miércoles, 7 de agosto de 2013

Capítulo 78

Hay un golpe en la puerta, y Taylor entra llevando una caja de cartón negra con un estampado en crema de Fairmont al lado de The Olympic.

—¿Comida? —dice la Dra. Bartley, sorprendida.

—La señora Malik tiene hambre —dice Zayn— Es sopa de pollo.

La Dra. Bartley sonríe.

—La sopa va a estar bien, pero sólo el caldo. Nada pesado. —Ella nos mira fijamente a ambos y sale de la habitación con la enfermera Nora. Zayn coloca la bandeja con ruedas delante de mí, y Taylor coloca la caja en ella.

—Bienvenida de nuevo, Sra. Malik.

—Hola, Taylor. Gracias.

—Es un placer, señora. —Creo que quiere decir más, pero se mantiene a raya.

Zayn está abriendo la caja que contiene un termo, un tazón de sopa, un plato, una servilleta de lino, cuchara sopera, una pequeña cesta con bollos de pan, un salero y pimentero de plata… The Olympic en toda regla.

—Esto es genial, Taylor. —Mi estómago ruge. Estoy hambrienta.

—¿Eso es todo? —pregunta.

—Sí, gracias —dice Zayn, despidiéndolo.

Taylor asiente con la cabeza.

—Taylor, muchas gracias.

—¿Algo más que pueda conseguir, Sra. Malik?

Echo un vistazo a Zayn.

—Sólo un poco de ropa limpia para Zayn.

Taylor sonríe.

—Sí, señora.

Zayn mira su camisa, desconcertado.

—¿Cuánto tiempo has estado usando esa camisa? —pregunto.

—Desde el jueves por la mañana. —Él me da una sonrisa torcida.
Taylor se va.

—Taylor también está realmente enfadado contigo —añade Zayn de mal humor, desenroscando la tapa del termo y vertiendo la sopa cremosa de pollo en el recipiente.

¡Taylor, también! Pero no me detengo en eso, como mi sopa de pollo distraída. Huele delicioso, y el vapor se enrosca tentadoramente en la superficie. La pruebo y es todo lo que prometía ser.

—¿Esta bueno? —pregunta Zayn, se sube a la cama otra vez.

Asiento con la cabeza entusiasmada y no me detengo. Mi hambre es primordial. Me detengo sólo para limpiar la boca con la servilleta de lino.

—Dime lo que pasó después de que te dieras cuenta de lo que estaba pasando.

Zayn se pasa una mano por el pelo y niega con la cabeza.

—Oh, Anastasia, es bueno verte comer.

—Tengo hambre. Cuéntame.

Frunce el ceño.

—Bueno, después de que llamaran del banco y pensar que mi mundo se había acabado totalmente… —No se puede ocultar el dolor en su voz.

Dejo de comer. Oh, mierda.

—No dejes de comer, o dejaré de hablar —susurra, su tono de voz es firme como su mirada. Sigo con mi sopa. Vale, vale... Maldita sea, tiene buen sabor. La mirada de Zayn se ablanda y después de un momento, resume.

—De todos modos, poco después de que tú y yo hubiéramos terminado nuestra conversación, Taylor me informó de que a Hyde se le había concedido la libertad bajo fianza. ¿Cómo? No lo sé, pensé que había logrado frustrar cualquier intento de libertad bajo fianza. Pero eso me dio un momento para pensar acerca de lo que habías dicho… y supe que algo andaba muy mal.

—Nunca fue por el dinero —digo de repente, un inesperado aumento de la ira quema en mi vientre. Mi voz se eleva—. ¿Cómo pudiste pensar eso? ¡Nunca ha sido acerca de tu maldito dinero! —Mi cabeza comienza a latir con fuerza y hago una mueca de dolor. Zayn abre la boca una fracción de segundo, sorprendido por mi furia. Entorna los ojos.

—Cuida tu lenguaje —gruñe— Cálmate y come.

Lanzo una mirada hostil hacia él.

—Anastasia—advierte.

—Eso me dolió más que nada, Zayn —susurro— Casi tanto como que vieras a esa mujer.

Inhala fuertemente como si lo hubiera abofeteado y, de repente, se ve agotado. Cierra los ojos un instante, sacudiendo la cabeza, resignado.

—Lo sé —suspira— Y lo siento. Más de lo que crees. —Sus ojos son luminosos con la contrición— Por favor, come mientras que la sopa esté caliente.

Su voz es suave y convincente, y hago lo que pide. Él da un suspiro de alivio.

—Vamos —le susurro, entre bocado y bocado del ilícito pan blanco.

—No sabíamos que Mia había desaparecido. Pensé que tal vez estaba chantajeándote o algo así. Te devolví la llamada, pero no respondiste. —Él frunce el ceño— Te dejé un mensaje, entonces llame a Sawyer. Taylor inició el seguimiento de tu teléfono. Yo sabía que estuviste en el banco, así que nos dirigimos hacia allí.

—No sé cómo me encontró Sawyer. ¿Rastreó mi teléfono, también?

—El Saab está equipado con un dispositivo de seguimiento. Todos nuestros vehículos lo están. En el momento en que estábamos llegando al banco, tú ya estabas moviéndote y te seguimos. ¿Por qué sonríes?

—En algún nivel sabía que se me acechabas.

—¿Y eso es divertido porque? —Pregunta.

—Jack me había dado instrucciones para deshacerme de mi teléfono. Así que pedí prestado el de Whelan, y fue el que tiré. Puse el mío en una de las bolsas de lona para que pudieras rastrear tu dinero.

Zayn suspira.

—Nuestro dinero, Anastasia —dice en voz baja— Come.

Limpio plato de sopa con el último trozo de pan y lo meto en mi boca. Por primera vez en mucho tiempo, me siento llena, a pesar de nuestra conversación.

—Terminado.

—Buena chica.

Hay un golpe en la puerta y la enfermera Nora entra una vez más, llevando un pequeño vaso de papel. Zayn quita mi plato, y empieza a poner todos los objetos dentro de la caja.

—Aliviará el dolor —Nora sonríe, y me tiende la pastilla blanca en el vaso de papel.

—¿Puedo tomar esto? Ya sabes, ¿con el bebé?

—Sí, señora Malik. Es Lortab, está bien. No va a afectar al bebé.

Asiento agradecida. Mi cabeza está golpeando. Me la trago con un sorbo de agua.

—Debe descansar, Sra. Malik. —La enfermera Nora mira fijamente a Zayn.

Él asiente con la cabeza.

¡No!

—¿Te vas? —Exclamo, entrando en pánico. No te vayas. ¡Sólo hemos empezado a hablar!

Zayn resopla.

—Si piensas por un momento que voy a dejarla lejos de mi vista, Sra. Malik, está usted muy equivocada.

Nora resopla, pero se cierne sobre mí y reajusta mis almohadas de manera que tengo que acostarme.

—Buenas noches, Sra. Malik —dice ella, y con una última mirada de censura a Zayn, se va.


Levanta una ceja mientras se cierra la puerta.

—No creo que la enfermera Nora me apruebe. —Se queda de pie junto a la cama, con aspecto cansado, y a pesar del hecho de que yo quiero que se quede, sé que debo tratar de persuadirlo para que vuelva a casa.

—Necesitas descansar, también Zayn. Vete a casa. Estás agotado.

—No te voy a dejar. Voy a dormitar en el sillón.

Frunzo el ceño a él y luego me muevo.

—Duerme conmigo.

Frunce el ceño.

—No. No puedo.

—¿Por qué no?

—No quiero hacerte daño.

—No me harás daño. Por favor, Zayn.

—Tienes una vía intravenosa.

—Zayn. Por favor.

Él me mira, y puedo decir que está tentado.

—Por favor —Levanto las mantas, invitándolo a la cama.

—A la mierda. —Él se quita los zapatos y los calcetines, y con cuidado se sube a mi lado. Suavemente, envuelve su brazo a mí alrededor, y yo pongo mi cabeza sobre su pecho. Besa mi pelo.

—No creo que la enfermera Nora vaya a estar muy feliz con este acuerdo —susurra con complicidad.

Me río y luego me detengo, cuando lanzas de dolor atraviesan mi pecho.

—No me hagas reír. Me duele.

—Oh, pero me encanta ese sonido —dice con cierta tristeza, su voz baja.

— Lo siento, nena, lo siento tanto, tanto.

Besa mi pelo otra vez y respira profundamente. No sé por qué está pidiendo disculpas, ¿por hacerme reír? ¿O el lío en que estamos? Descanso mi mano sobre su corazón, y él coloca suavemente su mano sobre la mía. Los dos estamos en silencio durante un momento.

—¿Por qué fuiste a ver a esa mujer?

—Oh, Anastasia —Él se queja—. ¿Quieres hablar de eso ahora? ¿No podemos dejar esto? Lo siento, ¿vale?

—Necesito saberlo.

—Te lo diré mañana —murmura, irritado— Oh, y el detective Clark quiere hablar contigo. Sólo rutina. Ahora duérmete.

Besa mi pelo. Suspiro profundamente. Necesito saber por qué. Por lo menos él dice que lo lamenta. Eso es algo, mi subconsciente está de acuerdo. Ella está hoy en un estado de ánimo aceptable, parece ser. Uf, el detective Clark. Me estremezco ante la idea de revivir los acontecimientos del jueves para él.

—¿No sabemos por qué Jack estaba haciendo todo esto?

—Hmm — murmura Zayn. Estoy aliviada por el lento ascenso y caída de su pecho, agitando suavemente mi cabeza, calmándome mientras su respiración se ralentiza. Y mientras voy a la deriva intento darle sentido a los fragmentos de conversaciones que escuché mientras estaba en el borde de la conciencia, que se deslizan por mi mente, permaneciendo firmemente esquivos, burlándose de mí desde los bordes de mi memoria. Oh, es frustrante y agotador… y…



La boca de la enfermera Nora está fruncida y sus brazos cruzados con hostilidad. Pongo mi dedo en mis labios.

—Por favor, dejarlo dormir —digo en voz baja, entornando los ojos ante la luz de la mañana.

—Esta es tu cama. No la suya —susurra con severidad.

—Dormí mejor porque él estaba aquí. —Insisto, corriendo a la defensa de mi marido. Además, es cierto. Zayn se mueve, y la enfermera Nora y yo nos congelamos.

Él murmura en sueños.

—No me toques. Nunca más. Sólo Anastasia.

Frunzo el ceño. Pocas veces he oído hablar a Zayn en sueños. Es cierto que puede ser debido a que duerme menos que yo. Sólo lo he oído hablar de sus pesadillas. Sus brazos se tensan alrededor de mí, apretándome, y yo hago una mueca de dolor.

—Sra. Malik… —La enfermera Nora frunce el ceño.

—Por favor —le ruego.

Ella niega con la cabeza, se vuelve sobre sus talones y se va, mientras yo me acurruco contra Zayn otra vez.

Cuando me despierto, Zayn no está por ningún lado. El sol se está entrando a través de las ventanas, y ahora puedo apreciar realmente la habitación. ¡Tengo flores! No las note la noche anterior. Varios ramos de flores. Me pregunto quién los envió.

Un suave golpe me distrae, y se asoma Carrick por de la puerta. Él resplandece cuando ve que estoy despierta.

—¿Puedo entrar? —pregunta.

—Por supuesto.

Camina dentro de la habitación y hacia mí, sus dulces ojos azules suaves me evalúan con astucia. Lleva un traje oscuro, debe de estar trabajando. Él me sorprende inclinándose y besando la frente.

—¿Puedo sentarme?

Asiento con la cabeza, y se posa sobre el borde de la cama, tomándome la mano.

—No sé cómo darte las gracias por lo de mi hija, loca, valiente y querida chica. Probablemente le has salvado su vida. Siempre estaré en deuda contigo. —Su voz vacila, llena de gratitud y compasión.

Oh… No sé qué decir. Le aprieto la mano, pero permanezco en silencio.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor. Dolorida. —Agrego, para ser honesta.

—¿Te han dado medicamentos para el dolor?

—Lor… algo.

—Bueno. ¿Dónde está Zayn?

—No lo sé. Cuando me desperté, él se había ido.

—No debe estar muy lejos, estoy seguro. No te dejó mientras estabas inconsciente.

—Lo sé.

—Está un poco enfadado contigo, como debe ser. —Carrick sonríe. ¡Ah! De ahí es de donde viene la sonrisa de Zayn.

—Zayn siempre está enfadado conmigo.

—¿Lo está? —Carrick sonríe, complacido, como si eso fuera una buena cosa. Su sonrisa es contagiosa.

—¿Cómo está Mia?

Sus ojos se nublan y su sonrisa se desvanece.

—Ella está mejor. Loca como el infierno. Creo que la ira es una reacción saludable a lo que le pasó.

—¿Está aquí?

—No, está de vuelta en casa. No creo que Grace la deje salir de su vista.

—Sé cómo se siente.

—Necesitas vigilancia, también —advierte— No quiero que tomes más riesgos tontos con tu vida o con la de mi nieto.

Me ruborizo. ¡Él lo sabe!

—Grace leyó tu carta. Ella me lo dijo. Felicidades.

—Um… gracias.

Me mira, y suaviza sus ojos, a pesar de que frunce el ceño al ver mi expresión.

—Zayn volverá —dice suavemente— Esto es lo mejor para él. Sólo… dale un poco de tiempo.

Asiento con la cabeza. Oh… Han hablado.

—Mejor me voy. Estoy con el tribunal. —Él sonríe y se levanta— Vendré a verte más tarde. Grace habla muy bien del Dr. Singh y la Dra. Bartley. Saben lo que están haciendo. —Él se inclina y me besa una vez más—. Lo digo en serio, Anastasia. Nunca podré pagarte lo que has hecho por nosotros. Gracias.

Levanto la vista hacia él, parpadeando mis lágrimas, de repente abrumada, y él me acaricia la mejilla con cariño. Después se vuelve sobre sus talones y se va.

Oh. Estoy recuperando su gratitud. Quizás ahora debacle hacer mi acuerdo prenupcial. Mi subconsciente asiente con la cabeza sabiamente, de acuerdo conmigo de nuevo. Sacudo la cabeza y con cautela me levanto de la cama. Me siento aliviada al ver que soy mucho más estable sobre mis pies que ayer. A pesar de compartir la cama con Zayn, he dormido bien y me siento renovada. La cabeza me duele todavía, pero es un dolor sordo persistente, nada como los golpes de ayer. Estoy rígida y dolorida pero sólo necesito un baño. Me siento sucia. Me dirijo al baño.

—¡Anastasia! —grita Zayn.

—Estoy en el baño —Llamo cuando termino de lavarme los dientes. Eso se siente mejor. No hago caso de mi reflejo en el espejo. Vaya, soy un completo lío. Cuando abro la puerta, Zayn está junto a la cama, sosteniendo una bandeja de comida. Se ha transformado. Vestido totalmente de negro, está afeitado, duchado, y se ve bien descansado.

—Buenos días, Sra. Malik —dice alegremente— Tengo el desayuno. —Se ve tan juvenil y mucho más feliz.

Wow. Yo le sonrío ampliamente mientras vuelvo a la cama. Él lo coloca encima de la bandeja con ruedas y levanta la tapa para revelar mi desayuno: harina de avena con frutos secos, tortitas con bacon y sirope de arce, zumo de naranja y té Twinings. Mi boca se hace agua, estoy tan hambrienta.

Termino el zumo de naranja en unos tragos y cavo en la harina de avena. Zayn se sienta en el borde de la cama mirándome. Él sonríe.

—¿Qué? —pido con la boca llena.

—Me gusta verte comer —dice. Pero no creo que sea eso por lo que está sonriendo— ¿Cómo te sientes?

—Mejor —murmuro entre bocado y bocado.

—Nunca te he visto comer de esta manera. —Miro hacia él, y se me cae el corazón. Tenemos que abordar un pequeño gran elefante.

—Eso es porque estoy embarazada, Zayn.

Él resopla, y su boca se tuerce en una sonrisa irónica.

—Si hubiera sabido que dejándote embarazada iba a conseguir hacerte comer así, podría haberlo hecho antes.

—¡Zayn Malik! —grito y dejo la harina de avena.

—No dejes de comer —advierte.

—Zayn, tenemos que hablar de esto.

Él sigue sin entender.


—¿Qué hay que decir? Vamos a ser padres. —Se encoge de hombros, tratando desesperadamente de aparentar indiferencia, pero todo lo que puedo ver es su miedo. Empujo la bandeja a un lado, me arrastro por la cama hasta él y pongo sus manos en las mías.

—Tienes miedo —le susurro— Lo entiendo.

Él me mira, impasible, sus ojos y todo su infantilismo anterior han desaparecido.

—Yo, también. Es normal —le susurro.

—¿Qué clase de padre podría ser? —Su voz es ronca, apenas audible.

—Oh, Zayn. —Reprimo un sollozo— Uno que lo hace lo mejor posible. Eso es todo lo que cualquiera de nosotros puede hacer.

—Anastasia… No sé si puedo…

—Por supuesto que sí. Eres cariñoso, eres divertido, eres fuerte, estableces límites. A nuestro hijo no le faltará de nada.

Está congelado, mirándome fijamente, con la duda en su hermoso rostro.

—Sí, hubiera sido ideal haber esperado. Tener más tiempo, solo nosotros. Pero vamos a ser nosotros tres, y todos vamos a crecer juntos. Vamos a ser una familia. Nuestra propia familia. Y tu hijo te amará incondicionalmente, como lo hago yo. —Lágrimas vienen a mis ojos.

—Oh, Anastasia —susurra Zayn, con la voz angustiada y dolida— Pensé que te había perdido. Entonces pensé que te había perdido de nuevo. Ver que yacías en el suelo, pálida, fría e inconsciente… eran todos mis peores temores hechos realidad. Y ahora estás aquí, valiente y fuerte… me das esperanza. Amándome después de todo lo que he hecho.

—Sí, yo te amo, Zayn, desesperadamente. Siempre lo haré.

Gentilmente toma mi cabeza entre sus manos, limpia mis lágrimas con sus pulgares. Me mira a los ojos, miel con azul, y todo lo que veo es miedo, asombro y amor.

—Te quiero, también —respira. Se inclina y me besa con dulzura, con ternura, como un hombre que adora a su esposa— Voy a intentar ser un buen padre —susurra contra mis labios.

—Vas a intentarlo, y vas conseguirlo. Y seamos sinceros, no tienes mucho donde elegir, porque Blip y yo no vamos a ninguna parte.

—¿Blip?

—Blip —Levanta las cejas.

—Tuve el nombre Junior en mi cabeza.

—Junior será, entonces.

—Pero me gusta Blip.

Él sonríe a su sonrisa tímida y me besa una vez más.

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