lunes, 1 de julio de 2013

Capítulo 108.

Mmm

Zayn está acariciando mi cuello mientras me despierto lentamente.

—Buenos días, nena —susurra y pellizca el lóbulo de mi oreja. Mis ojos revolotean abriendo y cerrando de nuevo rápidamente. La brillante luz de principios de la mañana inunda el piso del cuarto, y su mano está acariciando suavemente mi pecho, burlándose gentilmente de mí. Bajando agarra mi cadera mientras se encuentra detrás de mí, sosteniéndome cerca.

Me tiendo a su lado, disfrutando de su toque, y siento su erección contra mi trasero. Oh dios… Una llamada a despertar de Zayn Malik.

—Estás contento de verme —murmuro dormida, retorciéndome sugestivamente en contra de él.

Siento su sonrisa contra mi mandíbula.

—Estoy muy contento de verte —dice mientras pasa su mano sobre mi estómago y baja hasta tomar mi sexo y explorarlo con los dedos—. Hay claras ventajas por despertar tu lado, señorita Steele —bromea y suavemente me tira rodando por lo que estoy tumbada boca arriba.

—¿Duermes bien? —pregunta mientras sus dedos siguen su sensual tortura.

Me mira sonriendo, con su deslumbrante, sonrisa de caer muerta ante sus perfectos dientes de modelo todo americano. Me quita el aliento.
Mis caderas empiezan a balancearse al ritmo de la danza que sus dedos han comenzado. Él me besa castamente en los labios y luego se mueve hacia abajo a mi cuello, mordiendo poco a poco, besando y chupando a medida que avanza.

Gimo.

Es gentil y su tacto es ligero y celestial. Sus intrépidos dedos se mueven hacia abajo, y poco a poco facilita uno dentro de mí, silbando en voz baja con admiración.

—Oh, Anastasia —murmura con reverencia en contra de mi garganta— Siempre estás lista.

Mueve el dedo a tiempo con sus besos mientras sus labios, viajan tranquilamente a través de mi clavícula y luego hacia abajo a mi pecho.

Atormenta primero uno, luego el otro pezón con dientes y labios, pero, oh-tan-suavemente y ellos se contraen y alargan en dulce respuesta.

Gimo.

—Mmm —gruñe suavemente y levanta la cabeza para darme una ardiente mirada de sus ojos mieles—Te quiero ahora.

Él se acerca a la mesa de noche. Se desplaza por encima de mí, teniendo su peso sobre los codos, y frota su nariz a lo largo de la mía mientras separa mis piernas con las suyas. Se arrodilla y desgarra el paquete de aluminio.

—No puedo esperar hasta el sábado —dice, con los ojos brillando de alegría salaz.

—¿Por tu cumpleaños? —jadeo.

—No. Para dejar de usar estos hijos de puta.

—Acertadamente llamados. —Doy una risita.

Me sonríe mientras se coloca el condón.

—¿Se está riendo de mí, señorita Steele?

—No. —Trato de no estirar la cara.

—Ahora no es el momento para reír. —Sacude la cabeza con amonestación y su voz es baja, dura, pero su expresión es… santo cielo es glacial y volcánica a la vez.

Mi respiración está atrapada en mi garganta.

—Pensé que te gustaba cuando me reía —susurro con voz ronca, con mirada perdida en las oscuras profundidades de sus tormentosos ojos.

—Ahora no. Hay un tiempo y un lugar para reír. Este no lo es. Tengo que detenerte, y creo que sé cómo hacerlo —dice ominosamente, y su cuerpo cubre el mío.


—¿Qué te gustaría para el desayuno, Anastasia?

—Tomaré sólo un poco de cereales. Gracias, señora Jones.

Me ruborizo mientras tomo mi lugar en la barra del desayuno al lado de Zayn. La última vez que puse los ojos en la muy formal y correcta señora Jones, estaba siendo arrastrada sin miramientos a la habitación por encima del hombro de Zayn.

—Te ves adorable —dice Zayn en voz baja. Estoy usando mi falda de tubo de color gris y una blusa de seda gris de nuevo.

—Al igual que tú. —Le sonrío tímidamente. Lleva una camisa azul claro y jeans, y se ve bien y fresco y perfecto, como siempre.

—Tenemos que comprarte algunas faldas más —dice con total naturalidad— De hecho, me encantaría llevarte de compras.

Mmm… compras. No me gusta ir de compras. Sin embargo, con Zayn, tal vez no sea tan malo. Me decido por la distracción como la mejor forma de defensa.

—Me pregunto, ¿qué pasara hoy en el trabajo?

—Van a tener que reemplazar a ese imbécil desaseado. —Zayn frunce el ceño, frunciéndolo como si estuviera solo interviniendo en algo extraordinariamente desagradable.

—Espero que tomen a una mujer como mi nuevo jefe.

—¿Por qué?

—Bueno, tienes menor probabilidad de oponerte a que me vaya con ella. —Me burlo de él.

Sus labios insinúan una sonrisa y comienza con su omelet.

—¿Qué es tan gracioso? —pregunto.

—Tú lo eres. Come tus cereales, todo eso, si eso es todo lo que estás tomando.

Mandón como siempre. Frunzo mis labios hacía él, hincando el diente.




—Por lo tanto, la llave pasa aquí. —Zayn señala el encendido debajo de la palanca de cambios.

—Un lugar extraño —murmuro. Pero estoy encantada con cada pequeño detalle, prácticamente rebotando como un niño pequeño en el cómodo asiento de cuero.

Zayn finalmente va a dejarme conducir mi auto.

Me mira con frialdad, aunque sus ojos brillan con humor.

—Estás muy emocionada acerca de esto, ¿no? —murmura divertido.

Asiento con la cabeza, sonriendo como una tonta.

—Sólo huele ese olor a auto nuevo. Esto es aún mejor que el Especial Sumiso… mmm, el A3 —añado rápidamente, sonrojándome.

La boca de Zayn se tuerce.

—Especial Sumiso, ¿eh? Tienes una habilidad con las palabras, señorita Steele.

Se inclina hacia atrás con una mirada de desaprobación de imitación, pero no me puede engañar. Sé que él está disfrutando.

—Bueno, vamos. —Agita su mano de dedos largos hacia la entrada del garaje.

Aplaudo con mis manos, arranco el auto y el motor ronronea a la vida. Poniendo la palanca de cambios en conducir, retiro el pie del freno y el Saab se mueve suavemente hacia delante. Taylor pone en marcha el Audi detrás de nosotros y una vez que las barreras del garaje se levantan, nos sigue fuera de Escala a la calle.

—¿Podemos encender la radio? —pregunto a la espera de la primera señal de alto.

—Quiero que te concentres —dice bruscamente.

—Zayn, por favor, puedo conducir con música. —Ruedo los ojos. Frunce el ceño por un momento y luego alcanza la radio.

—Puedes reproducir tu iPod y discos mp3, así como CDs en esto —murmura.

Los dulces tonos demasiado fuertes de The Police de repente llenan el coche.

Zayn baja la música. Mmm…«King of Pain.»

—Tu himno. —me burlo de él, entonces inmediatamente me arrepiento cuando su boca se aprieta en una delgada línea. Oh, no—Tengo este álbum, en algún lugar. —Sigo a toda prisa para distraerlo. Hmm… en algún lugar del apartamento en el que he pasado muy poco tiempo.

Me pregunto cómo está Ethan. Debo tratar de llamarlo hoy. No voy a tener mucho que ver en el trabajo.

La ansiedad florece en mi estómago. ¿Qué pasará cuando llegue a la oficina? ¿Todos sabrán acerca de Jack? ¿Cada uno sabrá de la participación de Zayn? ¿Todavía tendré trabajo? Joder, si no tengo trabajo, ¿qué voy a hacer? ¡Casarte con el multimillonario, Anastasia! Mi subconsciente tiene su cara sarcástica encendida. Ignoro a la voraz perra.

—Oye, Señorita Boca Inteligente. Vuelve a la Tierra. —Zayn me arrastra al aquí y ahora mientras me deslizo al siguiente semáforo—Estás muy distraída. Concéntrate, Anastasia —me regaña— Los accidentes ocurren cuando uno no se concentra.

¡Oh por el amor de Dios!, y de repente soy catapultada en el tiempo a cuando Ray me estaba enseñando a conducir. Yo no necesito otro padre. Un marido, tal vez, un marido perverso. Mmm.


—Sólo estoy pensando en el trabajo.

—Nena, estarás bien. Confía en mí. —Zayn sonríe.

—Por favor, no interfieras, quiero hacer esto por mi cuenta. Zayn, por favor. Es importante para mí —le digo con el mayor cuidado que puedo. No quiero discutir.

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