miércoles, 3 de julio de 2013

Capítulo 122.

Miro fijamente las llamas, hipnotizada. Bailan y ondean brillantes llamas de color naranja con puntas de azul cobalto en la chimenea del departamento de Zayn. Y a pesar del calor que irradia del fuego y la manta envuelta alrededor de mis hombros, estoy fría. Calada hasta los huesos.

Soy consciente de las voces que hablan en susurros, muchas voces que hablan en susurros. Pero están en el fondo, un zumbido distante. No escucho las palabras. Todo lo que puedo oír, todo en lo que me puedo enfocar, es el suave siseo del gas que arde en la chimenea.

Mis pensamientos regresan a la casa que vimos ayer y las enormes chimeneas: chimeneas reales, de las que utilizan madera. Me gustaría hacer el amor con Zayn frente a un fuego real. Me gustaría hacer el amor con Zayn frente a este fuego. Sí, eso sería divertido. Sin duda, él pensaría en algún modo de hacerlo memorable al igual que todas las veces que hemos hecho el amor.

Resoplo con ironía para mí misma, incluso las veces en que sólo estábamos follando. Sí, esas son bastante memorables, también. ¿Dónde está? Las llamas brillan y titilan, manteniéndome cautiva, manteniéndome entumecida.

Me enfoco únicamente en su belleza de combustión y ardor. Son embrujadoras.

''Anastasia, me has embrujado. ‘‘

Él dijo eso la primera vez que durmió conmigo en mi cama. Oh no…
Envuelvo mis brazos a mi alrededor, y el mundo colisiona sobre mí y la realidad se desangra en mi consciencia. El aterrador vacío en mi interior se expande un poco más. Charlie Tango está desaparecido.

—Anastasia. Tenga.

Gentilmente me engatusa la señora Jones, su voz me trae de regreso a la habitación, al ahora, a la angustia. Me entrega una taza de té. Tomo la taza y el platillo con gratitud, el ruido que hacen traiciona mis manos temblorosas.


—Gracias —suspiro, mi voz ronca por las lágrimas contenidas y el gran bulto en mi garganta.

Mia se sienta frente a mí en el más que largo sofá en forma de “U”, tomada de las manos con Grace. Ellas me miran, dolor y ansiedad grabados en sus bellos rostros.

Grace se ve mayor, como una madre preocupada por su hijo. Parpadeo desapasionadamente en su dirección. No puedo ofrecerles una sonrisa tranquilizadora, ni siquiera una lágrima… no hay nada, sólo vacuidad y un vacío cada vez mayor. Miro a Elliot, Justin y a Ethan, quienes están de pie en la barra de desayuno, con sus rostros serios, hablando en voz baja. Discutiendo algo en suaves tonos bajos. Detrás de ellos, la señora Jones se mantiene ocupada en la cocina.

Kate está en la sala de TV, monitoreando las noticias locales. Escucho el tenue chillido de la enorme televisión de plasma. No puedo soportar ver la noticia una vez más —ZAYN MALIK DESAPARECIDO— su hermoso rostro en la televisión.

Extrañamente, se me ocurre que nunca he visto a tanta gente en esta habitación, sin embargo siguen siendo eclipsados por su gran tamaño. Pequeñas islas de pérdidas y ansiosas personas en el hogar de mi Cincuenta. ¿Qué pensaría él de que ellos estén aquí?

En algún lugar, Taylor y Carrick están hablando con las autoridades que nos alimentan con goteos de información, pero nada tiene sentido. El hecho es, que él está desaparecido. Ha estado desaparecido por ocho horas. Ni una señal, ni una palabra de él. La búsqueda se ha suspendido: eso sí lo sé. Sencillamente está demasiado oscuro. Y no sabemos dónde está. Podría estar herido, hambriento, o peor. ¡No!

Ofrezco otra plegaria silenciosa a Dios. Por favor deja que Zayn esté bien. Por favor deja que Zayn esté bien. Lo repito una y otra vez en mi cabeza: mi mantra, mi salvación, algo concreto a lo que aferrarme en mi desesperación. Me rehúso a pensar en lo peor. No, no vayas ahí. Hay esperanza.

''Tú eres mi salvación. ‘‘

Las palabras de Zayn regresan para atormentarme. Sí, siempre hay esperanza. No debo desesperarme. Sus palabras se hacen eco a través de mi mente.

''Ahora soy un firme defensor de la gratificación inmediata. Carpe diem, Anastasia. ‘‘

¿Por qué no aproveché el día?

''Estoy haciendo esto porque finalmente he encontrado a alguien con quien quiero pasar el resto de mi vida. ‘‘

Cierro mis ojos en una plegaria silenciosa. Por favor, no dejes que el resto de su vida sea así de corta. Por favor, por favor. No hemos tenido suficiente tiempo… necesitamos más tiempo. Hemos hecho tanto este último par de semanas, hemos llegado tan lejos. No puede acabar. Todos nuestros momentos de ternura: la barra de labios, cuando me hizo el amor por primera vez en el hotel Olympic, él sobre sus rodillas ofreciéndose a mí, finalmente dejándome tocarlo.

''Soy el mismo, Anastasia. Te amo y te necesito. Tócame. Por favor. ‘‘

Oh, lo amo también. Seré nada sin él, nada más que una sombra… toda la luz eclipsada. No, no, no… mi pobre Zayn.

''Este soy yo, Anastasia. Todo mi ser… y soy todo tuyo. ¿Qué hago para que te des cuenta de eso? Para que te des cuenta de que te quiero de cualquier forma en que pueda tenerte. Que te amo. ‘‘

Y yo a ti, mi Cincuenta Sombras.

Abro mis ojos y observo sin ver el fuego una vez más, recuerdos de nuestro tiempo juntos revoloteando por mi mente: su alegría infantil cuando estábamos navegando y deslizándonos; su suave, sofisticada, y caliente como el demonio apariencia en el baile de máscaras; bailando, oh sí, bailando aquí en el departamento al ritmo de Sinatra, girando alrededor de la habitación; su silenciosa y ansiosa esperanza ayer en la casa… esa impresionante vista.

''Pondré mi mundo a tus pies, Anastasia. Te quiero a ti, en cuerpo y alma, para siempre. ‘‘

Oh, por favor, deja que esté bien. No puede haberse ido. Él es el centro de mi universo.

Un sollozo involuntario se escapa de mi garganta, y presiono mi mano contra mi boca. No. Debo ser fuerte.

Justin está repentinamente a mi lado, ¿o lo ha estado desde hace un tiempo? No tengo idea.

—¿Quieres llamar a tu mamá o a tu papá? —pregunta con amabilidad.

¡No! Sacudo la cabeza y aprieto la mano de Justin. No puedo hablar, sé que me desmoronaré si lo hago, pero el cálido y suave apretón de su mano no me ofrece ningún consuelo.

Oh, mamá. Mis labios tiemblan al pensar en mi madre. ¿Debería llamarla? No. No podría lidiar con su reacción. Tal vez Ray, él no se pondría emocional… nunca se pone emocional, ni siquiera cuando los Mariners pierden.

Grace se levanta para unirse a los chicos, distrayéndome. Ese debe ser el tiempo más largo que pasó quieta. Mia viene a sentarse junto a mí y agarra mi otra mano.

—Él regresará —dice ella, su voz inicialmente determinada pero quebrándose al final. Sus ojos se ven enormes y enrojecidos, su rostro pálido y agotado por la falta de sueño.

Miro a Ethan, que está observando a Mia y a Elliot, quien tiene sus brazos alrededor de Grace. Miro el reloj. Son pasadas las once, avanzando hacia la medianoche. ¡Maldito tiempo! Con cada hora que pasa, el vacío interminable se expande, consumiéndome, ahogándome. Sé que muy profundo en mi interior me estoy preparando, preparando para lo peor. Cierro mis ojos y elevo otra plegaria silenciosa, aferrando las manos de Mia y Justin.

Abriéndolos de nuevo, miro las llamas una vez más. Puedo ver su tímida sonrisa: mi favorita de todas sus expresiones, un vistazo del Zayn real, mi Zayn real. Él es tantas personas: loco del control, Gerente General, acosador, dios del sexo, dominante —y al mismo tiempo— un absoluto niño con sus juguetes. Sonrío.

Su auto, su bote, su avión… Charlie Tango… no… no… mi chico perdido, realmente es mi chico perdido ahora. Mi sonrisa se desvanece y el dolor me atraviesa. Lo recuerdo en la ducha, enjuagándose las marcas del lápiz labial.

''No soy nada, Anastasia. Soy la carcasa de un hombre. No tengo corazón.''

El bulto en mi garganta se expande. Oh, Zayn, sí lo tienes, tienes un corazón, y es mío. Quiero amarlo por siempre. A pesar de que él es tan complejo y difícil, lo amo. Siempre lo amaré. Nunca habrá alguien más. Jamás.

Recuerdo estar sentada en Starbucks analizando mis pros y contras sobre Zayn. Todos esos contras, incluso esas fotografías que encontré esta mañana, son insignificantes ahora. Sólo está él, y la duda de si es que regresará. Oh, por favor, Señor, tráelo de regreso, por favor déjalo estar bien. Iré a la iglesia… haré cualquier cosa. Oh, si él regresaba, iba a aprovechar el día. Su voz se hace eco en mi cabeza una vez más: ''Carpe diem, Anastasia.''

Miro con profundidad el fuego, las llamas todavía lamen y se encrespan unas alrededor de las otras, ardiendo brillantemente. Entonces Grace grita, y todo comienza a suceder en cámara lenta.

—¡Zayn!

Giro mi cabeza a tiempo de ver a Grace gritando al otro lado de la enorme sala en el sitio donde se había estado paseando en alguna parte detrás de mí, y ahí en la entrada se encuentra de pie un consternado Zayn. Está vestido en mangas de camisa y pantalones de traje, y está sujetando su chaqueta azul marino, zapatos y calcetines. Se ve cansado, sucio, y completamente hermoso.

Dios santo… Zayn. Está vivo. Lo miro aturdida, intentando descubrir si estoy alucinando o si realmente él está aquí.


No hay comentarios:

Publicar un comentario