lunes, 24 de junio de 2013

Capítulo 36.

Tentativamente tomo la caja y la abro. Dentro brillan un par de pendientes de gota. Cada uno tiene cuatro diamantes, uno en la base, luego tres diamantes perfectamente espaciados colgando uno después del otro. Son hermosos, simples, y clásicos. Lo que yo escogería si me diesen alguna vez la oportunidad de comprar en Cartier.

—Son maravillosos —musito, y los adoro porque son los pendientes que nos dan una segunda oportunidad—. Gracias.

Se relaja contra mí mientras la tensión deja su cuerpo, y besa de nuevo mi hombro.

—¿Usarás el vestido de satén plateado? —pregunta.

—Sí. ¿Está bien?

—Por supuesto, te dejo para que te arregles. —Sale por la puerta sin mirar atrás.



He entrado en un universo alternativo. La joven que me mira fijamente parece digna de una alfombra roja. Su vestido palabra de honor, largo hasta el suelo, de satín plateado es simplemente impresionante. Tal vez le escriba personalmente a Caroline Acton. Está ajustado y adula las pocas curvas que tengo.

Mi cabello cae en ondas suaves alrededor de mi cara, derramándose sobre mis hombros hasta mis pechos. Meto un mechón detrás de mi oreja, dejando al descubierto mis pendientes. Mantuve mi maquillaje al mínimo, buscando un aspecto natural. Delineador de ojos, mascara, un poco de rubor rosado y el lápiz labial de color rosa pálido.

Realmente no necesito el rubor. Estoy un poco enrojecida por el constante movimiento de las bolas de plata. Sí, van a garantizar que tenga un poco de color en las mejillas esta noche. Sacudiendo mi cabeza ante la audacia de las ideas eróticas de Zayn, me inclino a recoger mi abrigo de raso y el bolso plateado y voy en busca de mi Cincuenta Sombras.

Él está hablando con Taylor y otros tres hombres en el pasillo, de espaldas a mí.

Las expresiones de sorpresa y admiración de estos alertan a Zayn de mi presencia. Se voltea mientras me detengo y espero con torpeza.

¡Santo cielo! Se me seca la boca. Él se ve impresionante... Traje de noche negro, corbata de lazo negro y su expresión cuando me mira es de asombro. Él camina hacia mí y besa mi cabello.

—Anastasia. Te ves impresionante.

Me ruborizo ante el cumplido frente a Taylor y los otros hombres.

—¿Una copa de champán antes de irnos?

—Por favor —murmuro, demasiado rápido.

Zayn asiente con la cabeza hacia Taylor, quien se dirige al hall de entrada con sus tres acompañantes.

En la gran sala, Zayn coge una botella de champán de la nevera.

—¿Equipo de seguridad? —pregunto.

—Protección Cercana. Están bajo el control de Taylor. Ha entrenado en eso también. —Las manos de Zayn me acercan una copa de champán.

—Él es muy versátil.

—Sí, lo es. —Sonríe Zayn—. Te ves hermosa, Anastasia. Salud.

Levanta su copa y la choca con la mía. El champán es de un pálido color rosado. Tiene un sabor deliciosamente crujiente y ligero.

—¿Cómo te sientes? —pregunta, sus ojos se calientan.

—Muy bien, gracias. —Sonrío dulcemente, sin dejar escapar nada, a sabiendas de que se refiere a las bolas de plata.

Él me sonríe.

—Aquí vas a necesitar esto. —Me entrega una bolsa de terciopelo de gran tamaño que estaba descansando en la isla de la cocina—Ábrelo —dice entre sorbo y sorbo de champaña. Intrigada, meto las manos en la bolsa y saco una intrincada mascara de plata con plumas azul cobalto en un penacho que corona la parte superior.

—Es un baile de máscaras —afirma con total naturalidad.

—Ya veo. —La máscara es bella. Una cinta de plata rodea los bordes plateados y una exquisita filigrana está grabada alrededor de los ojos.

—Esto muestra tus hermosos ojos, Anastasia.

Sonrío tímidamente.

—¿Tú llevas una?

—Por supuesto. En cierta forma son muy liberadoras —añade, levantando una ceja y sonriendo.

Oh. Esto va a ser divertido.

—Ven. Quiero mostrarte algo.

Tendiéndome la mano, me conduce hacia el pasillo y hacia una puerta al lado de las escaleras. La abre, revelando una gran sala de más o menos el mismo tamaño que la sala de juegos, que debe estar directamente encima de nosotros. Ésta está llena de libros. Wow, una biblioteca, cada pared repleta de piso a techo. En el centro hay una mesa de billar de tamaño completo, iluminada por una larga lámpara Tiffany en forma de prisma triangular.

—¡Tienes una biblioteca! —rechino asombrada, abrumada por la emoción.

—Sí, la sala de bailes como Elliot llama. El apartamento es muy amplio. Me di cuenta hoy, cuando mencionaste la exploración, que nunca te llevé a recorrerlo. No tenemos tiempo ahora, pero pensé que podría mostrarte esta habitación, y tal vez retarte a un juego de billar en un futuro no muy lejano.

Le sonrío.

—Cuando quieras. —En secreto, me abrazo a mí misma con alegría.


A Justin y a mí nos encanta el billar. Hemos estado jugando durante los últimos tres años. Yo soy un as con el taco. Justin ha sido un buen maestro.

—¿Qué? —pregunta Zayn, divertido.

¡Oh! Realmente debo dejar de expresar todas las emociones que siento en el instante en que las siento.

—Nada —le digo rápidamente.

Zayn entorna los ojos.

—Bueno, tal vez el doctor Flynn puede descubrir tus secretos. Vas a reunirte con él esta noche.

—¿El charlatán caro?

—El mismo. Se muere por conocerte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario