martes, 25 de junio de 2013

Capítulo 48.

A la medianoche, damos un paseo hacia la orilla entre la carpa y el cobertizo para botes donde otros invitados estaban reunidos para mirar los juegos artificiales. El MC, de nuevo a cargo, había permitido que se quitaran las máscaras, para ver mejor la demostración. Zayn tiene su brazo a mi alrededor, pero soy consciente de que Taylor y Sawyer están cerca, probablemente porque ahora estamos en la multitud. Miran a todas partes mientras en el muelle donde dos pirotécnicos vestidos de negro están haciendo los últimos preparativos. Viendo a Taylor me recuerda a Leila. Quizás ella está aquí. Mierda. El pensamiento enfría mi sangre y yo me acurruco más contra Zayn. Mira hacia mí mientras me acerca.

—¿Estás bien, nena? ¿Tienes frío?

—Estoy bien.

Miro rápidamente detrás de nosotros y veo los otros dos guardias de seguridad, cuyos nombres olvidé, estando cerca. Moviéndome en frente de él, Zayn pone sus dos brazos sobre mis hombros.

De repente, una conmovedora banda sonora clásica resonó sobre el muelle y dos cohetes se dispararon en el aire, explotando con un sonido ensordecedor sobre la bahía, alumbrando todo con una deslumbrante bóveda de naranja brillante y blanco que se refleja en una lluvia brillante sobre el agua todavía tranquila de la bahía. Mi mandíbula cae mientras varios cohetes estallan en el aire y explotan en un caleidoscopio de colores.

No puedo recordar alguna vez haber visto una demostración así de impresionante, excepto tal vez en la televisión, y nunca luce así de bien en la televisión. Están todos en compás con la música. Descarga tras descarga, explosión tras explosión y luz tras luz mientras la multitud contesta con jadeos. Es de otro mundo. Sobre el puente de la bahía varios manantiales plateados de luz explotaron a seis metros en el aire, cambiando de color por azul, rojo, naranja y de nuevo a plateado… y todavía más cohetes explotaron mientras la música alcanzaba su punto culminante.

Mi cara empieza a doler por la ridícula sonrisa de maravilla estampada en ella.

Miro a Cincuenta y está igual, maravillándose como un chico ante el sensacional espectáculo. Para el final, una descarga de seis cohetes en la oscuridad explotaron simultáneamente, bañándonos en una gloriosa luz dorada mientras la muchedumbre estalla en aplausos frenéticos y entusiastas.

—Damas y caballeros —llamó el MC cuando los aplausos y silbidos se apagaron—Sólo una nota que añadir al final de esta hermosa tarde; ¡su generosidad ha reunido un total de un millón, ochocientos cincuenta y tres mil dólares!


Aplausos espontáneos estallaron de nuevo y fuera del puente, un mensaje se enciende en corrientes de chispas plateadas formando las palabras: Gracias de Coping Together, chispeando y resplandeciendo sobre el agua.

—Oh, Zayn... eso fue hermoso. —Le sonrío y él se inclina para besarme.

—Hora de irnos —murmura, una amplia sonrisa en su cara hermosa y sus palabras sostienen tantas promesas.

De repente, me siento muy cansada.
Él mira hacia arriba de nuevo y Taylor está cerca, la multitud dispersándose a nuestro alrededor. No hablan pero algo pasa entre ellos.

—Quédate conmigo un momento. Taylor quiere que esperemos mientras la gente se dispersa.

Oh.

—Creo que los fuegos artificiales probablemente lo envejecieron cien años —agrega.

—¿No le gustan?

Zayn me mira con cariño y sacude su cabeza, pero no se explica.

—Entonces, Aspen —dice y sé que está tratando de distraerme de algo.

Funciona.

—Oh… no he pagado mi oferta —jadeo.

—Puedes mandar un cheque. Tengo la dirección.

—Estabas realmente enojado.

—Sí, lo estaba.

Sonrío.

—Te culpo a ti y a tus juguetes.

—Estabas un poco abrumada, señorita Steele. Un resultado de lo más satisfactorio si recuerdo. —Él sonríe escabrosamente— Por cierto, ¿dónde están?

—¿Las bolas plateadas? En mi cartera.

—Me gustaría tenerlas de nuevo. —Sonríe hacia a mí— Son un dispositivo
demasiado poderoso para ser dejado en tus poderosas manos.

—¿Te preocupa que pueda abrumarme de nuevo, tal vez con alguien más?

Sus ojos brillan peligrosamente.

—Espero que eso no pase —dice, un tono frío en su voz—Pero no, Anastasia. Quiero todo tu placer.

Whoa.

—¿No confías en mí?

—Implícitamente. Ahora, ¿puedo tenerlas de nuevo?

—Pensaré en ello.

Estrecha sus ojos hacia mí.

Hay música una vez más desde la pista de baile pero es un DJ tocando un enorme número de baile, el bajo palpitando en un ritmo implacable.

—¿Quieres bailar?

—Realmente estoy cansada, Zayn. Me gustaría que nos fuéramos, si esto está bien.

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