miércoles, 7 de agosto de 2013

Capítulo 53.

—¿Tú esquías, Anastasia? —Nos interrumpe Elliot.

—No.

Zayn mueve su mano de mi rodilla para darle palmaditas.

—Estoy seguro que mi hermanito puede enseñarte. —Elliot me guiña un ojo— También es bastante rápido en las pendientes.

Y no puedo evitar sonrojarme. Cuando miro a Zayn, le está dando una mirada impaciente a Elliot, pero creo que intenta contener la risa. El avión comienza a avanzar en la pista.

Natalia explica los procedimientos de seguridad en un tono claro y cantarín. Lleva una falda de tubo color azul marino con una camisa a juego. Su maquillaje está impecable, realmente es bonita. Mi subconsciente alza su ceja de siempre hacia mí.

—¿Estás bien? —me pregunta Kate intencionadamente— Quiero decir, ¿siguiendo el negocio Hyde?

Asiento. No quiero pensar ni hablar de Hyde, pero Kate tiene otros planes.

—¿Y por qué enloqueció de rabia de esa forma? —pregunta, llegando al fondo del asunto como sólo ella puede. Se quita el cabello de la cara como si se preparara para investigar el asunto.

Mirándola fríamente, Zayn se encoge de hombros.

—Lo despedí —dice llanamente.

—¿Oh? ¿Por qué? —Kate tuerce la cabeza, y sé que está en su estilo Nancy Drew.

—Intentó hacer algo conmigo —murmuro. Intento patear a Kate bajo la mesa, pero fallo. ¡Mierda!

—¿Cuándo? —Kate me mira.

—Hace mucho tiempo.

—¡Nunca me lo dijiste! —Espeta.

Me encojo de hombros, disculpándome.

—No puede haber sido sólo por eso, honestamente. Quiero decir, su reacción fue muy exagerada. —Prosigue Kate, pero ahora dirige su pregunta a Zayn— ¿Es mentalmente inestable? ¿Y qué hay de toda la información que tiene sobre ti Malik? —Que interrogue así a Zayn me pone nerviosa, pero ella ya sabe que yo no sé nada, por lo que no me puede preguntar. La idea me molesta.

—Creemos que hay una conexión con Detroit. —Se limita a decir Zayn.

Demasiado limitado. Oh no, Kate. Por favor, déjalo por ahora.

—¿Hyde también es de Detroit?

Zayn asiente.

El avión acelera, y aumento mi agarre en la mano de Zayn. Me mira reconfortantemente. Sabe que odio los despegues y aterrizajes. Aprieta mi mano y su pulgar acaricia mis nudillos, para calmarme.

—¿Qué sabes tú sobre él? —pregunta Elliot, ignorando el hecho de que estamos arriba de un diminuto avión que está haciendo una carrera en la pista, a punto de lanzarse al cielo, y también ignora la mirada exasperada de Zayn a Kate. Kate se inclina, escuchando atentamente.

—Esto tiene que quedar fuera de los registros. —Le dice Zayn directamente a Kate. Ella hace una fina línea con sus labios. Trago. Oh mierda.

—Sabemos poco sobre él. —Continúa Zayn— Su padre murió en una pelea en un bar. Su madre bebía hasta perder la conciencia. Él estuvo entrando y saliendo de hogares adoptivos de niño… y también de problemas. Más que nada asaltar coches. Pasó tiempo en la correccional de menores. Su mamá se curó con un programa, y Hyde se transformó. Ganó una beca para Princeton.

—¿Princeton? —La curiosidad de Kate es alertada.

—Sí. Es bastante listo. —Zayn se encoge de hombros.

—No tanto. Lo atraparon —murmura Elliot.

—¿Pero están seguros de que no puede haber hecho todo esto solo? —pregunta Kate.

Zayn se tensa a mi lado.

—Aún no lo sabemos. —Su tono es muy bajo.

¿Podría haber trabajado con alguien más? Miro horrorizada a Zayn. Aprieta mi mano de nuevo pero no me mira a los ojos. El avión se eleva lentamente, y siento esa horrible sensación de hundimiento en el estómago.

—¿Cuántos años tiene? —Le pregunto a Zayn, inclinándome para que sólo él pudiera oír. Aunque me encantaría saber lo que pasa, no quiero alentar a Kate. Sé que está irritando a Zayn, y estoy segura de que está en su lista negra desde la fiesta.

—Treinta y dos. ¿Por qué?

—Curiosidad. Es todo.

Zayn tensa su mandíbula.

—No seas curiosa respecto a Hyde. Sólo me alegra que el infeliz esté encerrado. —Es casi una reprimenda, pero decido ignorar su tono.

—¿Tú crees que trabajaba con alguien?

La idea de que hubiera alguien más involucrado me enferma. Significaría que esto no se ha acabado.

—No lo sé —responde Zayn, volviendo a endurecer la mandíbula.

—¿Quizás alguien que tenga algo contra ti? —Sugiero. Santa mierda.
Espero que no sea la bruja zorra—. Como Elena —susurro. Comprendo que he murmurado su nombre en alto, pero sólo él puede oírme.

Miro ansiosamente a Kate, pero está metida en una charla con Elliot, que parece enfadado con ella.

Mmm.

—¿Realmente te gusta hacerla el villano, eh? —Zayn pone los ojos en blanco y sacude la cabeza, disgustado— Ella puede ser rencorosa, pero no haría algo así. —Me mira sombríamente— No hablemos de ella. Sé que no es tu tema favorito de conversación.

—¿La has confrontado? —susurro, no muy segura de sí quiero saber.

—Anastasia, no he hablado con ella desde mi fiesta de cumpleaños. Por favor, para. No quiero hablar de ella. —Levanta mi mano y besa mis nudillos. Sus ojos se posan en los míos, y sé que no debería presionarlo con esto ahora.

—Consíganse una habitación. —Nos molesta Elliot— Oh claro... ya lo tienen, pero no lo necesitaron por mucho. —Sonríe.

Zayn mira a Elliot.

—Vete al diablo, Elliot —dice sin malicia.

—Hermano, sólo te digo las cosas como son. —La mirada de Elliot es burlona.

—Como si supieras —murmura sardónicamente Zayn, alzando una ceja.

Elliot sonríe, disfrutando el desafío.

—Te casaste con tu primera novia.

Elliot me señala.

Oh mierda. ¿A dónde quiere ir? Me sonrojo.

—¿Puedes culparme? —Zayn vuelve a besar mi mano.

—No. —Elliot se ríe y sacude la cabeza.

Me vuelvo a sonrojar, y Kate golpea a Elliot en el brazo.

—Deja de ser un imbécil —le dice.

—Escucha a tu novia —dice Zayn a Elliot, sonriendo, y sus preocupaciones parecen haber desaparecido. Mis oídos se tapan al ganar altitud, y la tensión en la cabina se disipa mientras el avión se eleva. Kate le frunce el ceño a Elliot. mmm… ¿Pasará algo entre ellos? No estoy segura.

Elliot tiene razón, hago una mueca por la ironía. Yo soy—fui—la primer novia de Zayn, y ahora soy su esposa. Las quince y la malvada Sra. Robinson, no cuentan. Pero Elliot no sabe de ellas, y claramente Kate no le ha dicho. Le sonrío, y ella me guiña el ojo conspirativamente. Mis secretos están a salvo con Kate.

—De acuerdo, damas y caballeros, viajaremos a una altitud crucero de aproximadamente treinta y dos mil pies, y nuestro tiempo estimado de vuelo es una hora y cincuenta y seis minutos. —Anuncia Stephan—. Ahora pueden pasear por la cabina.

Natalia aparece abruptamente.

—¿Puedo ofrecer un café? —pregunta.


Aterrizamos suavemente en Sardy Field a las 12:25pm. Stephan detiene el avión a poca distancia de la terminal principal, y a través de las ventanas veo una larga minivan Volkswagen esperándonos.

—Buen aterrizaje. —Zayn sonríe y aprieta la mano de Stephan mientras nos preparamos para salir en fila del jet.

—La densidad de la altitud es todo, señor. —Stephan sonríe en respuesta— Beighley, aquí presente, es buena con las matemáticas.

Zayn asiente al primer oficial de Stephan.

—Diste en el clavo, Beighley. Suave aterrizaje.

—Gracias, señor. —Sonríe satisfecha.

—Disfruten su fin de semana, Sr. Malik, Sra. Malik. Nos veremos mañana.

Stephan da un paso a un lado para dejarnos desembarcar y tomando mi mano, Zayn me conduce por las escaleras de la aeronave hacia donde Taylor está esperando junto al vehículo.

—¿Minivan? —dice Zayn sorprendido mientras Taylor abre la puerta.

Taylor le dirige una sonrisa apretada y contrita y un leve encogimiento de hombros.

—Último minuto, lo sé —dice Zayn, inmediatamente aplacado. Taylor regresa al avión para retirar nuestro equipaje.

—¿Quieres que nos besemos en la parte de atrás de la van? —murmura Zayn, un brillo travieso en sus ojos.

Suelto un risita. ¿Quién es este hombre, y qué ha hecho con el Sr. Increíblemente Enfadado de los últimos días?

—Vamos ustedes dos. Entren —dice Mia detrás de nosotros, rebozando impaciencia junto a Ethan. Nos subimos, nos tambaleamos hacia el asiento doble en la parte trasera y nos sentamos. Me acurruco junto a Zayn, y él pone su brazo sobre la parte trasera de mi asiento.

—¿Cómoda? —murmura mientras Mia y Ethan ocupan el asiento frente a nosotros.

—Sí. —Sonrío y él besa mi frente. Y por alguna incomprensible razón hoy me siento tímida con él. ¿Por qué? ¿Por lo de anoche? ¿Por qué tenemos compañía? No puedo definirlo.

Elliot y Kate se nos unen finalmente mientras Taylor abre la compuerta levadiza para guardar el equipaje. Cinco minutos después, estamos en camino.


Miro por la ventana mientras nos dirigimos hacia Aspen. Los árboles están verdes, pero un susurro del otoño venidero es evidente aquí y allá en las puntas amarillentas de las hojas. El cielo es de un azul cristalino, aunque hay nubes oscuras en el oeste. Alrededor de nosotros, en la distancia, se ciernen las Rocosas, el pico más alto directamente en frente. Son verdes y exuberantes, y las más altas están coronadas con nieve y lucen como el dibujo de un niño.

Estamos en el lugar de los juegos de invierno de los ricos y famosos. Y tengo una casa aquí. Apenas puedo creerlo. Y desde lo profundo de mi psiquis, la familiar incomodidad que siempre está presente cuando intento comprender la riqueza de Zayn se cierne sobre mí y se burla, haciéndome sentir culpable. ¿Qué he hecho para merecer este estilo de vida? No he hecho nada, nada excepto enamorarme.

—¿Has estado antes en Aspen, Anastasia? —Ethan se gira y me pregunta, sacándome de mi ensueño.

—No, primera vez. ¿Tú?

—Kate y yo solíamos venir mucho cuando éramos adolescentes. Papá es un entusiasta esquiador. Mamá menos.

—Tengo la esperanza de que mi esposo me enseñe a esquiar. —Le doy una mirada a mi hombre.

—No cuentes con eso —murmura Zayn.

—¡No seré tan mala!

—Podrías romperte el cuello. —Su sonrisa se ha ido.

Oh. No quiero discutir y amargar su buen humor, así que cambio de tema.

—¿Hace cuánto tienes este lugar?

—Casi dos años. Ahora también es suyo, Sra. Malik —dice suavemente.

—Lo sé —susurro. Pero de alguna manera no siento el coraje en mi convicción. Inclinándome, beso su mandíbula y me acurruco una vez más contra su costado oyéndolo reír y bromear con Ethan y Elliot.
Mia interviene de vez en cuando, pero Kate está en silencio, y me pregunto si está meditando sobre Jack Hyde u otra cosa. Luego lo recuerdo. Aspen… la casa de Zayn aquí fue rediseñada por Gia Matteo y reconstruida por Elliot. Me pregunto si eso es lo que preocupa a Kate.
No puedo preguntarle delante de Elliot, dada su historia con Gia. ¿Kate siquiera está al tanto de la conexión de Gia con la casa? Frunzo el ceño preguntándome qué podría estar molestándole y resuelvo preguntárselo cuando estemos a solas.

Conducimos por el centro de Aspen y mi estado de ánimo mejora a la vez que estudio la ciudad. Hay construcciones bajas, la mayoría de ladrillos rojos, chalets de estilo suizo, y numerosas casitas de fines de siglo pintadas de colores divertidos. Muchos bancos y tiendas de diseñador también, traicionando la riqueza de la población local. Por supuesto que Zayn encaja aquí.

—¿Por qué escogiste Aspen? —le pregunto.

—¿Qué? —Me mira con curiosidad.

—Para comprar una casa.

—Mamá y Papá solían traernos aquí cuando éramos niños. Aprendí a esquiar aquí, y me gusta el lugar. Espero que a ti también… de lo contrario, venderemos la casa y escogeremos otro lugar.

¡Tan simple como eso!

Pone un mecho de mi cabello detrás de mí oreja.

—Estás hermosa hoy —murmura.

Mis mejillas arden. Simplemente visto mi ropa de viaje: jeans y una camiseta y una ligera chaqueta azul marino.

Maldita sea. ¿Por qué me hace sentir tímida?

Me besa, un beso tierno, dulce y amoroso.

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