sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 86.

—¡Jesús, Anastasia! ¿Qué mierda está pasando?

Estoy aliviada por ver a Ethan mientras camina en el pequeño vestíbulo, todavía cargando su gran maletín. ¡Oh, gracias al cielo está bien! Cuando Taylor me baja, prácticamente me lanzo sobre Ethan, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello.

—Ethan. ¡Oh, gracias a Dios! —Lo abrazo, sosteniéndolo cerca.

Estaba tan preocupada, y por un breve momento, disfruto algo de respiro de mi creciente pánico por lo que está pasando arriba en mi apartamento.

—¿Qué mierda está sucediendo, Anastasia? ¿Quién es este tipo?

—Oh, lo lamento, Ethan, este es Taylor. Trabaja con Zayn. Taylor, este es
Ethan, el hermano de mi compañera de piso.

Asienten el uno al otro.

— Anastasia, arriba, ¿qué está pasando? Estaba buscando las llaves del apartamento cuando estos tipos salieron de la nada y las tomaron. Uno de ellos era Zayn…

La voz de Ethan se desvanece.

—Llegaste tarde... Gracias a Dios.

—Sí. Me encontré con un amigo de Pullman, tomamos algo rápido. Arriba, ¿qué es lo que pasa?

—Hay una chica, una ex de Zayn. En nuestro apartamento. Ella se ha vuelto loca, y Zayn está… —Mi voz se rompe y las lágrimas inundan mis ojos.

—Oye —susurra Ethan y me acerca una vez más— ¿Alguien ha llamado a la policía?

—No, no se trata de eso —lloriqueo en su pecho, y ahora que he empezado, no puedo dejar de llorar, la tensión de este último episodio se está liberando a través de mis lágrimas. Ethan aprieta sus brazos a mi alrededor, pero siento su perplejidad.

—Oye, Anastasia, vamos a tomar algo. —Palmea mi espalda incómodamente.
Abruptamente, también me siento incómoda, y avergonzada, y con toda honestidad, quiero estar sola. Pero asiento, aceptando su oferta. Quiero estar lejos de aquí, lejos de lo que sea que está sucediendo arriba.

Me vuelvo hacia Taylor.

—¿El apartamento fue revisado? —le pregunto entre lágrimas, limpiándome la nariz con la parte trasera de mi mano.

—Esta tarde. —Taylor se encoge de hombros a manera de disculpa y me pasa un pañuelo. Luce devastado— Lo lamento, Anastasia —murmura.

Frunzo el ceño. Caray, se ve tan culpable. No quiero hacerlo sentir peor.

—Parece que ella tienen una misteriosa habilidad para evadirnos —añade él, frunciendo el ceño una vez más.

—Ethan y yo iremos a tomar algo y luego volveremos a Escala. —Me seco los ojos.

Taylor cambia de un pie a otro incómodamente.

—El Sr. Malik quería que se fuera al apartamento —dice calmadamente.

—Bueno, sabemos en dónde está Leila ahora. —No puedo evitar la amargura en mi voz—Así que no es necesaria toda la seguridad. Dígale a Zayn que lo veremos más tarde.

Taylor abre la boca para hablar y luego, sabiamente, la cierra de nuevo.

—¿Quieres dejar tu maletín con Taylor? —le pregunto a Ethan.

—No, lo mantendré conmigo, gracias.

Ethan asiente a Taylor, luego me acompaña fuera de la puerta principal.

Demasiado tarde, recuerdo que he dejado mi bolso en la parte trasera del Audi. No tengo nada.

—Mi bolso…

—No te preocupes —murmura Ethan, su rostro lleno de preocupación— Está bien, yo invito.


Escogemos un bar atravesando la calle, sentándonos en los taburetes junto a la ventana. Quiero ver qué está pasando… quién viene, y más importante, quién se va. Ethan me entrega una botella de cerveza.

—¿Problemas con una ex? —dice gentilmente.

—Es un poco más complicado que eso —murmuro, abruptamente precavida. No puedo hablar de esto, he firmado un contrato de confidencialidad. Y por primera vez, realmente resiento el hecho que Zayn no ha dicho nada acerca de rescindirlo.

—Tengo tiempo —dice Ethan amablemente y toma un largo sorbo de su cerveza.

—Es una ex, de hace años. Dejó a su esposo por algún tipo. Luego hace un par de semanas o así, él murió en un accidente automovilístico, y ahora ella viene tras Zayn. —Me encojo de hombros. Ahí está, eso no fue decir mucho.

—¿Viene tras él?

—Tenía un arma.

—¡Qué mierda!

—No amenazó de verdad a nadie con ella. Creo que quería lastimarse a sí misma. Pero es por eso que estaba tan preocupada por ti. No sabía si estabas en el apartamento.

—Ya veo. Ella suena inestable.

—Sí, lo es.

—¿Y qué está haciendo Zayn con ella ahora?

La sangre abandona mi cara y la bilis sube por mi garganta.

—No lo sé —susurro.


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