lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 15.

De repente, se detiene, se pone de pie, y me hala fuera de la cama, así que estoy de pie delante de él, aturdida. Deshace el botón de mis pantalones cortos y se arrodilla rápidamente, tirando de ellos y mis bragas hacia abajo y antes de que pueda respirar de nuevo, estoy de vuelta en la cama debajo de él y él está desabrochando su bragueta. Santo cielo, no se está quitando su ropa o mi camiseta. Sostiene mi cabeza y sin ningún preámbulo en absoluto se lanza dentro de mí, haciéndome gritar, más por la sorpresa que por cualquier otra cosa, pero todavía puedo oír el silbido de su aliento forzado a través de sus dientes apretados.

—Sssiiii —susurra cerca de mi oído. Se queda quieto, luego gira sus caderas una vez, empujando más profundo, haciéndome gemir.

—Te necesito —gruñe, su voz baja y ronca. Recorre sus dientes a lo largo de mi mandíbula, pellizcando y chupando y luego me está besando de nuevo, duro.

Envuelvo mis piernas y brazos a su alrededor, sosteniéndolo y manteniéndolo con fuerza contra mí, decidida a acabar con lo que sea que lo está preocupando y él empieza a moverse... moviéndose como si estuviera tratando de escalar dentro de mí. Una y otra vez, frenético, primitivo, desesperado y antes de perderme en el loco ritmo y paso que está poniendo, me pregunto brevemente una vez más, qué es lo que lo está dirigiendo, preocupándolo. Pero mi cuerpo se hace cargo, haciendo desaparecer la idea, escalando y construyendo por lo que estoy inundada de sensaciones, encontrándolo empuje tras empuje. Escuchando su respiración áspera, dificultosa y feroz en mi oído. Sabiendo que está perdido en mí... gimo en voz alta, jadeando. Es muy erótica, su necesidad de mí. Estoy llegando... llegando... y él me está conduciendo más alto, abrumándome, tomándome, y quiero esto. Quiero esto muchísimo... por él y por mí.

—Córrete conmigo —jadea y acelera sobre mí de manera que tengo que romper mi agarre a su alrededor.

—Abre tus ojos —me ordena— Necesito verte. —Su voz es urgente, implacable.

Mis ojos parpadean abiertos momentáneamente y la vista de él sobre mí, su cara tensa con pasión, sus ojos salvajes y brillantes. Su pasión y su amor me deshacen y en el momento justo me corro, tirando mi cabeza hacia atrás mientras mi cuerpo palpita a su alrededor.

—Oh, Anastasia—grita y se une a mi clímax, conduciéndose dentro de mí, entonces deteniéndose y colapsando sobre mí.

Rueda por lo que estoy tirada sobre él mientras todavía está dentro de mí. A medida que surjo de mi orgasmo y mi cuerpo se estabiliza y calma, quiero hacer alguna broma acerca de ser convertida en objeto y oprimida, pero mantengo mi boca cerrada, insegura de su estado de ánimo. Levanto la mirada del pecho de Zayn para examinar su cara. Sus ojos están cerrados y sus brazos están envueltos a mí alrededor, aferrándose fuerte. Beso su pecho a través de la fina tela de su camisa de lino.

—Dime, Zayn, ¿qué está mal? —le pregunto suavemente y espero ansiosamente para ver si aún ahora, saciado por el sexo, me lo dirá. Siento sus brazos apretarse más a mi alrededor, pero es su única respuesta. Él no va a hablar. La inspiración me golpea.

—Te di mi voto solemne de ser tu fiel compañera en la salud y en la enfermedad, para estar a tu lado en las buenas y en las malas, para compartir tanto tu alegría como tu tristeza —murmuro.

Se congela. Su único movimiento es abrir completamente sus insondables ojos y mirarme mientras sigo con mis votos matrimoniales.

—Me comprometo a amarte incondicionalmente, apoyarte en tus metas y sueños, honrarte y respetarte, a reír y llorar contigo, a compartir mis esperanzas y sueños contigo, y brindarte consuelo en momentos de necesidad. —Hago una pausa, permitiéndole que me hable. Él me mira, con sus labios separados, pero no dice nada.

—Y valorarte por tanto tiempo como ambos vivamos —suspiro.

—Oh, Anastasia —susurra y se mueve de nuevo, rompiendo nuestro precioso contacto por lo que estamos yaciendo lado a lado. Acaricia mi rostro con el dorso de sus nudillos.

—Prometo solemnemente que te protegeré y que valoraré profundamente en mi corazón nuestra unión y a ti —susurra, con voz ronca—. Prometo amarte fielmente, renunciando a las otras, a través de los buenos y los malos tiempos, en la enfermedad o en salud, independientemente del lugar donde la vida nos lleve. Te protegeré, confiaré en ti y te respetaré. Compartiré tus alegrías y penas y te consolaré en los momentos de necesidad. Me comprometo a cuidarte y mantener tus esperanzas y sueños y mantenerte a salvo a mi lado. Todo lo que es mío ahora es tuyo. Te doy mi mano, mi corazón y mi amor desde este momento por tanto tiempo como ambos vivamos.

Las lágrimas saltan a mis ojos. Su rostro se ablanda mientras me mira.

—No llores —murmura, su pulgar capturando y retirando una lágrima perdida.

—¿Por qué no me hablas? Por favor, Zayn.

Cierra sus ojos como si le doliera.

—Me prometí que te traería consuelo en tiempos de necesidad. Por favor, no me hagas romper mis votos.

Suspira y abre sus ojos, su expresión es sombría.

—El incendio fue provocado —dice, simplemente y se ve repentinamente muy joven y vulnerable.

Oh, mierda.

—Y mi mayor preocupación es que estén detrás de mí. Y si están tras de mí… —Él se detiene, incapaz de continuar

—...podrían llegar a mí —susurro. Él palidece y sé que por fin he descubierto la raíz de su ansiedad. Acaricio su rostro.

—Gracias —murmuro.

Frunce el ceño.

—¿Por qué?

—Por decírmelo.

Niega con su cabeza y el fantasma de una sonrisa llega a sus labios.

—Puede ser muy persuasiva Sra. Malik.

—Y tú puedes criar e internalizar todos tus sentimientos y preocuparte hasta la muerte. Probablemente morirás de un ataque al corazón antes de los cuarenta y te quiero alrededor por mucho más tiempo que eso.

—Sra. Malik, tú serás mi muerte. Al verte en la moto acuática, casi tuve un infarto. —Se deja caer de nuevo en la cama y pone su mano sobre sus ojos y lo siento estremecerse.

—Zayn, es una moto acuática. Incluso los niños conducen motos acuáticas. ¿Te imaginas como será cuando visitemos tu casa en Aspen y vaya a esquiar por primera vez?

Él jadea y se vuelve hacia mí, y quiero reírme del horror en su cara.

—Nuestra casa —dice finalmente.

Lo ignoro.

—Soy una persona adulta, Zayn y mucho más dura de lo que parezco. ¿Cuándo vas a aprender eso?

Se encoge de hombros y su boca se atenúa. Decido cambiar de tema.

—Por lo tanto, el incendio. ¿La policía sabe que fue provocado?

—Sí. —Su expresión es seria.

—Bien.

—La seguridad se va a poner más estricta —dice con total naturalidad.

—Entiendo.

Echo un vistazo por su cuerpo. Todavía está usando sus pantalones cortos y su camisa y yo todavía tengo mi camiseta puesta. Aquí te pillo, aquí te mato, un placer conocerla, señora… El pensamiento me hace reír.

—¿Qué? —pregunta Zayn, desconcertado.

—Tú.

—¿Yo?

—Sí. Tú. Todavía estas vestido.

—Oh. —Él mira hacia abajo a sí mismo, luego de nuevo a mí y su rostro estalla en una enorme sonrisa.

—Bueno, sabe lo difícil que es para mí mantener mis manos apartadas de usted, Sra. Malik, sobre todo cuando está riendo como una colegiala.

Oh, sí, las cosquillas. ¡Ah! Las cosquillas. Me muevo con rapidez para quedar a horcajadas sobre él, pero comprendiendo inmediatamente mi malvada intención, agarra mis dos muñecas.

—No —dice y lo dice en serio.

Le hago pucheros, pero decido que no está listo para esto.

—Por favor, no —susurra— No podría soportarlo. Nunca me hicieron cosquillas cuando era niño. —Hace una pausa y relajo mis manos para que no tenga que restringirme.

—Solía ver a Carrick con Elliot y Mía, haciéndoles cosquillas y parecía muy divertido, pero yo... yo...

Pongo mi dedo índice en sus labios.

—Calla, lo sé —murmuro y planto un suave beso en sus labios donde mi dedo acaba de estar, entonces me recuesto en su pecho. El dolor familiar y doloroso se hincha dentro de mí y la profunda tristeza que llevo en mi corazón por Zayn como un niño pequeño se apodera de mí una vez más. Sé que haría cualquier cosa por este hombre, porque lo amo mucho.

Él pone sus brazos a mí alrededor y presiona su nariz en mi cabello, respirando profundamente mientras suavemente acaricia mi espalda. No sé cuánto tiempo estamos tumbados así, pero al final rompo el cómodo silencio entre nosotros.

—¿Cuál es el tiempo más largo que te has pasado sin ver al Dr. Flynn?

—Dos semanas. ¿Por qué? ¿Tienes un impulso incorregible de hacerme cosquillas?

—No. —Me río entre dientes— Creo que te ayuda.

Zayn resopla.

—Debería, le pago suficiente —Él tira de mi cabello suavemente, girando mi cara para mirarlo. Levanto mi cabeza y encuentro su mirada.

—¿Está preocupada por mi bienestar, Sra. Malik? —pregunta en voz baja.

—Cada buena esposa se preocupa por el bienestar de su amado marido, Sr. Malik —Le advierto en broma.

—¿Amado? —susurra y es una pregunta conmovedora colgando entre nosotros.

—Muy muy amado —Me deslizo hacia arriba para darle un beso y él sonríe con su sonrisa tímida.

—¿Quiere desembarcar para comer, Sra. Malik?

—Quiero comer donde quiera que seas más feliz.

—Bien —dice sonriendo—. A bordo, donde puedo mantenerte a salvo. Gracias por mi regalo.

Extiende su mano, agarra la cámara y sosteniéndola con el brazo extendido, nos toma una foto a ambos en nuestro abrazo después de las cosquillas, después del sexo, después del confesionario.

—El placer es todo mío —sonrío y sus ojos se encienden.
*Flashbacks*

Caminamos a través del opulento esplendor dorado del Palacio de Versalles del siglo XVIII. Una vez un pabellón de caza humilde, fue transformado por el Roi Soleil en una magnífica y espléndida residencia de poder, pero incluso antes de que el siglo XVIII terminara, vio al último de esos monarcas absolutos.

La sala más impresionante, con mucho, es el Salón de los Espejos. La luz de principios de tarde la inunda a través de las ventanas hacia el oeste, iluminando los espejos que están alineados en la pared este e iluminando la decoración de hojas doradas y enormes candelabros de cristal. Es impresionante.

—Es interesante ver lo que convierte a un déspota megalómano que se aísla a sí mismo en tanto esplendor —le murmuro a Zayn mientras se encuentra a mi lado. Él me mira y ladea su cabeza hacía un lado, mirándome con humor.

—¿Qué quieres decir con eso, Sra. Malik?

—Oh, simplemente una observación, Sr. Malik —Agito mi mano con ligereza hacia los alrededores. Sonriendo, me sigue hasta el centro de la habitación donde me paro y observo boquiabierta la vista, los espectaculares jardines se reflejan en el espejo y el espectacular Zayn Malik, mi esposo, se refleja hacia mí, su mirada brillante y audaz.

—Construiría esto para ti —me susurra—. Sólo para ver la forma en que la luz se refleja en tu cabello, justo aquí, justo ahora.

Coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Te ves como un ángel. —Me besa justo debajo de mi oreja, toma mi mano en la suya y murmura—. Nosotros, los déspotas, hacemos eso por las mujeres que amamos.

Me sonrojo ante su elogio, sonriendo tímidamente y lo sigo a través de la amplia sala.

*Fin Flashback*

—¿En qué estás pensando? —pregunta Zayn en voz baja, tomando un sorbo de su café de después de cenar.

—Versalles.

—Ostentoso, ¿no? —dice sonriendo. Echo un vistazo alrededor a la grandeza más subestimada del comedor de Fair Lady y frunzo mi boca.

—Esto difícilmente es ostentoso —dice Zayn, un poco a la defensiva.

—Lo sé. Es precioso. La mejor luna de miel que una chica podría desear.

—¿En serio? —dice, realmente sorprendido. Y evoca su sonrisa tímida.

—Por supuesto que lo es.

—Sólo nos quedan dos días más. ¿Hay algo que te gustaría ver o hacer?

—Sólo estar contigo —murmuro. Se levanta de la mesa, camina alrededor y me besa en la frente

—Bueno, ¿puedes estar sin mí por más o menos una hora? Necesito revisar mis correos electrónicos, averiguar qué está pasando en casa.

—Claro —le digo alegremente, tratando de ocultar mi decepción ya que voy a estar sin él durante una hora. ¿Es muy extraño que quiera estar con él todo el tiempo? Mi subconsciente presiona sus labios en una estrecha y poco atractiva línea y asiente con la cabeza vigorosamente.

—Gracias por la cámara —murmura, y se dirige al estudio.

De regreso a nuestra cabina decido ponerme al día con mi correspondencia y abro mi ordenador portátil. Hay mensajes de correo electrónico de mamá y de Kate, dándome los últimos chismes de casa y preguntando cómo está yendo la luna de miel. Bueno, genial, hasta que alguien decidió incendiar la compañía MEH... cuando termino de responderle a mi madre, un correo electrónico de Kate llega a mi bandeja de entrada.

De: Katherine L. Kavanagh
Para: Anastasia Malik
Asunto: ¡¡OMG!!

Anastasia, acabo de oír sobre el incendio en la oficina de Zayn. ¿Crees que fue provocado?

K xox

¡Kate está conectada! Salto a mi recién descubierto juguete mensajería Skype y veo que está disponible. Rápidamente le escribo un mensaje.

Anastasia: Hola, ¿estás ahí?

Kate: SÍ, ¡Ana! ¿Cómo estás? ¿Cómo va la luna de miel? ¿Viste mi correo electrónico? ¿Zayn sabe sobre el incendio?

Anastasia: Estoy bien. La luna de miel va genial. Sí, vi tu correo electrónico. Sí, Zayn lo sabe.

Kate: Me lo suponía. La noticia está incompleta en cuanto a lo que pasó. Y Elliot no me dirá nada.

Anastasia: ¿Estás tratando de conseguir una historia?

Kate: Me conoces demasiado bien.

Anastasia: Zayn no me ha dicho mucho.

Kate: ¡Elliot lo oyó de Grace!

Oh, no, estoy segura de que Zayn no quiere que esto se difunda por todo Seattle. Pruebo con mi técnica patentada para distraer a la tenaz Kavanagh.

Anastasia: ¿Cómo están Elliot y Ethan?

Kate: Ethan ha sido aceptado en el curso de psicología en Seattle para su maestría. Elliot es adorable.

Anastasia: Muy bien por Ethan.

Kate: ¿Cómo está nuestro ex dominante favorito?



Anastasia: ¡Kate!

Kate: ¿Qué?

Anastasia: ¡SABES QUÉ!

Kate: Esta bien. Lo siento.

Anastasia: Está bien. Más que bien.

Kate: Bueno, siempre y cuando seas feliz, soy feliz.

Anastasia: Soy completamente feliz.

Kate: tengo que irme. ¿Podemos hablar más tarde?

Anastasia: No estoy segura. Mira si estoy en línea. ¡Las zonas horarias es una mierda!

Kate: Cierto. Te quiero, Ana.

Anastasia: Yo también te quiero. Hasta luego. X

Kate: Hasta luego.

Confío en Kate estando tras la pista de esta historia. Ruedo mis ojos y cierro Skype antes de que Zayn vea el chat. No apreciaría el comentario de ex dominante y no estoy segura de que sea completamente ex...
Suspiro con fuerza. Kate lo sabe todo, desde nuestra noche de borrachera tres semanas antes de la boda, cuando finalmente sucumbí a la inquisición Kavanagh. Fue un alivio finalmente hablar con alguien.

Echo un vistazo a mi reloj. Ha pasado alrededor de una hora desde la cena y estoy extrañando a mi esposo. Me dirijo de vuelta a cubierta para ver si ha terminado su trabajo.





Estoy en el Salón de los Espejos y Zayn está de pie a mi lado, sonriéndome con amor y afecto. Te ves como un ángel. Le sonrío en respuesta, pero cuando le echo un vistazo al espejo, estoy de pie por mi cuenta y el cuarto es de color gris y monótono. ¡No! Mi cabeza vuelve rápidamente a su cara, para encontrar que su sonrisa es triste y melancólica. Mete a mi cabello detrás de mí oreja. Luego gira sin decir una palabra y se aleja poco a poco, el sonido de sus pasos haciéndose eco de los espejos mientras marca el ritmo por el enorme espacio hacia las puertas dobles adornadas al final... un hombre por su cuenta, un hombre sin reflejo... y me despierto, respirando con dificultad, mientras el pánico se apodera de mí.


—Hey —susurra a mi lado en la oscuridad, su voz llena de preocupación.
Oh, él está aquí. Él está a salvo. El alivio corre a través de mí.

—Oh, Zayn —murmuro, tratando de poner bajo control los fuertes latidos de mi corazón. Él me envuelve en sus brazos y es sólo entonces cuando me doy cuenta de que tengo lágrimas corriendo por mi cara.

—Anastasia, ¿qué pasa? —Acaricia mi mejilla, limpiando mis lágrimas, puedo oír su angustia.

—Nada. Una pesadilla tonta.

Besa mi frente y mis mejillas manchadas con lágrimas, consolándome.

—Sólo fue una pesadilla, nena —murmura—. Te tengo. Te mantendré a salvo.

Bebiendo de su olor, me hundo en torno a él, tratando de ignorar la pérdida y la devastación que sentí en mi sueño y en ese momento, sé que mi más profundo y más oscuro temor seria perderlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario