miércoles, 26 de junio de 2013

Capítulo 74.

Jack sale de su oficina.

—Me tengo que ir. Te veré después. —Cuelgo.

Miro a Jack mientras pasea casualmente hacia mí.

—Sólo necesito un par de ajustes. Envié el informe de vuelta a ti.

Se inclina sobre mí mientras recupero el documento, bastante cerca…incómodamente cerca. Su brazo roza el mío. ¿Accidentalmente? Me estremezco, pero pretende no notarlo. Su otro brazo descansa sobre el respaldo de mi silla, tocando mi espalda. Me enderezo, por lo que no estoy apoyándome en el respaldo.

—Páginas dieciséis y veintitrés y eso debería ser todo —murmura, su boca a centímetros de mi oreja.

Mi piel rastrea su proximidad, pero decido ignorarlo. Abriendo el documento, inestablemente inicio los cambios. Él todavía está inclinándose sobre mí y todos mis sentidos están extremadamente alertas. Es incómodo y molesto y por dentro estoy gritando ¡Retírate!

—Una vez hecho esto, será bueno ir a imprimirlo. Puedes organizar eso mañana. Gracias por quedarte hasta tarde y hacer esto, Anastasia. —Su voz es suave, gentil, como si le hablara a un animal herido. Mi estómago se retuerce.

—Creo que lo menos que podría hacer es recompensarte con una copa rápida. Te mereces una.

Mete una hebra de mi cabello, que ha caído suelto de la banda, detrás de mí oreja y acaricia suavemente el lóbulo.
Me encojo apretando mis dientes y alejo mi cabeza de un tirón. ¡Mierda! Zayn tenía razón. No me toques.

—En realidad, no puedo esta noche. —O cualquier otra noche Jack.

— ¿Sólo una rápido? —persuade.

—No, no puedo. Pero gracias.

Jack se sienta en el extremo de mi escritorio y frunce el ceño. Campanas de alarma suenan ruidosamente en mi cabeza. Estoy por mi cuenta en la oficina. No puedo irme. Miro nerviosamente al reloj. Otros cinco minutos antes de que Zayn llegue.

—Anastasia, creo que hacemos un gran equipo. Siento que no pueda presionar más en esto del viaje a New York. No será lo mismo sin ti.

Estoy segura que no. Le sonrío débilmente, porque no puedo pensar que decir. Y por primera vez en todo el día, siento un pequeño alivio de que no iré.

—Así que, ¿tuviste un buen fin de semana? —pregunta suavemente.

—Sí, gracias.

¿A dónde va él con esto?

—¿Viste a tu novio?

—Sí.

—¿Qué hace él?

Posee tu trasero…

—Está en los negocios.

—Eso es interesante. ¿Qué tipo de negocios?

—Oh, él tiene sus manos en todo tipo de pasteles.

Jack ladea su cabeza a un lado mientras se inclina hacia mí, invadiendo mi espacio personal, otra vez.

—Estás siendo muy evasiva, Anastasia.

—Bueno, él está en telecomunicaciones, fabricación, y agricultura.

Jack levanta sus cejas.

—Tantas cosas. ¿Para quién trabaja?

—Trabaja para sí mismo. Si estás contento con el documento, me gustaría irme, ¿si te parece bien?

Se inclina hacia atrás. Mi espacio personal está a salvo otra vez.

—Por supuesto. Lo siento, no quise retenerte —dice falsamente.

—¿A qué hora cierra el edificio?

—Seguridad está aquí hasta las once.

—Bien. —Sonrío, y mi subconsciente cae rendida en su silla, aliviada de saber que no estamos solos en el edificio. Apago mi computadora, agarro mi cartera y me paro, lista para irme.

—¿Entonces te gusta él? ¿Tu novio?

—Lo amo —respondo, mirando a Jack a los ojos.

—Ya veo. —Jack frunce el ceño y se para de mi escritorio— ¿Cuál es su apellido?

Me sonrojo.

—Malik. Zayn Malik —balbuceo.

Jack se queda con la boca abierta.

—¿Él soltero más rico de Seattle? ¿Ese Zayn Malik?

—Sí. El mismo.

Sí, ese Zayn Malik, tu futuro jefe que te tendrá para el desayuno si invades mi espacio personal otra vez.

—Ya me pareció que me era familiar —dice Jack oscuramente y sus cejas se arrugan más— Bueno, es un hombre afortunado.

Parpadeo hacia él. ¿Qué respondo a eso?

—Que tengas una buena noche, Anastasia. —Jack sonríe, pero la sonrisa no toca sus ojos, se va caminando rígido y sin mirar atrás.

Dejo salir un suspiro de alivio. Bueno, ese problema puede estar resuelto. Zayn hizo funcionar su magia otra vez. Solo su nombre es mi talismán, y ha hecho que este hombre se fuera con la cola entre las piernas. Me permito una pequeña sonrisa de victoria. ¿Lo ves Zayn? Incluso tu nombre me protege, no era necesario tanto problema y que tomaras medidas drásticas con lo de los gastos. Ordeno mi escritorio y veo el reloj. Zayn debe estar afuera.

El Audi está estacionado contra la acera, y Taylor sale para abrir la puerta trasera. Nunca había estado tan complacida de verlo, y me apresuro al auto fuera de la lluvia.

Zayn está en el asiento trasero, mirándome, sus ojos amplios y cuidadosos.

Está preparado para mi ira, su mandíbula apretada y tensa.

—Hola —murmuro.

—Hola —responde cautelosamente, se acerca y toma mi mano, apretándola con fuerza, y mi corazón se derrite un poco. Estoy tan confundida. Ni siquiera he resuelto lo que necesito decirle.

—¿Todavía estás molesta? —pregunta.

—No lo sé —murmuro. Él levanta mi mano y ligeramente roza mis nudillos con suaves besos.

—Ha sido un día de mierda —dice.

—Sí, lo ha sido.

Pero por primera vez desde que se fue a trabajar esta mañana, me comienzo a relajar. Solo estar en su compañía es como un bálsamo calmante, toda la mierda de Jack, los irritantes e-mails de un lado al otro, y la molestia de Elena se desvanecen hasta el fondo. Es solo yo y mi obsesivo del control en la parte de atrás del auto.

—Es mejor ahora que estás aquí —murmura.

Estamos sentados en silencio mientras Taylor maneja a través del tráfico de la noche, ambos melancólicos y contemplativos; pero me siento relajada con Zayn a mi lado, mientras él también se relaja, gentilmente corriendo su dedo pulgar a través de mis nudillos en un suave, y relajante ritmo.

Taylor nos deja afuera del edificio de apartamentos, y ambos nos apresuramos adentro, fuera de la lluvia. Zayn toma mi mano mientras esperamos el ascensor, sus ojos escaneando la entrada del edificio.

—Supongo que no han encontrado a Leila todavía.

—No. Welch todavía está buscándola —murmura abatido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario