lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 17.

Zayn duerme plácidamente a mi lado mientras miro las vetas rosas y doradas de un nuevo amanecer por las enormes ventanas. Su brazo está sobre mis pechos sin presionar, e intento emparejar su respiración en un intento de volver a dormir, pero es imposible. Estoy muy despierta, mi reloj interno en la hora de Greenwich, mi mente corre.

Ha pasado tanto en las últimas tres semanas, a quién engaño, en los últimos tres meses, que siento que mis pies no han tocado la tierra. Y ahora aquí soy la Sra. Anastasia Malik, casada con el magnate más delicioso, sexy, filantrópico, absurdamente adinerado que cualquier mujer podría encontrarse. ¿Cómo pasó todo esto tan rápido?

Giro sobre mi lado para mirarlo, valorando su belleza. Sé que él me mira dormir pero yo raramente tengo la oportunidad de devolver el cumplido. Parece tan joven y despreocupado en sus sueños, sus pestañas largas sobre sus mejillas, una pequeña sombra de rastrojo cubriendo su mandíbula y sus esculturales labios ligeramente separados, relajados mientras respira profundo. Quiero besarlo, empujar mi lengua entre sus labios, deslizar mis dedos por su suave rastrojo áspero. Realmente tengo que pelear con el impulso de tocarlo, no molestarlo. Hmm... Podría sólo provocar el lóbulo de su oreja con mis dientes y chupar. Mi subconsciente me mira por arriba de sus gafas de media luna, distraída del volumen dos de Las Obras Completas de Charles Dickens y me castiga mentalmente. Deja al pobre hombre sólo, Anastasia.

Regreso al trabajo el lunes. Tenemos hoy para volver a aclimatarnos, luego regresamos a nuestras rutinas. Será extraño no ver a Zayn por un día entero después de pasar casi cada minuto juntos durante las últimas tres semanas. Me recuesto mirando al techo. Uno pensaría que pasar tanto tiempo juntos nos sofocaría, pero no era el caso. Amé cada uno y todos los minutos, incluso nuestra pelea. Cada minuto... excepto la noticia del incendio en la casa Malik.

Mi sangre se enfría. ¿Quién querría lastimar a Zayn? Mi mente roe este misterio de nuevo. ¿Alguien en su negocio? ¿Una ex? ¿Un empleado disgustado? No tengo idea, y Zayn permanece hermético sobre ello, el goteo alimentándome con la menor información con la que puede escapar en un intento de protegerme. Suspiro. Mi brillante caballero blanco-y-negro siempre tratando de protegerme. ¿Cómo voy a hacer que se abra más?
Se mueve y me quedo quieta, sin querer despertarlo, pero tiene el efecto contrario. ¡Maldición! Dos ojos brillantes me miran.

—¿Qué está mal?

—Nada. Vuelve a dormir. —Intento con mi sonrisa tranquilizadora. Él se estira, frota su cara y luego me sonríe.

—¿Jet lag?

—¿Es eso lo que es? No puedo dormir.

—Tengo la solución universal justo aquí, sólo para ti, nena. —Sonríe como un chico de secundaria, haciéndome rodar los ojos y reír al mismo tiempo. Y sólo así mis pensamientos oscuros son dejados de lado y mis dientes encuentran el lóbulo de su oreja.




Zayn y yo viajamos al norte por la I-5 hacia el puente 520 en el Audi R8. Vamos a almorzar con sus padres, un almuerzo de bienvenida en un domingo. Toda mi familia estará allí, además de Ethan y Kate. Será extraño estar en tanta compañía cuando hemos estado nosotros todo este tiempo. No he tenido oportunidad de hablar con Zayn en casi toda la mañana. Él estuvo refugiado en su estudio mientras desempaqué. Dijo que no tenía que hacerlo, que la Sra. Jones lo haría. Pero eso es algo más a lo que tendría que acostumbrarme... tener ayuda doméstica. Distraída deslicé mis dedos sobre la tapicería de cuero de la puerta para distraerme de mis pensamientos. Me siento indispuesta. ¿Es el cansancio de vuelo? ¿El incendio?

—¿Me dejarías conducir este coche? —pregunto, sorprendida de decir las palabras en voz alta.

—Por supuesto —contesta Zayn, sonriendo— Lo que es mío, es tuyo. Aunque si lo abollas, te llevaré a la Habitación roja del Dolor. —Me mira rápidamente con una sonrisa malévola.

¡Mierda! Me quedo boquiabierta. ¿Es una broma?

—Estás bromeando. ¿Me castigarías por abollar tu coche? ¿Amas a tu coche más que a mí? —me burlo.

—Casi —dice, y se estira para apretar mi rodilla— Pero el coche no me mantiene cálido en la noche.

—Estoy segura de que puede arreglarse. Puedes dormir en el coche —escupo.

Zayn se ríe.

—¿No hemos estado un día en casa y ya me estás echando?

Parece encantado. Lo miro y me da una gran sonrisa, y aunque quiero estar enfadada con él, es imposible cuando está de este humor. Ahora que pienso en ello, ha estado de mejor estado de ánimo desde que dejó su estudio esta mañana. Y caigo en la realidad de que estoy siendo petulante porque tenemos que volver a la realidad, y no sé si él va a volver al Zayn más parecido a antes de la luna de miel, o si podré conservar esta nueva versión mejorada.

—¿Por qué estás tan contento? —pregunto.

Él me dirige otra sonrisa.

—Porque está conversación es muy... normal.

—¡Normal! —Resoplo—¡Después de tres semanas de matrimonio! Claro.

Su sonrisa desaparece.

—Estoy bromeando, Zayn —murmuro rápido, sin querer matar su estado de ánimo.

Me choca cuan inseguro es sobre sí mismo a veces. Sospecho que siempre ha sido así, pero ha escondido su incertidumbre bajo un exterior intimidante. Es muy fácil hacerle bromas, probablemente porque no está acostumbrado. Es una revelación y me maravillo de nuevo de que todavía tenemos tanto que aprender del otro.

—No te preocupes, me atendré al Saab —murmuro y me giro para mirar por la ventana, tratando de alejar mi mal humor.

—Oye. ¿Qué está mal?

—Nada.

—Eres tan frustrante a veces, Anastasia. Dímelo.

Me doy vuelta y le sonrío.

—Tú más, Malik.

Él frunce el ceño.

—Estoy intentándolo —dice suavemente.

—Lo sé. Yo también. —Sonrío y mi humor mejora un poco.

Carrick está ridículo con su sombrero de Chef y su delantal “Licencia para asar” mientras se encuentra de pie en la barbacoa. Cada vez que lo veo, me hace sonreír. De hecho, mi espíritu ha mejorado bastante. Estamos sentados alrededor de la mesa en la terraza de la casa familiar de Malik, disfrutando el último sol de verano. Grace y Mia están poniendo varias ensaladas en la mesa mientras Elliot y Zayn negocian insultos amistosos y discuten planes para la nueva casa y Ethan y Kate me interrogan sobre nuestra luna de miel. Zayn sigue sosteniendo mi mano, sus dedos jugando con mis anillos de boda y compromiso.

—Entonces si puedes conseguir finalizar los planos con Gia, tengo un hueco en Septiembre hasta mediados de Noviembre y puedo obtener el equipo completo en ello —dice Elliot mientras se estira y deja caer un brazo alrededor del hombro de Kate, haciéndola sonreír.

—Gia espera venir a discutir los planos mañana por la noche —responde Zayn—. Espero que podamos finalizar todo entonces. —Se vuelve y mira expectante hacia mí.

Oh… esto es una noticia.

—Claro. —Le sonrío, en su mayoría para el beneficio de su familia, pero mi espíritu baja en picada otra vez. ¿Por qué él hace esas decisiones sin decirme? ¿O es el pensamiento de Gia, toda caderas exuberantes, pechos llenos, ropa y perfume de diseñadores costosos, sonriendo demasiado provocativamente a mi esposo? Mi subconsciente me fulmina con la mirada. Él no te ha dado ningún motivo para estar celosa. Mierda, estoy arriba y abajo hoy. ¿Qué pasa conmigo?

—Anastasia —exclama Kate, sacándome bruscamente de mi ensoñación—¿Todavía en el Sur de Francia?

—Sí —respondo con una sonrisa.

—Te ves tan bien —dice ella, aunque frunce el ceño mientras lo dice.

—Ambos lo hacen. —Sonríe Grace mientras Elliot rellena nuestras copas.

—Por la feliz pareja. —Sonríe Carrick y alza su copa, y todo el mundo alrededor de la mesa se hace eco del sentimiento.

—Y felicitaciones para Ethan por conseguir entrar en el programa de psicología en Seattle —contribuye Mia orgullosamente. Ella le da una sonrisa adoradora e Ethan le da una sonrisita. Me pregunto ociosamente si ella ha hecho algún progreso con él. Es difícil de decir.

Escucho las bromas alrededor de la mesa, Zayn está explicando nuestro extenso itinerario durante las pasadas tres semanas, embelleciendo aquí y allá.

Él suena relajado y controlado, la preocupación por el pirómano olvidada. Por otro lado, yo no parezco ser capaz de agitar mi estado de ánimo. Escojo en mi comida. Zayn dijo que estaba gorda ayer. ¡Él estaba bromeando! Mi subconsciente me fulmina con la mirada otra vez. Elliot accidentalmente golpea su copa en la terraza, asustando a todo el mundo, y hay una repentina ráfaga de actividad para limpiarla.

—Voy a llevarte al cobertizo de botes y finalmente darte unas nalgadas ahí si no sales de este estado de ánimo —susurra Zayn hacia mí.

Jadeo con el shock, giro y lo miro boquiabierta.

¿Qué? ¿Se está burlando de mí?

—¡No te atreverías! —gruño hacia él y desde lo más profundo de mí ser, siento una emoción familiar bienvenida.

Él enarca una ceja hacia mí. Por supuesto que lo haría. Miro rápidamente a Kate a través de la mesa.

Ella está mirándonos con interés. Giro de vuelta a Zayn, estrechando mis ojos hacia él.

—Tendrías que atraparme primero… y estoy usando zapatillas —siseo.

—Sería divertido intentarlo —susurra con una sonrisa licenciosa y creo que está bromeando. Me ruborizo. Confusamente, me siento mejor.

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