viernes, 10 de mayo de 2013

Capítulo 6

Mi corazón esta latiendo con fuerza. El ascensor llega al primer piso y me apresuro a salir tan pronto como las puertas se abren, tropezando una vez, pero afortunadamente sin caerme en el inmaculado suelo de piedra arenisca. Corro por las anchas puertas de vidrio y estoy libre en el fresco, limpio y húmedo aire de Seattle.  Levantando mi rostro, doy la bienvenida a la refrescante lluvia. Cierro mis ojos, tomo una profunda y purificante respiración y trato de recuperar lo que queda de mi equilibrio.
Ningún hombre me ha afectado de la manera en que Zayn Malik lo ha hecho y no puedo entender por qué. ¿Es su aspecto? ¿Su educación? ¿Riqueza? ¿Poder? No entiendo mi reacción irracional. Exhalo un gran suspiro de alivio. ¿Qué, en nombre de los cielos, fue todo eso?  Apoyada en uno de los pilares de acero del edificio, intento valientemente calmarme y ordenar mis pensamientos. Sacudo mi cabeza. Santa mierda, ¿Qué fue eso? Mi corazón se estabiliza a su ritmo regular y puedo respirar normalmente de nuevo. Me dirijo al automóvil.
Mientras dejo los límites de la ciudad atrás, me empiezo a sentir estúpida y avergonzada al reproducir la entrevista en mi mente. Sin duda estoy reaccionando exageradamente a algo que es imaginario. Bien,  así que es muy atractivo, seguro, dominante, a gusto consigo mismo…Pero por otro lado, es arrogante y debido a sus modales impecables, es autocrático y frió  Bueno, en la superficie. Un escalofrió involuntario corre por mi columna. Puede ser arrogante, pero entonces tiene derecho a serlo: ha logrado tanto siendo tan joven. No soporta a  los tontos, pero ¿Por qué habría de hacerlo? De nuevo, me irrita que Kate no me diera una breve biografía.
Mientras me desplazo por la I-5 mi mente continua vagando. Estoy realmente perpleja en cuanto a lo que hace que alguien esté tan motivado para tener éxito. Algunas de sus respuestas fueron tan cripticas, como si tuviera una agenda escondida. Y las preguntas de Kate ¡ugh! ¡La adopción y preguntarle si era gay! Me estremezco. No me puedo creer que dije eso. ¡Tierra trágame ahora! Cada vez que piense en esa pregunta en el futuro, temblare de vergüenza. ¡Maldita Katherine Kavanagh!
Compruebo el velocímetro. Estoy manejando con más cautela de lo que lo haría en cualquier otra ocasión. Y sé que es el recuerdo de dos penetrantes ojos mieles mirándome, y una voz severa diciéndome que conduzca con cuidado. Sacudiendo la cabeza, me doy cuenta de que Malik es mas como un hombre del doble de su edad.
Olvídalo Ana, me regaño. Decido que, en términos generales, ha sido una experiencia muy interesante, pero no debería pensar en ella. Olvídalo. Nunca tengo que volver a verlo. Inmediatamente estoy animada por la idea. Enciendo el reproductor MP3 y subo el volumen, me reclino y escucho el golpeteo de la musca indie rock mientras presiono el acelerador. Al entrar en la I-5, me doy cuenta de que puedo conducir tan rápido como yo quiera.
Vivimos en una pequeña comunidad de dúplex en Vancouver, Washington, cerca del campus de la WSU. Tengo suerte: los padres de Kate compraron el lugar para ella y pago una mísera de alquiler. Ha sido mi hogar por cuatro años ahora. A medida que me detengo afuera, se que Kate querrá una historia muy detallada y es obstinada. Bueno. Al menos tiene la mini grabadora. Por suerte no tendré que explicar mucho más de lo que se dijo durante la entrevista.
-¡Ana! Estás de vuelta.- Kate se encuentra en nuestra sala de estar, rodeada de libros. Claramente ha estudiado para los exámenes finales, a pesar de que todavía está en su pijama de franela color rosa decorado con lindos conejitos, el que reserva para después de romper con sus novios, para variadas enfermedades y para estados depresivos en general. Avanza hacia mí y me abraza con fuerza.- Estaba empezando a preocuparme. Esperaba que regresaras más temprano.
-Ah, pensé que demore poco tiempo, teniendo en cuenta que la entrevista se prolongo.- Muevo la mini grabadora hacia ella.
-Ana, muchas gracias por hacer esto. Estoy en deuda, lo sé. ¿Cómo fue? ¿Cómo era él?- oh, no…Aquí vamos, el interrogatorio Katherine Kavanagh.
Me esfuerzo por responder a su pregunta. ¿Qué puedo decir?
-Me alegro de que haya terminado y que no tengo que volver a verlo. Fue bastante intimidante, sabes.-Me encojo de hombros-. Es muy centrado, incluso intenso y joven. Muy joven.
Kate me mira inocentemente, le frunzo el ceño.
-No parezcas tan inocente. ¿Por qué no me diste una biografía? Me hizo sentir como una idiota por limitarme a la investigación básica.-Kate pone una mano sobre su boca.
-Caray, Ana, lo siento…No pensé.
Resoplo.
-En su mayoría fue cortes y formal, un poco estirado, como si fuera mayor antes de tiempo. No habla como un hombre de veintitantos años. ¿Cuántos años tiene de todos modos?
-Veintisiete. Por dios, Ana, lo siento. Debería haberte informado, pero tenía tanto pánico, entrégame la mini grabadora y empezare a transcribir la entrevista.
-Te ves mejor. ¿Has tomado tu sopa?-pregunto, dispuesta a cambiar de tema.
-Sí y estaba deliciosa, como siempre. Me siento mucho mejor.-Me sonríe con gratitud. Miro mi reloj.
-Tengo que correr. Todavía puedo hacer mi turno en Clayton´s.
-Ana, estarás agotada.
-Estaré bien. Te veré mas tarde.
He trabajado en Clayton´s desde que empecé en la WSU. Es la mayor tienda independiente de herramientas en el área de Portland, durante los cuatro años que he trabajado aquí, he llegado a conocer un poco sobre la mayoría de los productos que vendemos…Aun que, irónicamente, soy una mierda en HTM. Dejo todo eso a mi papa. Soy más del tipo de chica de hacerse-ovillo-con-un-libro-en-una-cómoda-silla-junto-al-fuego. Me alegro que puedo hacer mi turno, ya que me da algo en que concentrarme que no sea Zayn Malik. Estamos ocupados: es el inicio de la temporada de verano, y la gente esta redecorando sus hogares. La Sra. Clayton está encantada de verme.
-¡Ana! Pensé que no ibas a venir hoy.
-Mi cita no duró tanto como pensaba. Puedo hacer un par de horas-
-Estoy realmente contenta de verte.
Me envía a la bodega para comenzar a reordenar estantes y pronto estoy absorta en la tarea.
Cuando llego a casa más tarde, Katherine está usando los auriculares y trabajando en su portátil. Su nariz aun es rosada, pero tiene sus dientes en una historia, por lo que está concentrada y escribiendo frenéticamente. Estoy completamente agotada, exhausta por el largo viaje, la agotadora entrevista y por salir apresurada hacia Clayton´s. me desplomo en el sofá, pensando en el ensayo que tengo que terminar y todo el estudio que no he hecho hoy porque estaba retrasada con…Él.
-Tienes algunas cosas buenas aquí, Ana. Bien hecho. No puedo creer que no aceptaras su oferta de mostrarte los alrededores. Obviamente quería pasar más tiempo contigo.- Me da una fugaz mirada burlona.
Me sonrojo y mi ritmo cardíaco aumenta inexplicablemente. Esa no era la razón, ¿verdad? Él solo quería mostrarme los alrededores para que yo pudiera ver que era el señor de todo lo que veía. Me doy cuenta que me estoy mordiendo el labio, y espero que Kate no se dé cuenta. Pero ella parece absorta en su transcripción.
-He oído lo que quieres decir con eso de formal. ¿Tomaste notas?- pregunta.
-Um…No, no lo hice.
-Esto está bien. Todavía puedo hacer un buen artículo con esto, es una pena que no tengamos algunas fotografías originales. Atractivo hijo de puta, ¿no?
Me ruborizo.
-Supongo que si.-Trato de sonar desinteresada y creo que lo logro.
-Oh, vamos Ana, ni siquiera tu puedes ser inmune a su apariencia.-Arquea una ceja perfecta en mi dirección.
¡Mierda! La distraigo con halagos, siempre es una buena táctica.
-Probablemente habrías conseguido mucho más de él.
-Dudo eso, Ana. Vamos, prácticamente te ofreció un trabajo. Teniendo en cuenta que te he endosado esto a último minutos, lo hiciste muy bien.- Levanta la vista hacia mí especulativamente. Hago una retirada precipitada a la cocina.
-¿Y qué pensaste realmente de él?- Maldita sea, es curiosa. ¿Por qué no puede simplemente dejar pasar esto? Piensa en algo, rápido.
-Él está muy motivado, es controlador, arrogante…Realmente aterrador, pero muy carismático. Puedo entender la fascinación-Agrego sinceramente, mientras la miro desde la puerta, esperando que eso la calle de una vez por todas.
-¿Tú, fascinada por un hombre? Esta es la primera vez- resopla.
Empiezo a reunir los ingredientes para un sándwich para que no pueda ver mi rostro.
-¿Por qué querías saber si era gay? Dicho sea de paso, esa fue la pregunta más vergonzosa. Estaba mortificada y él también estaba enojado de que se la hiciera.- Fruncí el ceño ante el recuerdo.
-Siempre que está en las páginas de sociedad nunca tiene una cita.
-Fue vergonzoso. Todo el asunto fue vergonzoso. Me alegro de que nunca tendré que posar los ojos en él.
-Oh, Ana, no puedo haber sido tan malo. Creo que suena un poco como si le gustases.
¿Yo le gusto? Ahora Kate está siendo ridícula.
-¿Quieres un sándwich?
-Por favor.
No hablamos de Zayn Malik esa noche, para mi alivio. Una vez que hemos cenado, soy capaz de sentarme a la mesa del comedor con Kate y, mientras ella trabaja en su artículo, yo trabajo en mi ensayo sobre Tess de los D´Urbervilles. Maldita sea, pero esa mujer estaba en el lugar, momento y siglo equivocado. Para el momento en el que termino, es medianoche y hace mucho que Kate se ha ido a la cama. Me dirijo a mi habitación, agotada pero contenta de que he logrado tanto para un lunes.
Me hundo en mi cama de hierro blanco, envolviéndome en la manta de mi madre, cierro mis ojos y estoy instantáneamente dormida. Esa noche sueño con lugares oscuros, inhóspitos pisos blancos, fríos y ojos mieles.
El resto de la semana, me sumerjo en mis estudios y mi trabajo en Clayton´s, Kate también está ocupada, recopilando la última edición de su revista de estudiantes antes de tener que regalarla al nuevo editor mientras que también tiene que prepararse para sus finales. Para el miércoles ella está mucho mejor y ya no tengo que soportar la visión de su pijama franela con demasiados conejos. Llamo a mi madre en Georgia para ver como esta, pero también para que pueda desearme suerte en mis exámenes finales.
Procede a hablarme de su última aventura en la fabricación de velas: mi madre es aficionada a nuevos proyectos empresariales. Fundamentalmente esta aburrida y quiere algo en que ocupar su tiempo, pero tiene la capacidad de concentración de un pez dorado. Será algo nuevo la próxima semana. Me preocupa. Espero que no haya hipotecado la casa para financiar este último plan, y espero que Bob- su marido relativamente nuevo y mucho mayor- mantenga un ojo en ella ahora que ya no estoy allí, parece más centrado que el esposo numero tres.
-¿Cómo están las cosas contigo, Ana?
Por un momento, dudo y tengo toda la atención de mamá.
-Estoy bien.
-¡Ana! ¿Has conocido a alguien?- Wow… ¿cómo hace eso? La emoción en su voz es palpable.
-No, mamá, no es nada. Serás la primera en saber si lo hago-
-Ana, realmente necesitas salir más, cariño, me preocupas.
-Mamá, estoy bien. ¿Qué tal Bob?- Como siempre, la distracción es la mejor política.
Más tarde esa noche llamo a Ray, mi padrastro, el esposo número dos de mamá, el hombre al que considero mi padre y cuyo apellido llevo. Es una breve conversación. De hecho, más que una conversación, es más como una serie de gruñidos de un solo lado en respuesta a mi gentil persuasión. Ray no es hablador. Pero todavía está vivo, todavía está viendo fútbol en la televisión, yendo al bowling y a pescar con moscas o haciendo muebles cuando no hace otras cosas. Ray es un hábil carpintero y la razón por la que conozco la diferencia entre un halcón y un serrucho. Todo parece ir bien con él.

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