lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 23.

—Bueno, ¿cumplí las instrucciones? —pregunta, divertido.


Frunzo el ceño.

—¿Instrucciones?

—Tú querías rudo —dice gentilmente.

Sonrío, porque no puedo evitarlo.

—Sí. Creo que lo hiciste…

Él levanta sus cejas y me sonríe.

—Estoy muy encantado de escucharlo, Sra. Malik. Te ves completamente bien follada y hermosa en este momento.

Él acaricia mi cara, sus dedos largos acariciando mi mejilla.

—Lo siento —ronroneo.

El baja y me besa con ternura, sus labios suaves, cálidos y generosos sobre los míos.

—Tú nunca decepcionas —se inclina para mirarme— ¿Cómo te sientes? —Su voz es suave, con interés.

—Bien —murmuro, sintiendo un desagradable sonrojo en mi cara—, completamente bien follada. —Sonrío tímidamente.

—Porqué, Sra. Malik, tienes una sucia, sucia boca. —Zayn finge una expresión ofendida, pero puedo escuchar su diversión.

—Eso es porque estoy casada con un sucio, sucio hombre, Sr. Malik.

Él sonríe una ridículamente sonrisa estúpida y contagiosa.

—Estoy encantado que estés casada con él. —Gentilmente se apodera de mi trenza, la levanta a sus labios y besa el final con reverencia, sus ojos brillando con amor. Oh dios… ¿alguna vez tuve oportunidad de resistirme a este hombre?

Alcanzo su mano izquierda y planto un beso en su anillo de matrimonio, una banda de platino sencilla como la mía.

—Mío —susurro.

—Tuyo —responde. Curva sus brazos alrededor de mí y presiona su nariz contra mi cabello.

—¿Quieres que te prepare un baño?

—Mmmm. Sólo si me acompañas.

—Está bien —dice. Me pone sobre mis pies y se para detrás de mí. Él sigue usando sus jeans.

—¿Vas a usar tus… eh… otros jeans?

Frunce el ceño hacia mí.

—¿Otros jeans?

—Aquellos que solías usar aquí.

—¿Esos jeans? —murmura parpadeando con perpleja sorpresa.

—Te ves muy sexy en ellos.

—¿Lo hago?

—Si… quiero decir. Muy sexy.

Él sonríe tímidamente.

—Bueno, por ti, Sra. Malik, tal vez lo haga. —Se inclina para darme un beso; entonces agarra la taza pequeña de la mesa que contiene el tapón del trasero, el tubo de lubricante, la venda de ojos y mi ropa interior.

—¿Quién limpia esos juguetes? —le pregunto mientras lo sigo hacia el cofre.

Frunce el ceño hacia mí, como si no entendiera la pregunta.

—Yo o la Sra. Jones.

—¿Qué?

El asiente, divertido y apenado, creo. Cambia la música.

—Bueno… um…

—¿Tus sirvientes solían hacerlo? —termino la frase.

Me da un encogimiento de hombros disculpándose.

—Toma. —me entrega su camiseta y me la pongo, envolviéndola a mi alrededor. Su aroma todavía se aferra a la ropa y mi disgusto sobre el lavado del tampón anal se olvida. Deja las cosas en la cómoda. Tomando mi mano, quita el seguro de la puerta de la habitación de juegos y me lleva afuera bajando las escaleras. Lo sigo dócilmente.

La ansiedad, el mal humor, la emoción, el miedo y la excitación de la persecución del coche, se han ido. Estoy relajada, finalmente saciada y en calma. Mientras entramos a nuestro baño, bostezo y me estiro con fuerza... a gusto conmigo misma por un cambio.

—¿Qué pasa? —pregunta Zayn mientras abre el grifo.

Niego con mi cabeza.

—Dime —me pide suavemente. Derrama aceite de baño de jazmín en el agua corriente, llenando la habitación con su aroma dulce y sensual. Me sonrojo.

—Sólo me siento mejor.

Él sonríe.

—Sí, hoy has estado en un extraño humor, Sra. Malik. —Parándose, me jala hacia sus brazos—. Sé que te estás preocupando sobre los eventos recientes. Siento que hayas sido atrapada por ellos. No sé si es un vengador, un ex empleado, o un rival de negocios. Si algo llegara a pasarte por mí... —Su voz cayó en un doloroso susurro. Encorvé mis brazos alrededor de él

—¿Qué tal si algo te pasa a ti, Zayn? —vociferé mi miedo.

Baja su mirada hacia mí.

—Vamos a resolver esto. Ahora vamos a sacarte de esta camiseta y meterte en este baño.

—¿No deberías hablar con Sawyer?

—Él puede esperar. —Su boca se endurece, y siento una repentina punzada de lástima por Sawyer. ¿Qué ha hecho para molestar a Zayn?

Zayn levanta su camiseta de mí y frunce el ceño mientras me volteo hacia él. Mis pechos todavía tienen moretones descoloridos de los chupones que me dio durante nuestra luna de miel, pero decido no retarlo por eso.

—¿Me pregunto si Ryan se ha puesto al día con el Dodge?

—Veremos luego de este baño. Entra. —Me sostiene la mano. Entro a la caliente y fragante agua y me siento tentativamente.

—Ow. —Mi trasero está sensible y el agua caliente me hace hacer muecas de dolor.

—Con cuidado, nena —me advierte Zayn, pero mientras lo dice, la incómoda sensación se desvanece.

Zayn se quita la ropa y entra detrás de mí, acercándome a su pecho. Me anido en medio de sus piernas y permanecimos inactivos en el agua caliente. Paso mis dedos por sus piernas y recogiendo mi trenza con una mano, la enrosca en medio de sus dedos.

—Necesitamos terminar los planes de la casa nueva. ¿Más tarde?

—Claro. —La mujer está volviendo. Mi subconsciente alza la vista del tercer volumen de Obras completas de Charles Dickens y frunce el ceño. Estoy con mi subconsciente. Suspiro. Desafortunadamente, los diseños de Gia Matteo son impresionantes.

—Debo dejar listas las cosas para el trabajo —susurro.

Él se queda quieto.

—Sabes que no tienes que volver a trabajar —murmura.

Oh, no. No esto de nuevo.

—Zayn, hemos pasado por eso. Por favor no resucites ese argumento.

Él tira de mi trenza para que mi cara se incline hacia arriba y atrás.

—Solo digo… —planta un suave beso en mis labios.

Me pongo pantalones de chándal y una camisola y decido ir a buscar mi ropa a la sala de juegos. Mientras hago mi camino a través del pasillo, escucho la voz de Zayn levantarse desde el estudio. Me congelo.

—¿Dónde diablos estabas?

Oh, mierda. Está gritando a Sawyer. Con vergüenza, me precipito hacia el salón de juegos. Realmente no quiero escuchar lo que él tiene que decirle, sigo encontrando intimidante al gritón Zayn. Pobre Sawyer. Al menos puedo gritar de nuevo.

Recojo mi ropa y los zapatos de Zayn, luego noto el pequeño tazón de porcelana con el tapón anal aun en la cómoda. Bueno... supongo que debo limpiarlo. Lo agrego a la pila y hago mi camino de vuelta bajando las escaleras. Echo un vistazo nerviosamente a través de la sala principal, pero todo está callado.

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