martes, 25 de junio de 2013

Capítulo 43.

Jada está riéndose como una colegiala también. Quizás yo no estaba tan fuera de lugar. Ella está vestida de la cabeza a los pies con tafetán azul marino y una máscara que hace juego. Dos jóvenes dan un paso hacia adelante, esperando.

Suertuda Jada.

—Jada habla japonés con fluidez, es una piloto de combate calificada y gimnasta olímpica… umm. —Guiña el MC— Caballeros ¿quién dice yo?

Jada mira boquiabierta, atónita al MC; obviamente él está hablando pura basura.

Ella sonríe tímidamente a los dos contendientes.

—Mil dólares —dice uno.

Muy rápidamente la oferta sube a cinco mil dólares.

—Uno… Dos… ¡Vendido! —declara el MC—. ¡Al caballero de la máscara!

Y por supuesto todos los hombres están usando máscaras por lo que hay carcajadas, aplausos y vítores. Jada sonríe a su comprador y sale rápidamente del escenario.

—¿Ves? ¡Es divertido! —susurra Mia—. Espero que Zayn te gane, aunque… no queremos una pelea —agrega.

—¿Pelea? —Me horrorizo en respuesta.

—Oh sí. Era muy impetuoso cuando era joven. —Se estremece.

¿Zayn peleando? El refinado y sofisticado Zayn, aficionado a la música coral del periodo Tudor. No me entra en la cabeza. El MC me distrae con su próxima introducción, una joven en rojo, con largo cabello negro.

—Caballeros, déjenme presentarles a la maravillosa Mariah. ¿Qué vamos a hacer con Mariah? Ella es una espadachina experimentada, toca el violonchelo en conciertos regulares y es campeona en salto con garrocha. ¿Qué tal eso señores?¿Quién oferta más, por favor, por un baile con la deliciosa Mariah?

Mariah mira al MC y alguien más grita muy fuerte.

—¡Tres mil dólares! —Es un hombre enmascarado con cabello rubio y barba.

Hay una contraoferta, pero Mariah es vendida por cuatro mil dólares.
Zayn me está viendo como un halcón. Un peleador Trevelyan-Malik, ¿quién podría saberlo?

—¿Hace cuánto tiempo? —le pregunto a Mia.

Ella mira hacia mí, confundida.

—¿Hace cuánto tiempo peleó Zayn?

—En la adolescencia. Volvió locos a mis padres, venía a la casa con los labios rotos y ojos negros. Fue expulsado de dos escuelas. Infligió algunos daños graves a sus oponentes.

La miré boquiabierta.

—¿No te ha dicho? —Suspira—Él tiene una reputación bastante mala entre mis amigos. Fue persona non grata por unos pocos años. Pero se detuvo cuando tuvo unos quince o dieciséis años. —Se encogió de hombros.

Santa mierda. Otra pieza del rompecabezas que encaja en su sitio.

—Entonces, ¿quién da más por la hermosa Jill?

—¡Cuatro mil dólares! —llama una voz profunda desde el lado izquierdo. Jill chilla en deleite.

Dejo de prestar atención a la subasta. Así que Zayn estuvo en ese tipo de problemas en la escuela, peleando. Me pregunto por qué. Miro fijamente hacia él.

Lily está atenta a nosotros.

—Y ahora, permítanme presentarles a la hermosa Anastasia.

Oh mierda, esa soy yo. Miro nerviosamente a Mia y ella me hace señas hacia el centro del escenario. Afortunadamente, no me caigo, pero me paro avergonzada como el infierno exhibiéndome a todos. Cuando miro a Zayn él me da una sonrisita de suficiencia. Bastardo.

—La hermosa Anastasia  toca seis instrumentos musicales, habla mandarín con fluidez y tiene mucho interés en el yoga… bueno caballeros… —Antes de que incluso pueda terminar la oración Zayn lo interrumpe, mirando al MC a través de su máscara.

—Diez mil dólares. —Oigo el jadeo de incredulidad de Lily detrás de mí.

—Quince.

¿Qué? Todos nos giramos hacia un hombre alto, impecablemente vestido parado a la izquierda del escenario. Parpadeo hacia Cincuenta. Mierda. ¿Qué hará con esto?

Pero él está rascándose la barbilla y dándole al extraño una sonrisa irónica. Es obvio que Zayn lo conoce. El extraño asiente educadamente a Zayn.

—¡Bien señores! Tenemos grandes apostadores en la casa esta noche.

La emoción del MC emana a través de su máscara de arlequín mientras se vuelve y sonríe a Zayn. Se trata de un gran espectáculo, pero es a mis expensas. Quiero protestar.

—Veinte —replica Zayn tranquilamente.

El parloteo de la multitud ha muerto. Todos mirando hacia mí, Zayn y al Sr. Misterioso por el escenario.

—Veinticinco —dice el extraño.

¿Podría ser esto más embarazoso?

Zayn mira fijamente hacia él, impasible, pero está divertido. Todos los ojos están sobre Zayn. ¿Qué va a hacer? Mi corazón está en mi boca. Me siento enferma.

—Cien mil dólares —dice, el timbre de su voz alto y claro a través de la carpa.

—¿Qué diablos? —sisea Lily sonoramente detrás de mí y un jadeo general de consternación y diversión ondea a través de la multitud.

El extraño levanta sus manos en derrota, riendo y Zayn le sonríe con suficiencia. Desde la esquina de mi ojo, puedo ver a Mia rebotando arriba y abajo con regocijo. Mi subconsciente está mirando a Zayn, absolutamente anonadada.

—¡Cien mil dólares para la encantadora Anastasia! A la una… a las dos… -El MC mira hacia el extraño que sacude la cabeza con fingido pesar y se inclina caballerosamente.

—¡Vendida! —grita el MC triunfalmente.

En una ensordecedora ronda de aplausos y vítores, Zayn se adelanta para tomar mi mano y ayudarme a bajar del escenario. Él mira hacia mí con una sonrisa divertida mientras hago mi camino hacia abajo, besa el dorso de mi mano y luego la coloca en la curva de su brazo y me lleva a la salida de la carpa.

—¿Quién era? —pregunto.

Él mira abajo, hacia mí.

—Alguien que puedes conocer más tarde. Justo ahora, quiero mostrarte algo. Tenemos unos treinta minutos hasta que finalice la subasta del Primer Baile. Entonces volveremos a la pista para que pueda disfrutar del baile por el que he pagado.

—Un baile muy costoso —murmuro en desaprobación.

—Estoy seguro de que vale cada centavo. —Me sonríe traviesamente. Oh, él tiene una gloriosa sonrisa y las ansias están de vuelta, floreciendo en mi cuerpo.

Estamos afuera, sobre el césped. Pensé que estaríamos rumbo al cobertizo, pero decepcionantemente parece que nos dirigimos hacia la pista de baile donde una gran banda ahora se está preparando. Hay al menos veinte músicos, y unos pocos invitados están pululando alrededor, fumando furtivamente, pero dado que gran parte de la acción está atrás en la carpa no llamamos demasiado la atención.

Zayn me lleva hacia la parte trasera de la casa y abre una ventana francesa que lleva a una grande, cómoda sala de estar que no he visto antes. Camina a través de la sala desierta hacia la amplia escalera con su elegante barandilla de madera pulida. Tomando mi mano de la curva de su brazo, me lleva hasta el segundo piso y a otro tramo de escaleras hasta el tercero. Abriendo una puerta blanca, me hace pasar a una de las habitaciones.

—Esta era mi habitación —dice tranquilamente, parándose en la puerta y bloqueándola tras él.

Es grande, sencilla y escasamente amueblada. Las paredes son de color blanco como los mueble, una espaciosa cama doble, un escritorio y una silla, estantes atiborrados con libros y paneles con varios trofeos de kickboxing por el aspecto. En las paredes cuelgan carteles de películas: The Matrix, Fight Club, The Truman Show y dos posters enmarcados de kickboxing. Uno se llama Guiseppe DeNatale, nunca he escuchado de él.

Pero lo que llama mi atención es la cartelera blanca por encima del escritorio, salpicada con un gran número de fotografías, banderines de los Mariners y entradas de conciertos. Es un pedazo del joven Zayn.

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