lunes, 5 de agosto de 2013

Capítulo 5.

De repente estoy muy despierta, mi erótico sueño olvidado.

—Estaba acostada boca abajo. Debí haberme girado dormida. —Susurro débilmente en mi defensa.

Sus ojos ardiendo con furia. Baja la mano, y levanta la parte superior de mi bikini de su tumbona y la lanza hacia mí.

—¡Ponte esto! —sisea.

—Zayn, nadie está mirando.

—Créeme. Están mirando. ¡Estoy seguro que Taylor y el personal de seguridad están disfrutando el show! —gruñe.

¡Mierda! ¿Por qué sigo olvidándome de ellos? Aprieto mis pechos en pánico, ocultándolos. Desde la desaparición y sabotaje de Charlie Tango, estamos constantemente bajo la sombra de los benditos hombres de seguridad.

—Sí —gruñe Zayn— Y algunos sórdidos malditos paparazzi también podrían conseguir una foto. ¿Quieres estar en todas las portadas de la revista Star? ¿Desnuda esta vez?

¡Mierda! ¡Los paparazzi! ¡Maldición! Mientras lucho por colocarme la parte superior, todos los tonos, de color desaparecen de mi cara. Me estremezco. El desagradable recuerdo de haber sido acosada fuera de AIPS después de nuestro compromiso fue filtrado y no bienvenido en mi mente, todo parte del paquete de Zayn Malik.

—¡L’ addition!(la cuenta) —Gruñe Zayn justo cuando va pasando el camarero— Nos vamos —me dice.

—¿Ahora?

—Sí. Ahora.

Oh mierda, no está para discutir.

Se coloca sus pantalones cortos, aun cuando están mojados, luego su camiseta gris. El camarero está de regreso en un momento con su tarjeta de crédito y la cuenta.

De mala gana, me pongo mi vestido playero color turquesa y mis sandalias bajas. Una vez que el camarero se ha ido, Zayn levanta su libro y BlackBerry y oculta su furia detrás del reflejo de sus gafas de aviador. Él está encrespado con tensión y furia. Mi corazón se hunde. Cada mujer en la playa está en topless, no es un gran crimen. De hecho parezco extraña con mi parte superior puesta. Suspiro interiormente, mi estado de ánimo se hunde. Pensé que Zayn vería el lado gracioso… más o menos… quizás si me hubiera quedado boca abajo, pero su sentido del humor se ha evaporado.

—Por favor no estés molesto conmigo —susurro, tomando su libro y BlacBerry de él y colocándolo en mi bolso.

—Muy tarde para eso —dice tranquilamente, muy calmado.

— Ven —Tomando mi mano, él da una señal a Taylor y sus dos secuaces de seguridad franceses, Philippe y Gaston.

Extrañamente son gemelos idénticos. Ellos han estado pacientemente vigilándonos y a cualquiera en la playa desde la terraza. ¿Por qué continúo olvidándome de ellos? ¿Cómo? Taylor tiene cara de piedra detrás de sus oscuras gafas. Mierda, también está molesto conmigo. Todavía no estoy acostumbrada a verlo vestido tan casualmente es pantalones cortos y una camiseta polo negra.

Zayn me guía hacia el hotel, a través del vestíbulo, fuera de la calle. Él continua en silencio, pensativo y con mal temperamento, y todo es mi culpa. Taylor y su equipo nos siguen.

—¿A dónde vamos? —pregunto tentativamente, mirando hacia él.

—De regreso al barco —No me mira.

No tengo ni idea de qué hora es. Creo que deben ser cerca de las cinco o seis de la tarde. Cuando llegamos al puerto, Zayn me guía hacia el muelle donde la lancha de motor y el Jet Ski(moto acuática), perteneciente al Fair Lady, están amarrados. Mientras Zayn desata la Jet Ski. Extiendo mi mochila a Taylor. Lo miro nerviosamente, pero como Zayn, su expresión no me dice nada. Me sonrojo, pensando sobre lo que vio en la playa.

—Aquí tiene, Sra. Malik. —Taylor me pasa un chaleco salvavidas de la lancha, y obedientemente me lo coloco. ¿Por qué soy la única que tiene que llevar chaleco salvavidas? Zayn y Taylor intercambian una mirada.

Joder. ¿Está molesto con Taylor también? Después Zayn revisa las correas de mi chaqueta salvavidas, apretando la del centro fuertemente.

—Lista —murmura malhumorado, todavía sin mirarme.

Sube con facilidad a la Jet Ski y extiende su mano hacia mí para que me una a él. Agarrándolo con fuerza, paso mi pierna sobre el asiento detrás de él sin caerme en el agua mientras Taylor y los gemelos se suben a la lancha. Zayn saca la Jet Ski lejos del muelle, y flota suavemente.

—Sostente —ordena, y coloco mis brazos alrededor de él. Esta es mi parte favorita de viajar en la Jet Ski. Lo abrazo cerca, mi nariz acariciando contra su espalda, maravillada de que hubo un tiempo donde no toleraba que yo lo tocara de esta manera. Huele bien… a Zayn y a mar. ¿Me perdonas, Zayn, por favor?

Se pone rígido.
—Mantente firme —dice, su tono más suave. Beso su espalda y descanso mi mejilla contra él, mirando atrás a través del muelle donde unos turistas se han reunido a mirar el show.

Zayn gira la llave y el motor ruge con vida. Con un giro del acelerador, la Jet Ski arranca y acelera a través del agua fría y oscura, a través del puerto y hacia el Fair Lady. Lo agarro más fuerte. Amo esto, es tan excitante. Cada músculo en Zayn es evidente mientras se inclina y me aferro a él.

Taylor se detiene al lado con la lancha. Zayn mira hacia él y luego acelera otra vez, y salimos disparados, azotando la parte superior del agua como un experto cuando arroja una piedra. Taylor sacude su cabeza en una resignada exasperación y se dirige directamente al yate, mientras Zayn pasa el Fair Lady y se dirige hacia el mar abierto.

El rocío del mar nos está salpicando, el cálido viento azota mi cara y mi cola de caballo vuela locamente alrededor de mí. Esto es tan divertido. Quizás la emoción del paseo disipara el mal humor de Zayn. No puedo ver su cara, pero sé que lo está disfrutando, despreocupado, actuando de su edad para variar.

Conduce en un gran semicírculo y estudio la costa, los botes del puerto, el mosaico de amarillo, blanco, las oficinas y apartamentos color arena, y las rocosas montañas detrás. Luce tan desorganizado, no en bloques reglamentados a los que estoy acostumbrada, pero tan pintoresco.

Zayn mira sobre su hombro hacia mí, y ahí está el fantasma de una sonrisa jugando en sus labios.

—¿Otra vez? —grita sobre el ruido del motor.

Asiento entusiasmadamente. Su sonrisa en respuesta es deslumbrante, y gira el acelerador y aumenta la velocidad alrededor del Fair Lady y hacia el mar una vez más… y creo que estoy perdonada.

—Has cogido sol —dice Zayn suavemente mientras deshace mi chaleco salvavidas. Ansiosamente trato de evaluar su humor. Estamos en la cubierta aborde del yate, y uno de los camareros está de pie cerca tranquilamente. Esperando por mi chaleco salvavidas. Zayn se lo entrega.


—¿Eso es todo, señor? —pregunta el hombre joven. Me encanta su acento francés. Mira hacia mí, se quita sus lentes de sol, y los desliza en el cuello de su camiseta, dejándolos que cuelguen.

—¿Te gustaría una bebida? —pregunta.

—¿Necesito una?

Ladea su cabeza a un lado.

—¿Por qué dices eso? —su voz es suave.

—Sabes porque.

Frunce el ceño como si estuviera midiendo algo en su mente.
Oh, ¿qué está pensando?

—Dos ginebras, por favor. Y algunas nueces y aceitunas —dice al camarero, que asiente y rápidamente desaparece.

—¿Crees que voy a castigarte? —la voz de Zayn es suave.

—¿Quieres hacerlo?

—Sí.

—¿Cómo?

—Pensaré en algo. Quizás cuando tengas tu bebida —Y es una sensual invitación. Trago, y mi diosa interior entrecierra los ojos desde su tumbona donde ella está tratando de atrapar los rayos con un reflector plateado desplegándose en su cuello.

Zayn frunce el ceño una vez más.

—¿Quieres ser castigada? —murmura, sonrojándome.

¿Cómo lo sabe?

—Depende.

—¿De qué? —Oculta su sonrisa.

—De si quieres lastimarme o no —Su boca se presiona en una línea dura, olvidando su humor. Se inclina y besa mi frente.

—Anastasia, eres mi esposa, no mi sumisa. Jamás quiero lastimarte. Deberías de saber eso ahora. Sólo… sólo no te quites la ropa en público. No te quiero desnuda en todos los periódicos. No quieres eso, y estoy seguro que tu madre y Ray tampoco lo quieren.

¡Oh! Ray. Mierda, él tiene problemas del corazón. ¿Qué estaba pensando? Mentalmente me castigo. El mesonero aparece con nuestras bebidas y bocadillos y los coloca en la mesa de teca.

—Siéntate —ordena Zayn, lo hago mientras él lo dice y me acomodo en la silla. Zayn toma asiento mi lado y me pasa la ginebra.

—Salud, Sra. Malik.

—Salud, Sr. Malik. —Tomo un bienvenido trago. Quita mi sed, frío y delicioso.

Cuando miro hacia él, me está mirando cuidadosamente, su humor ilegible. Es muy frustrante… no sé si todavía está molesto conmigo. Despliego mi patentada técnica de distracción.

—¿Quién es dueño de este barco? —pregunto.

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