miércoles, 3 de julio de 2013

Capítulo 118.

Oh dios. Me quedo boquiabierta hacia la gente delante de nosotros, mirando a la parte trasera de sus cabezas. No tienen ni idea de lo que estamos haciendo.

Envolviendo su brazo libre alrededor de mi cintura, Zayn me jala hacia él, sosteniéndome en mi lugar mientras sus dedos exploran. Madre mía... ¿aquí?

El ascensor viaja suavemente hacia abajo, deteniéndose en el piso 53 para dejar entrar a otras personas más, pero no estoy prestando atención. Estoy enfocada en cada pequeño movimiento que sus dedos hacen. Dando vueltas... ahora moviéndose hacia adelante, cuestionándose, a retroceder.
Una vez más reprimo un gemido cuando sus dedos encuentran su objetivo.

—Siempre tan lista, señorita Steele —susurra mientras desliza un largo dedo dentro de mí. Me retuerzo y jadeo.

¿Cómo puede hacer esto con toda esta gente aquí?

—Mantente quieta y en silencio —advierte, murmurando en mi oído.

Estoy sonrojada, caliente, con ganas, atrapada en un ascensor con siete personas, seis de ellos ajenos a lo que está ocurriendo en la esquina. Su dedo se desliza dentro y fuera de mí, una y otra vez. Mi respiración. Vaya, es vergonzoso. Quiero decirle que se detenga... y continúe... y se detenga. Me hundo contra él, y él aprieta su brazo a mi alrededor, su erección contra mi cadera.

Nos detenemos de nuevo en el piso 44. Oh... ¿por cuánto tiempo va a continuar esta tortura? Adentro... afuera... adentro... afuera... Sutilmente me oprimo contra su persistente dedo. Después de todo este tiempo de no tocarme, ¡él escoge ahora! ¡Aquí! Y eso me hace sentir tan… libertina.

—Silencio —respira, sin parecer afectado cuando otras dos personas suben a bordo.

El ascensor se está llenando. Zayn nos mueve un poco más atrás, de modo que ahora estamos presionados en la esquina, sosteniéndome en mi lugar y torturándome más. Él acaricia mi cabello. Estoy segura de que lucimos como una joven pareja enamorada, besuqueándose en la esquina, si alguien se molestara en dar la vuelta y ver lo que estamos haciendo... Y él introduce un segundo dedo dentro de mí.

¡Joder! Gimo, y estoy agradecida de que la manada de gente delante de nosotros todavía está charlando, totalmente inconsciente.
Oh, Zayn, qué me haces. Inclino mi cabeza contra su pecho, cerrando los ojos y entregándome a sus implacables dedos.

—No te corras —susurra— Quiero eso más tarde.

Extiende su mano sobre mi vientre, haciendo una leve presión, a medida que continúa su dulce persecución. La sensación es exquisita.
Finalmente, el ascensor llega a la primera planta. Con un fuerte pitido las puertas se abren, y casi al instante los pasajeros empiezan a salir. Zayn lentamente desliza sus dedos fuera de mí y besa la parte de atrás de mi cabeza. Echo un vistazo alrededor hacia él, y sonríe, y luego asiente de nuevo al señor traje marrón poco favorecedor ajustado que responde su gesto de reconocimiento mientras sale del ascensor con su esposa. Yo apenas lo noto, concentrándome en cambio en permanecer de pie y tratando de controlar mis jadeos. Por Dios, me siento dolorida y privada.

Zayn me libera, dejándome pararme por mi cuenta, sin apoyarme en él.
Dando la vuelta, lo miro. Se ve fresco e imperturbable, con su habitual compostura. Mmm... Esto es tan injusto.

—¿Lista? —pregunta. Sus ojos brillan perversamente mientras desliza primero el índice, luego el dedo corazón en su boca y los chupa— Pura delicia, señorita Steele —susurra. Estuve a punto de convulsionar en el acto.

—No puedo creer que hayas hecho eso —me quejo, y estoy prácticamente viniéndome abajo.

—Te sorprenderías de lo que puedo hacer, señorita Steele —dice.

Extendiendo su mano, coloca un mechón de cabello detrás de mí oreja, una leve sonrisa traicionando su diversión.

—Quiero llegar a casa, pero tal vez sólo logremos llegar hasta el coche —dice sonriendo hacia mí mientras toma mi mano y me lleva fuera del ascensor.

¡Qué! ¿Sexo en el automóvil? ¿No podemos simplemente hacerlo aquí en el mármol frío del piso del vestíbulo... por favor?

—Ven.

—Sí, lo quiero.

—¡Señorita Steele! —Me advierte con fingido horror divertido.

—Nunca he tenido relaciones sexuales en un automóvil —murmuro. Zayn se detiene y pone esos mismos dedos bajo mi barbilla, inclinando mi cabeza hacia atrás y mirándome.

—Estoy muy contento de escuchar eso. Tengo que decir que estaría muy sorprendido, por no decir enojado, si lo hubieras hecho.
Me sonrojo, parpadeando hacia él. Por supuesto, sólo he tenido relaciones sexuales con él. Le frunzo el ceño.

—Eso no es lo que quise decir.

—¿Qué quieres decir? —Su tono es inesperadamente duro.

—Zayn, fue sólo una expresión.

—La famosa expresión: “Nunca he tenido relaciones sexuales en un automóvil”. Sí, eso simplemente común.

Por Dios... ¿cuál es su problema?

—Zayn, no estaba pensando. Por el amor de Dios, acabas... um, de hacerme eso en un ascensor lleno de gente. Mi ingenio se encuentra disperso.

Levanta sus cejas.

—¿Qué te hice? —Me desafía.

Le frunzo el ceño. Él quiere que lo diga.

—Me excitaste, a lo grande. Ahora llévame a casa y fóllame.

Su boca se cae abierta luego se ríe, sorprendido. Ahora se ve joven y desenfadado. Oh, oírlo reír. Me encanta porque es muy raro.

—Naciste siendo romántica, señorita Steele. —Toma mi mano, y nos dirigimos hacia el edificio donde se encuentra el ayudante de valet junto a mi Saab.

No hay comentarios:

Publicar un comentario