lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 6.

—Un caballero británico. Sir no sé qué. Su bisabuelo comenzó una tienda de comestibles. Su hija está casada con uno de los príncipes herederos de la corona de Europa.

Oh.

—¿Súper ricos?

La mirada de Zayn de repente cuidadosa.

—Sí.

—Como tú —murmuro.

—Sí.

Oh.

— Y como tú —susurra Zayn y se mete una aceituna en la boca. Yo parpadeo rápidamente. Acaba de venirme a la mente una imagen de él con el esmoquin y el chaleco plateado; sus ojos estaban llenos de sinceridad al mirarme durante la ceremonia de matrimonio y decir esas palabras: «Todo lo que era mío, es nuestro ahora». Su voz recitando los votos resuena en mi memoria con total claridad.

¿Todo mío?

—Es extraño. Ir de nada a… —muevo mi mano para indicar la opulencia que nos rodea—… a todo.

—Te acostumbrarás.

—No creo que jamás me vaya a acostumbrar.

Taylor aparece en la cubierta.

—Señor, tiene una llamada —Zayn frunce el ceño pero toma el BlacBerry ofrecido.

—Malik —chasquea y se levanta de su asiento para situarse en la proa del yate.

Miro hacia el océano, desconectándome de su conversación con Ros, creo, su número dos. Soy rica… apestosamente rica. No he hecho nada para ganarme este dinero… sólo casarme con un hombre rico. Me estremezco mientras mi memoria regresa a nuestra conversación sobre el acuerdo prenupcial. Fue el domingo después de su cumpleaños, y estábamos sentados en la mesa de la cocina disfrutando un relajado desayuno… todos nosotros. Elliot, Kate, Grace, y yo estábamos debatiendo los méritos de la tocineta versus la salchicha, mientras Carrick y Zayn leían el periódico del domingo…

*Flashback*

—Mira esto —chilla Mia mientras coloca su portátil en la mesa de la cocina en frente de nosotros—. Hay un artículo de chismes en el sitio web del Seattle Nooz sobre tu compromiso, Zayn.

—¿Tan pronto? —dice Grace sorprendida. Luego su boca se presiona como si algo obviamente desagradable cruzara por su mente. Zayn frunce el ceño.

Mia lee la columna en voz alta. “Nos han llegado comentarios aquí a The Nooz que el soltero más elegible de Seattle, Zayn Malik, finalmente ha sido atrapado y suenan campanas de boda. ¿Pero quién es la afortunada, muy afortunada señorita? The Nooz está a la cacería. Pero apostamos a que tendrá un monstruoso acuerdo prenupcial.”

Mia suelta una risita luego se detiene abruptamente mientras Zayn la mira. El silencio desciende, y la atmosfera en la cocina Malik se hunde bajo cero.

¡Oh no! ¿Un acuerdo prenupcial? El pensamiento nunca ha cruzado mi mente. Trago, sintiendo toda la sangre drenar de mi cara. ¡Por favor tierra, trágame ahora! Zayn se mueve incómodamente en su silla mientras miro aprehensivamente hacia él.

—No —pronuncia hacia mí.

—Zayn —dice Carrick gentilmente.

—No voy a discutir esto otra vez —chasquea hacia Carrick quien me mira nerviosamente y abre su boca para decir algo.

—¡No habrá acuerdo prenupcial! —Zayn casi le grita y pensativamente vuelve a la lectura de su periódico, ignorando a todos los demás en la mesa. Ellos miran alternamente de mí a él… luego a cualquier lugar excepto a nosotros.

—Zayn —murmuro— Firmaré cualquier cosa que tú y el Sr. Malik quieran.

Por dios, no sería la primera vez que él me haga firmar algo. Zayn levanta su mirada hacia mí.

—¡No! —gruñe. Palidezco una vez más.

—Es para protegerte.

—Zayn, Anastasia… creo que deberían discutir esto en privado. —Nos reprende Grace. Mirando a Carrick y Mia. Oh cielos, parece que ellos también están en problemas.

—Anastasia, esto no es sobre ti —murmura Carrick tranquilizadoramente— Y por favor llámame Carrick.

Zayn estrecha fríamente sus ojos hacia su padre y mi corazón se hunde. Demonios… está realmente molesto.

Todos estallan en una animada conversación, y Mia y Kate saltan para limpiar la mesa.

—Definitivamente prefiero la salchicha —exclama Elliot.

Miro abajo a mis nudillos. Mierda. Espero que el Sr. y la Sra. Malik no piensen que soy algún tipo de caza fortunas. Zayn se acerca y agarra mis manos gentilmente en una de las suyas.

—Detente.

¿Cómo sabe él lo que estoy pensando?

—Ignora a mi padre —dice Zayn de forma que sólo yo puedo escucharlo—Él está realmente molesto con Elena. Esas cosas estaban todas dirigidas a mí. Desearía que mi madre hubiese mantenido la boca cerrada.

Sé que Zayn todavía está resentido de su “conversación” con Carrick acerca de Elena anoche.

—Él tiene su punto Zayn. Eres muy rico, y yo no estoy trayendo nada a nuestro matrimonio más que mis préstamos de estudiante.

Zayn me mira, con sus ojos desolados.

—Anastasia, si me dejas, te lo puedes llevar todo. Me dejaste una vez. Sé cómo se siente.

—Eso fue diferente —susurro, tocada por su emoción— Pero… quizás quieras dejarme tú. —El pensamiento me pone enferma.

Él resopla y sacude su cabeza con simulado disgusto.

—Zayn, quizás yo haga algo excepcionalmente estúpido y tú… —miro abajo a mis nudillos, el dolor pica a través de mí, y no soy capaz de terminar la frase. Perder a Zayn… joder.

—Detente. Detente ahora. Este asunto está cerrado, Anastasia. No lo discutiremos otra vez. No habrá acuerdo prenupcial. Ni ahora, ni nunca —Me da una mirada de “déjalo ya”, que me silencia.

Luego se gira hacia Grace— Mamá —dice él—, ¿podemos hacer la boda aquí?

*Fin Flashback*

Y él no lo mencionó de nuevo. De hecho en cada oportunidad trata de asegurarme que su riqueza… también, es mía. Tiemblo mientras recuerdo el loco festival de compras que Zayn pidió que fuera con Caroline Acton, la asistente personal de compras de Niemans, para prepararme para la luna de miel. Nada más mi bikini costo quinientos cuarenta dólares. Quiero decir, es lindo, pero en serio, eso es una ridícula cantidad de dinero para cuatro trozos rectangulares de material.

—Tendrás que acostumbrarte —interrumpe Zayn mi ensueño mientras retoma su lugar en la mesa.

—¿Acostumbrarme?

—Al dinero —dice, poniendo los ojos en blanco.

Oh, Cincuenta, quizás con el tiempo. Empujo el plato de almendras saladas y castañas hacia él.

—Su aperitivo, señor —digo con una cara tan seria como puedo manejar, tratando de traer algo de humor a nuestra conversación después de mis oscuros pensamientos y mi metedura de pata con la parte superior de mi bikini.

Él sonríe.

—Me gustaría que el aperitivo fueras tu —Toma una almendra, sus ojos brillando con humor malvado mientras disfruta de su ocurrencia. Se llame los labios

— Bebe. Vamos a la cama.

¿Qué?

—Bebe —dice, sus ojos oscureciéndose. Oh Dios, la mirada que me da podría ser la responsable del calentamiento global. Levanto mi ginebra y vacío el vaso, sin quitar mis ojos de él. Su boca se abre, y veo la punta de su lengua entre sus dientes. Él sonríe lascivamente hacia mí. En un fluido movimiento, se pone de pie y se inclina sobre mí, descansando sus manos en los brazos de mi silla.

—Te voy a dar una lección. Ven. No orines. —Susurra en mi oído.

Me deja sin respiración. ¿No orines? Que grosero. Mi subconsciente levanta la vista de su libro Las obras completas de Charles Dickens, vol.1 con alarma.

—No es lo que piensas —Zayn sonríe, extendiendo sus manos hacia mí—Confía en mi —Se ve tan sexy y genial. ¿Cómo puedo resistir?

—Está bien —pongo mis manos en las suyas, porque, sinceramente, le confiaría mi vida. ¿Qué tiene planeado? Mi corazón empieza a palpitar por la anticipación.
Me lleva a través de la cubierta y por las puertas hacia un lujoso salón, bellamente decorado, a lo largo de un pasillo estrecho, a través del comedor y bajando las escaleras hacia la cabina principal.
La cabina ha sido limpiada desde esta mañana y la cama está hecha. Es una habitación preciosa. Con dos portillas a los lados, estribor y los puertos delanteros, está elegantemente decorado con muebles de nogal oscuro con paredes de color crema y muebles en oro y rojo.

Zayn libera mi mano, se quita la camiseta sobre su cabeza y la arroja sobre una silla. El sale de sus sandalias y se quita los pantalones y los calzoncillos en un movimiento elegante. Oh. ¿Me cansaré alguna vez de verlo desnudo? Él es absolutamente magnifico y todo mío. Su piel brilla, ha estado tomado sol, también, y su pelo está más largo, dejándose caer sobre su frente. Soy una chica muy, muy afortunada.

Agarra mi barbilla, tirando un poco para que deje de morder mi labio, y extiende su pulgar por mi labio inferior.

—Eso está mejor. —Él se da la vuelta y avanza hacia el impresionante armario que contiene su ropa. Saca dos pares de esposas de metal y una máscara de ojos del cajón de abajo.

Esposas. Nunca hemos usado esposas. Echo un rápido y nervioso vistazo a la cama. ¿Dónde demonios las va a poner? Se vuelve y me mira fijamente, sus ojos oscuros y luminosos.

—Esto puede ser bastante doloroso. Puede hacerte daño en la piel si tiras demasiado fuerte —él sostiene un par— Pero realmente quiero usarlas en ti ahora.

Mi boca se seca.

—Toma —él me acerca con gracia y me entrega un par— ¿Quieres intentarlo tu primero?

El frío metal, se siente sólido. Vagamente, espero que nunca tenga que usar un par de ellas de verdad.

Zayn me mira con atención.

—¿Dónde están las llaves? —Mi voz es temblorosa.

Extiende la palma de su mano, dejando al descubierto una pequeña llave metálica.

—Está es para los dos pares. De hecho, para todos los pares.

¿Cuántas tiene? No recuerdo haber visto ninguna.

Me acaricia la mejilla con su dedo índice, arrastrándolo abajo hacia mi boca. Se inclina como si fuera a besarme.

—¿Quieres jugar? —dice, en voz baja, y todo en mi cuerpo se dirige al sur desplegando el deseo en lo más profundo de mi vientre.

—Sí —respiro.

Él sonríe. —Bien —planta un rápido beso en mi frente— Vamos a necesitar una palabra de seguridad.

¿Qué?

—Decir Para no será suficiente, ya que probablemente vas a decir eso, pero no querrás decirlo realmente. —Dirige su nariz hacia abajo por la mía, el único contacto entre nosotros.

Mi corazón empieza a golpear. Mierda... ¿Cómo puede hacer eso con sólo palabras?

—Esto no va a doler. Va a ser intenso. Muy intenso, porque no te voy a dejar moverte, ¿entendido?

Oh. Eso suena tan caliente. Mi respiración va demasiado alta. Joder, estoy jadeando ya. Mi diosa interior tiene sus lentejuelas puestas y está empezando a bailar la rumba. Gracias a Dios estoy casada con este hombre, de lo contrario esto sería embarazoso.

Mis ojos van hacia abajo a su excitación.

—Está bien —mi voz es apenas audible.

—Elige una palabra, Anastasia.

Oh...

—Una palabra de seguridad —dice en voz baja.

—Helado —digo, jadeando.

— ¿Helado? —Dice, divertido

—Sí.

Sonríe cuando se inclina hacia atrás para mirarme.


—Interesante elección. Levanta tus brazos.

Lo hago, y Zayn agarra mi vestido de verano, sacándolo por encima de mi cabeza y lanzándolo al suelo. El extiende su mano, y le doy de nuevo las esposas. Coloca ambas en la mesita de noche junto con la venda para los ojos y tira de la colcha de la cama, dejándola caer al suelo.

—Date la vuelta.

Me giro, y él suelta la parte superior del bikini, dejándola caer al suelo.

—Mañana, yo te ataré esto —murmura y tira de la coleta en mi pelo, liberándolo. Lo agarra con una mano y tira suavemente de modo que doy un paso atrás contra él. Contra su pecho. Contra su erección. Jadeo mientras pone mi cabeza hacia un lado y me besa en el cuello.

—Has sido muy desobediente —murmura en mi oído, enviando deliciosos escalofríos a través de mí.

—Sí —le susurro.

—Mmm. ¿Qué vamos a hacer el respecto?

—Aprender a vivir con ello —suspiro. Sus suaves lánguidos besos me están volviendo salvaje. Sonríe contra mi cuello.

—Oh, Sra. Malik. Usted siempre siendo optimista.

Él se endereza. Toma mi cabello, con cuidado, dividiéndolo en tres montones, trenzándolos poco a poco, y luego atándolo al final. El tira de mi trenza y se inclina suavemente en mi oído.

—Voy a darle una lección —murmura.

Moviéndose de repente, me agarra por la cintura, sentándose en la cama y poniéndome sobre su rodilla de modo que siento su erección contra mi vientre. Me golpea el trasero una vez, duro. Yo grito, y entonces estoy de espaldas en la cama, y él me está mirando, con sus ojos mieles. Voy a arder.

—¿Sabes lo hermosa que eres? —El arrastra las yemas de sus dedos por encima de mi muslo de modo que siento un cosquilleo... en todas partes. Sin apartar sus ojos de mí, se levanta de la cama y agarra dos pares de esposas. Agarra mi pierna izquierda y ajusta un brazalete alrededor de mi tobillo.

¡Oh!

Levanta mi pierna derecha, repitiendo el proceso, así que tengo un par de esposas unidas a cada tobillo. Todavía no tengo ni idea de donde las va a enganchar.

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