sábado, 11 de mayo de 2013

Capítulo 23.

Nunca he tenido que dejar Estados Unidos. Kate se va a Barbados con sus padres y su hermano Ethan por dos semanas enteras. Voy a echarla de menos en nuestro nuevo departamento. Será extraño. Ethan ha estado viajando por el mundo desde que se graduó el año pasado. Me pregunto brevemente si lo veré antes de que se vayan de vacaciones. Es un chico encantador. El teléfono suena, sacándome de mi ensueño.

—Será Justin—suspiro.

Sé que tengo que hablar con él. Agarro el teléfono

—Hola.

—Anastasia, ¡regresaste! —grita Justin con alivio.

—Obviamente. —El sarcasmo se filtra en mi voz y pongo mis ojos en blanco hacia el teléfono.

Está en silencio por un momento.

—¿Puedo verte? Siento lo del viernes en la noche. Estaba ebrio… y tú… bien. Anastasia por favor, perdóname.

—Por supuesto que te perdono Justin. Sólo no lo hagas otra vez. Sabes que no me siento de ese modo por ti.

Suspira pesadamente, triste.

—Lo sé, Anastasia. Sólo pensé que, si te besaba, podía cambiar la forma en que te sientes.

—Justin, te quiero mucho, significas mucho para mí. Eres como el hermano que nunca tuve. Eso no va a cambiar. Tú lo sabes. —Odiaba decepcionarlo, pero esa es la verdad.

—Entonces, ¿estás con él ahora? —Su tono está lleno de desdén.

—Justin, no estoy con nadie.

—Pero pasaste la noche con él.

—Eso no es asunto tuyo.

—¿Es por el dinero?

—¡Justin! ¡Cómo te atreves! —le grito, tambaleándome por su audacia.

—Anastasia —se queja y se disculpa simultáneamente. No puedo hacer frente a sus celos mezquinos ahora. Sé que está herido, pero mi plato está repleto al tratar con Zayn Malik.

—Quizá podamos tomar un café o algo mañana. Te llamaré. —Soy conciliadora. Es mi amigo. Estoy muy encariñada con él. Pero ahora mismo, no necesito esto.

— Mañana entonces. ¿Llamarás? —La esperanza en su voz retuerce mi corazón.

—Sí… buenas noches, Justin —Cuelgo sin esperar su respuesta.

—¿De qué trataba todo eso? —demanda Katherine, sus manos sobre sus caderas.

Decido que la honestidad es la mejor política. Me está mirando más irritada que nunca.

—Intentó besarme el viernes.

—¿Justin? y ¿Zayn Malik? Anastasia, tus feromonas deben estar trabajando tiempo extra. ¿En qué estupidez estabas pensando? —Sacude la cabeza con disgusto y vuelve a las cajas de embalaje.

Cuarenta y cinco minutos más tarde, dejamos de hacer nuestro equipaje para ponernos con la especialidad de la casa, mi lasaña.

Kate abre la botella de vino y nos sentamos entre las cajas, comiendo, bebiendo vino tinto barato y viendo televisión basura. Es normal. Es tan de vuelta a la tierra y bienvenido después de las pasadas cuarenta y ocho horas de… locura. Como, por primera vez sin prisas, tranquila. ¿Qué pasa con él y la comida? Kate limpia los platos y termino de empacar las cosas de la sala de estar. Nos quedamos con el sofá, la televisión y la mesa del comedor. ¿Qué más podemos necesitar? Sólo falta empacar lo de la cocina y los dormitorios.

El teléfono suena nuevamente. Es Elliot. Kate me guiña y salta a su habitación como si tuviera catorce años. Sé que debería estar escribiendo su discurso de despedida, pero parece que Elliot es más importante. ¿Qué pasa con los hombres Malik? ¿Qué es lo que los hace totalmente distractores, absorbentes e irresistibles? Tomo otro trago de vino.

Paso los canales de televisión, pero en el fondo, sé que sólo estoy postergándolo. Quemando como un brillante agujero rojo en mi bolsa, está el contrato. ¿Tengo la fuerza para leerlo esta noche?
Pongo mi cabeza en mis manos. Justin y Zayn, ambos quieren algo de mí. Justin es fácil de tratar. Pero Zayn… Zayn está en una liga completamente diferente en cuanto a dirección y comprensión. Una parte de mí quiere correr y esconderse. ¿Qué voy a hacer? Sus ardientes ojos mieles y su intensa mirada ardiente entran en mi mente y mi cuerpo se tensa ante el pensamiento. Me corta la respiración. Ni siquiera está aquí y estoy excitada. ¿Esto no puede ser sólo acerca del sexo o sí? Recuerdo sus bromas gentiles esta mañana en el desayuno, su alegría por mi deleite con el paseo en helicóptero, él tocando el piano… la dulce y oh-tan-triste música llena de alma.

Es una persona tan complicada. Y ahora tengo una idea de por qué. Un joven privado de su adolescencia, abusado sexualmente por la mala figura de la señora Robinson… no es de extrañar que haya envejecido antes de tiempo. Mi corazón se llena de tristeza ante el pensamiento de lo que debe haber pasado. Soy demasiado ingenua para saber exactamente qué, pero la investigación puede arrojar algo de luz. Pero, ¿realmente quiero saber? ¿Quiero explorar ese mundo del que no sé nada? Es un paso muy grande.

Si no lo hubiera conocido, aún estaría feliz y dulcemente ajena a eso. Mi mente se desvía a la noche anterior y esta mañana… y la increíble sensualidad que he experimentado. ¿Quiero decir adiós a eso? ¡No! Grita mi subconsciente… mi diosa interna asiente en silencio de acuerdo con ella.

Kate se pasea de nuevo por la sala de estar, sonriendo de oreja a oreja. Tal vez está enamorada… la miro boquiabierta. Nunca se había comportado así.

—Anastasia, me voy a la cama, estoy muy cansada.

—También yo, Kate.

Me abraza.

—Me alegro que estés de vuelta en una pieza. Hay algo acerca de Zayn —añade tranquilamente en tono de disculpa. Le doy una pequeña sonrisa tranquilizadora, mientras pienso... ¿Cómo diablos lo sabe? Esto es lo que la hará una gran periodista, su intuición inquebrantable.

Recogiendo mi bolso, deambulo sin ganas hacia mi dormitorio. Estoy muy cansada por todos nuestros esfuerzos carnales del día anterior y por el completo y absoluto dilema que encaro. Me siento en la cama y con cuidado, extraigo el sobre de papel manila de la bolsa, girándolo una y otra vez en mis manos. ¿Realmente quiero saber la extensión de la depravación de Zayn? Es muy desalentador. Tomo una respiración profunda y con el corazón en la garganta, abro el sobre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario