lunes, 1 de julio de 2013

Capítulo 111.

Zayn está en su BlackBerry, de pie y mirando por la pared de cristal cuando entro a la gran sala media hora más tarde. Volviéndose hacia mí, me sonríe radiantemente y concluye su llamada.

—Ros, eso es genial. Dile a Barney y nos iremos desde allí… Adiós.

Camina hacia mí mientras me detengo con timidez en la entrada. Se ha cambiado ahora a una camiseta blanca y pantalones vaqueros, todo chico malo y humeante.

Vaya.

—Buenas noches, señorita Steele —murmura, y se inclina para besarme— Felicitaciones por tu ascenso.

Él envuelve sus brazos alrededor de mí. Huele delicioso.

—Te has duchado.

—Acabo de tener una sesión de ejercicio con Claude.

—Ah.

—Logré derribarlo sobre su trasero dos veces. —Zayn destella, todo juvenil y satisfecho de sí mismo. Su sonrisa es contagiosa.

—¿Eso no sucede a menudo?

—No. Es muy satisfactorio cuando sucede. ¿Hambrienta?

Niego con la cabeza.

—¿Qué pasa? —Me frunce el ceño.

—Estoy nerviosa. Acerca del Dr. Flynn.

—Yo también. ¿Cómo estuvo tu día? —Él me libera, y le doy un breve resumen. Escucha atentamente.

—Eh… hay una cosa más que debo decirte —agrego— Iba a almorzar con Mia, supuestamente.

Levanta las cejas, sorprendido.

—Nunca mencionaste eso.

—Lo sé, lo olvidé. No pude ir debido a la reunión, y Ethan la llevó a almorzar en mi lugar.

Su rostro se oscurece.

—Ya veo. Deja de morderte el labio.

—Voy a refrescarme —le digo cambiando de tema y girándome para retirarme antes de que pueda reaccionar más.

El trayecto en auto desde el apartamento de Zayn hasta la oficina del Dr. Flynn es corto. Muy útil, medito, para sesiones de emergencia.

—Usualmente corro de casa hasta aquí —dice Zayn mientras estaciona mi Saab— Este es un gran auto. —Me sonríe.

—También, lo creo. —Sonrío de vuelta—Zayn… yo… —Miro ansiosamente hacia él.

—¿Qué pasa Anastasia?

—Toma. —Saco la pequeña caja de regalo negra de mi bolso— Esto es para ti por tu cumpleaños. Quería dártelo ahora… pero sólo si prometes no abrirlo hasta el sábado, ¿está bien?

Parpadea en sorpresa y traga.

—Está bien —murmura cautelosamente.

Tomando un profundo suspiro, se lo entrego, ignorando su expresión de desconcierto. Él sacude la caja, y produce un satisfactorio ruido. Frunce el ceño. Sé que está desesperado por ver lo que contiene. Entonces sonríe, sus ojos se encienden con entusiasmo juvenil. Oh cielos… él luce de su edad y tan hermoso.

—No puedes abrirlo hasta el sábado —le advierto.

—Lo entiendo —dice— ¿Por qué estás dándome esto ahora?

Lo empuja dentro del bolsillo de su chaqueta azul de rayas, cerca de su corazón. Cuán apropiado, pienso. Sonrío hacia él.

—Porque puedo, Sr. Malik.

Su boca se tuerce con una diversión irónica.

—Veo, señorita Steele, que robo mi línea.

Somos recibidos en la suntuosa oficina del Dr. Flynn por una animada y amistosa recepcionista. Ella saluda a Zayn cariñosamente, un poco demasiado cariñosa para mi gusto… por Dios, ella es lo suficiente vieja para ser su madre, y él sabe su nombre.

La habitación es sobria: de un verde pálido con dos sofás de color verde oscuro que se enfrentan a dos sillas de cuero, y tiene un atmosfera de club de caballeros. El Dr. Flynn está sentado en el escritorio al final de la habitación.

Mientras entramos, se levanta y camina hacia nosotros a la sala de estar. Lleva pantalones negros y una camisa azul claro con el cuello abierto… sin corbata. Sus brillantes ojos azules no parecen perderse nada.

—Zayn. —Sonríe de manera amistosa.

—John. —Zayn sacude la mano de John— ¿Recuerdas a Anastasia?

—¿Cómo podría olvidarla? Anastasia, bienvenida. —Dice amablemente, dirigiéndose con nosotros hacia el sofá.

Zayn señala uno de ellos para mí. Me siento, tratando de lucir relajada, descansando mi mano en el reposa brazos del sofá, y él se extiende en el sofá al lado de mí de manera que estamos en un ángulo recto el uno del otro. Una mesa pequeña con una lámpara simple está entre nosotros. Noto con interés una caja de pañuelos al lado de la lámpara.
Esto no es lo que esperaba. Tenía en mi mente una imagen con una habitación completamente blanca y un chaise longue negro de cuero; mi Diosa interna se habría sentido más en casa entonces.

Luciendo relajado y en control, el Dr. Flynn toma asiento en una de las sillas y toma un bloc de notas de cuero. Zayn cruza las piernas, su tobillo descansando en su rodilla, y extiende su brazo a lo largo de la parte trasera del sofá, alcanzándome a través de este con su otra mano, encuentra mi mano en el reposa brazos y me da una apretón tranquilizador.

—Zayn ha solicitado que lo acompañes en una de nuestras sesiones — comienza el Dr. Flynn gentilmente— Solo para que sepas, tratamos estas sesiones con absoluta confidencialidad…

Levanto mi ceja a Flynn, deteniéndolo a mitad de discurso.

—Oh… um… he firmado un CDC —murmuro, avergonzada que él se haya detenido. Ambos Flynn y Zayn me miran y Zayn suelta mi mano.

—¿Un contrato de confidencialidad? —La frente del Dr. Flynn se arruga, y mira curiosamente a Zayn.

Zayn se encoge de hombros.

—¿Empiezas todas tus relaciones con mujeres con un CDC? —le pregunta el Dr. Flynn.

—Con las contractuales, lo hago.

El Dr. Flynn crispa los labios.

—¿Has tenido otro tipos de relaciones con mujeres? —pregunta, y él luce divertido.

—No —responde Zayn después de un segundo, y él también luce divertido.

—Como pensé. —El Dr. Flynn regresa su atención a mí—Bueno, supongo que no tenemos que preocuparnos sobre confidencialidad, pero, ¿puedo sugerir que los dos discutan esto en algún momento? Como tengo entendido, tú no entras ya en ese tipo de relación contractual.

—Espero, un diferente tipo de contrato —dice Zayn suavemente, mirándome.

Me sonrojo y el Dr. Flynn estrecha sus ojos.

— Anastasia, tendrás que perdonarme, pero probablemente sé más sobre ti de lo que crees. Zayn ha estado muy comunicativo.

Miro nerviosamente a Zayn. ¿Qué ha dicho él?

—¿Un CDC? —Continúa— Eso debió sorprenderte.

Parpadeo hacia él.

—Oh, creo que la sorpresa de eso ha palidecido en insignificancia, dado las revelaciones más recientes de Zayn —respondí, mi voz suave y dudosa. Sueno tan nerviosa.

—Estoy seguro. —El Dr. Flynn sonríe gentilmente—Así que, Zayn, ¿qué te gustaría hablar?

Zayn se encoge de hombros como un malhumorado adolescente.

—Anastasia quería verte. Quizás deberías preguntarle a ella.

El rostro del Dr. Flynn muestra su cara de sorpresa una vez más, y me mira con astucia. Mierda. Esto es mortificante, miro abajo hacia mis dedos.

—¿Estarías más cómoda si Zayn nos deja por un momento?

Mis ojos se dirigen a Zayn y él me está mirando expectante.

—Sí —susurro.

Zayn frunce el ceño y abre la boca pero la cierra otra vez rápidamente y se pone de pie en un suave y grácil movimiento.

—Estaré en la sala de espera —dice, su boca en una línea dura, malhumorada.

Oh no.

—Gracias, Zayn —dice el Dr. Flynn impasible.

Zayn me da una larga mirada buscando algo, luego camina molesto fuera de la habitación, pero no golpea la puerta. Al menos. Inmediatamente me relajo.

—¿Él te intimida?

—Sí, pero no tanto como solía hacerlo. —Me siento desleal pero es la verdad.

—Eso no me sorprende, Anastasia. ¿Con qué te puedo ayudar?

Miro hacia abajo a los nudillos de mis dedos. ¿Qué puedo preguntar?


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