no de la misma manera. Ya no sé qué pensar. Toda esta información está haciendo que mi cabeza me duela.


Zayn me despierta cuando estamos afuera de Escala.

—¿Tengo que cargarte adentro? —pregunta suavemente.

Sacudo mi cabeza dormida. De ninguna manera.

Mientras estamos en el ascensor me apoyo contra él, poniendo mi cabeza contra su hombro. Sawyer está frente a nosotros, moviéndose incómodo.

—Ha sido un largo día, ¿eh, Anastasia?

Asiento.

—¿Cansada?

Asiento.

—No estás muy conversadora.

Asiento y él sonríe.

—Vamos, te pondré en la cama. —Toma mi mano cuando salimos del ascensor pero nos detenemos en el vestíbulo cuando Sawyer levanta la mano. En esa fracción de segundo, estoy instantáneamente despierta. Sawyer habla en su manga.

No tenía idea de que llevaba una radio.

—Entendido, T —dice y se gira para enfrentarnos— Sr. Malik, las ruedas del Audi de la Srita. Steele han sido pinchadas y lanzaron pintura sobre ellas.

¡Mi auto! ¿Quién haría eso? Y sé la respuesta tan pronto como la pregunta se materializa en mi mente. Leila. Miro a Zayn y él se pone blanco.

—Taylor está preocupado que el responsable haya entrado al apartamento y podría estar ahí todavía. Quiere asegurarse.

—Ya veo —susurra Zayn—. ¿Cuál es el plan de Taylor?

—Está viniendo en el ascensor del servicio con Ryan y Reynolds. Ellos harán un rastreo y luego nos darán el visto bueno. Debo esperar con usted, señor.

—Gracias, Sawyer —Zayn aprieta su brazo alrededor de mí— Este día sólo mejora y mejora —suspira amargamente, oliendo mi cabello—Escucha, no puedo quedarme aquí y esperar. Sawyer, cuida a la señorita Steele. No la dejes entrar hasta que todo esté despejado. Estoy seguro de que Taylor está reaccionando exageradamente. Ella no puede entrar al apartamento.

¿Qué?

—No, Zayn... tienes que quedarte conmigo —suplico.

Zayn me libera.

—Haz lo que se te dice, Anastasia. Espera aquí.

¡No!

—¿Sawyer? —dice Zayn.

Sawyer abre la puerta del vestíbulo para dejar a Zayn entrar al apartamento y luego cierra la puerta detrás de él y se queda parado delante, mirando hacia mí, sin inmutarse.

Santa mierda. ¡Zayn! Todos los resultados horrorosos pasan por mi mente, pero todo lo que puedo hacer es quedarme parada y esperar.

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