lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 20.

—Es la adrenalina nena —dice—, lo hiciste asombrosamente bien, como siempre. Me sorprendes, Anastasia. Nunca me decepcionas. —Toca mi mejilla cariñosamente con la parte de atrás de su mano, su rostro lleno de amor, miedo, arrepentimiento, muchas emociones en una, y sus palabras son mi perdición.

Abrumada, un estrangulado sollozo escapa de mi apretada garganta, empiezo a llorar.

—No, nena, no. Por favor no llores. —Se acerca y, a pesar del limitado espacio entre nosotros, me pasa sobre el freno de mano para acunarme en su regazo. Alejando mi cabello de mi rostro, me besa en los ojos, luego en las mejillas, y envuelvo mis brazos alrededor de él y sollozo en silencio en su cuello. Hunde su nariz en mi cabello y me toma en sus brazos, sosteniéndome con fuerza y luego nos sentamos, ninguno de los dos dice nada, sólo nos sostenemos el uno al otro.

La voz de Sawyer nos sobresalta a ambos.

—El sospechoso ha reducido su velocidad fuera de la Escala. Está tomando la unión.

—Síguelo —espeta Zayn.

Limpio mi nariz con la parte de atrás de mi mano y tomo un estabilizante respiro profundo.

—Usa mi camisa. —Zayn besa mi sien.

—Lo siento —murmuro, apenada por estar llorando.

—¿Por qué? No lo hagas.

Limpio de nuevo mi nariz. Alza mi barbilla y pone un suave beso en mis labios.

—Tus labios son tan suaves cuando lloras, mi hermosa y valiente chica —susurra.

—Bésame de nuevo.

Zayn se inmoviliza, una mano en mi espalda, la otra en mi trasero.

—Bésame —digo con un respiro, y veo sus labios separarse al respirar con fuerza. Inclinándose sobre mí, toma la BlackBerry y la tira hacia el asiento del conductor junto a mis pies calzados con sandalias. Luego su boca está en la mía mientras mueve su mano derecha a mi cabello, sosteniéndome ahí, y levanta la izquierda para acunar mi rostro. Su lengua invade mi boca y yo la acepto. La adrenalina se convierte en lujuria recorriendo a lo largo de mi cuerpo. Acerco su rostro, deslizando mis dedos por sus patillas, disfrutando su sabor. Gruñe hacia mi afiebrada respuesta, bajo y profundo en su garganta, y mi vientre se aprieta rápido y con fuerza lleno de deseo carnal. Su mano se desliza por mi cuerpo, frotando mis pechos, mi cadera y directo a mi trasero. Me muevo poco a poco.

—¡Ah! —dice y se aleja de mí, sin aliento.

—¿Qué? —murmuro contra sus labios.

—Anastasia, estamos en un aparcamiento de Seattle.

—¿Y?

—Bueno, en este momento quiero follarte, y te estás moviendo sobre mí… es incómodo.

Mis ansias se salen de control hacia sus palabras, apretando todos mis músculos debajo de mi cadera una vez más.

—Fóllame entonces. —Beso la esquina de su boca. Lo deseo. Ahora. La persecución en el coche fue muy emocionante. Demasiado emocionante, aterradora… y el miedo se ha convertido en libido. Se aleja para mirarme, sus ojos oscuros y entrecerrados.

—¿Aquí? —Su voz es ronca.

Mi boca se seca. ¿Cómo puede excitarme con tal sólo una palabra?

—Sí, te deseo. Ahora.

Inclina su cabeza hacia un lado y me mira fijamente por unos segundos.

—Señorita Malik, qué descarada —susurra, y después de lo que se siente como una eternidad. Sus manos aprietan con fuerza mi cabello en mi nuca, sosteniéndome firme en ese lugar, y su boca está de nuevo en la mía, con más fuerza esta vez. Su otra mano se desliza hacia mi cuerpo, hacia la parte de atrás y un poco más abajo hacia la mitad de mi muslo. Mis dedos se enroscan en su muy largo cabello.

—Estoy muy agradecido de que estés usando una falda —murmura mientras desliza su mano bajo de mi falda con estampados blanco y azul para acariciar mi muslo. Me retuerzo una vez más en su regazo y el aire silba entre sus dientes.

—No te muevas —gruñe.

Toca mi sexo con su mano, y me quedo paralizada de inmediato. Su pulgar se desliza sobre mi clítoris, y mi aliento es capturado en mi garganta, mientras el placer se sacude como electricidad, muy, muy, muy en mi interior.

—Quieta —susurra.

Me besa una vez más y su pulgar hace círculos suavemente en mí sobre el suave encaje de mi ropa interior de diseñador. Lentamente facilita dos dedos a través de mis bragas y los desliza en mi interior. Gruño y flexiono mis caderas hacia su mano.

—Por favor —susurro.

—Oh, Sra. Malik. Está lista —dice sacando y metiendo sus dedos, tortuosamente lento—. ¿Le excitan las persecuciones automovilísticas?

—Tú me excitas…

Muestra una sonrisa lobuna y retira sus dedos de repente, dejándome deseando más. Pone su brazo bajo mis rodillas, tomándome por sorpresa, y me alza y me gira para ponerme de frente al parabrisas.

—Pon tus piernas a cada lado —ordena, poniendo sus piernas juntas en la mitad del lugar para los pies. Hago lo que se me dice, poniendo mis pies en el suelo a cada lado de las suyas. Desliza sus manos hacia mis caderas, luego hacia atrás, alzando mi falda.

—Manos en mis rodillas, nena. Inclínate, alza ese glorioso culo al aire. Cuidado con tu cabeza.

¡Mierda! En serio vamos a hacerlo, en un aparcamiento público. Rápidamente chequeo el área en frente de nosotros y no veo a nadie, pero siento un escalofrío recorrerme. ¡Estoy en un aparcamiento público! ¡Esto es tan excitante! Zayn se mueve debajo de mí, y escucho el revelador sonido de su cremallera. Poniendo una mano en mi cadera y la otra mano tirando mis bragas de encaje a un lado, me penetra con un movimiento rápido.

—¡Ah! —grito, siendo machacada por él, y su aliento sisea entre sus dientes. Su brazo se desliza hasta mi cuello y toma la parte de debajo de mi barbilla. Su mano se extiende a lo largo de mi cuello, tirándome hacia atrás e inclina mi cabeza hacia un lado de esta manera puede besarme. Su otra mano agarra mi cadera y juntos empezamos a movernos.

Me levanto en mis pies, y él entra y sale de mí a toda velocidad. La sensación es… gruño con fuerza. Es demasiado profundo de esta manera. Mi mano izquierda se enrolla alrededor del freno de mano, mi mano derecha agarrada de mi puerta. Sus dientes se acercan al lóbulo de mi oreja y tiran de él, es casi doloroso. Entra una vez y otra en mí. Me levanto y caigo, y como cuando hemos establecido un ritmo, mueve su mano debajo de mi falda hacia el vértice de mis muslos, y sus dedos incitan suavemente a través de mis bragas de encaje.

—¡Ah!

—Sé rápida —respira en mi oído a través de sus apretados dientes, su mano aún enroscada en mi cuello debajo de mi barbilla—. Tenemos que hacer esto rápido Anastasia. —He incrementa la presión de sus dedos contra mi sexo.

—¡Ah! —Siento el familiar aumento de placer, apretándose profunda y gruesamente en mi interior.

—Vamos nena —dice con aspereza en mi oído—, quiero escucharte.

Gimo de nuevo, y soy toda sensación, mis ojos se cierran con fuerza. Su voz en mi oído, su aliento en mi cuello, placer irradiando de donde sus dedos excitan mi cuerpo y donde presiona con fuerza en mi interior, estoy perdida. Mi cuerpo toma el control, ansiando la liberación.

—Sí —Zayn sisea en mi oído y abro mis ojos brevemente, mirando frenéticamente el techo de tela del R8, y los cierro con fuerza otra vez mientras me vengo en él.

—Oh, Anastasia —murmura con asombro, y envuelve sus brazos alrededor de mí y se clava una vez más en mi interior y se paraliza mientras culmina en mi interior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario